Testimonio del papá del
adolescente que falleció el lunes por esa enfermedad en una escuela de
Rosario. Esta mañana se realizó una amplia actividad en la escuela a la
que concurría el chico, en Barra y Saavedra, para difundir medidas de
prevención.
"En el paso de cinco horas, la enfermedad lo fulminó a mi hijo. No
nos dio tiempo para pelearla. Primero le tomó pulmones e hígados y
después el corazón", afirmó esta mañana Gonzalo Lencina, el papá del
chico de 15 años que murió de hantavirus el lunes pasado en el Hospital
de Niños Víctor J. Vilela.
La confirmación de que el deceso de Gonzalo, así se llamaba también el adolescente, la brindó ayer la directora del Servicio de Informaciones de Salud Municipal, Analía Chumpitaz, y esta mañana se realizan una serie de actividades en la escuela a la que concurría el menor tendientes a dar más información a la comunidad educativa sobre la enfermedad.
El padre del chico fallecido contó cómo se desencadenó el cuadro que derivó en el primer caso fatal de la enfermedad. Todo comenzó un sábado cuando Gonzalo comenzó a quejarse por un fuerte dolor de cabeza. "Lo llevamos al hospital con la esperanza de que le pusieran una pichicata y que lo mandaran a casa a descansar. Estuvo mucho tiempo consciente, incluso cuando lo pusieron en la camilla. Después, al rato, se descompuso y lo tuvieron que entubar y de ahí no volvió más", relató con amargura.
Lencina contó que la higiene en la escuela a la que iba su hijo era aceptable. "no estaba en un ciento por ciento, pero es como en todos lados. En la escuela hay carencias de porteros, de insumos, pero no estaba mal. En el barrio tenemos que ser más cuidadosos. Esperamos que un vecino tire la bolsita de basura en un terreno, para ir nosotros atrás a hacer lo mismo. Yo vivo a metros del Irar, donde hay contenedores de plástico, y la gente tira la basura en la calle. Ojalá esto no derive en una psicosis, pero lo que tiene que haber es más información", dijo Lencina.
La confirmación de que el deceso de Gonzalo, así se llamaba también el adolescente, la brindó ayer la directora del Servicio de Informaciones de Salud Municipal, Analía Chumpitaz, y esta mañana se realizan una serie de actividades en la escuela a la que concurría el menor tendientes a dar más información a la comunidad educativa sobre la enfermedad.
El padre del chico fallecido contó cómo se desencadenó el cuadro que derivó en el primer caso fatal de la enfermedad. Todo comenzó un sábado cuando Gonzalo comenzó a quejarse por un fuerte dolor de cabeza. "Lo llevamos al hospital con la esperanza de que le pusieran una pichicata y que lo mandaran a casa a descansar. Estuvo mucho tiempo consciente, incluso cuando lo pusieron en la camilla. Después, al rato, se descompuso y lo tuvieron que entubar y de ahí no volvió más", relató con amargura.
Lencina contó que la higiene en la escuela a la que iba su hijo era aceptable. "no estaba en un ciento por ciento, pero es como en todos lados. En la escuela hay carencias de porteros, de insumos, pero no estaba mal. En el barrio tenemos que ser más cuidadosos. Esperamos que un vecino tire la bolsita de basura en un terreno, para ir nosotros atrás a hacer lo mismo. Yo vivo a metros del Irar, donde hay contenedores de plástico, y la gente tira la basura en la calle. Ojalá esto no derive en una psicosis, pero lo que tiene que haber es más información", dijo Lencina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario