Manos a la obra. Tres albañiles construyen la casa de María Castro, la que estará situada por delante de la precaria vivienda donde reside en la actualidad y luego será derribada. |
Los trabajos de albañilería comenzaron hace una semana y están a cargo de tres hombres del barrio contratados por el Colegio Inmaculada para realizar distintas obras en la parroquia de la jurisdicción costera. Ramón López, el mayor de los trabajadores, contó que en principio iban a utilizarse ladrillos block pero optaron por ladrillos huecos, que son de mejor calidad y los más adecuados teniendo en cuenta el suelo donde deben levantar la vivienda. “la construcción va a ser de muy buena calidad”, dijo el hombre. Y agregó: “Eso a nosotros nos pone muy bien, ya que María es una persona muy trabajadora y con una voluntad de trabajo superior a la de un hombre. Todos los días se va a las 7 de la mañana -fabrica anillos de cemento para pozos ciegos- y regresa pasado el mediodía. Se merecía esta ayuda”.
El proyecto
El padre Javier Albizu es sacerdote de la parroquia Jesús Resucitado de Alto Verde hace 2 años e integra la Comunidad Jesuita del Colegio Inmaculada y del Santuario Nuestra Señora de los Milagros. Está a la cabeza de un proyecto que él mismo ideó y consiste en abordar de manera integral la realidad concreta de una familia del barrio, lleve el tiempo que lleve, para luego continuar con otra. Una respuesta desde lo habitacional forma parte de ese abordaje.
“Lo que más me llamó la atención cuando llegué al barrio fue la realidad habitacional de muchas personas y, también, la situación de los jóvenes. Fue entonces que pensé que se podía hacer algo y recurrí a la gente allegada al colegio y al santuario”, dijo el religioso a fines de octubre, cuando El Litoral lo entrevistó para conocer detalles de su iniciativa.
Un maratón solidario, además de varias donaciones que recibió el sacerdote luego de que su proyecto se difunda por los medios de comunicación, fue la clave para que María empiece a ver que su mayor deseo se está haciendo realidad. “Al padre Javier le voy a estar agradecida de por vida. También a toda la gente que ayudó, ayuda y seguirá ayudando. la felicidad que tiene mi hijito es inexplicable”, manifestó María.
Cabe señalar que originariamente la casa de María tenía un costo de 32.361 pesos, de acuerdo al proyecto elaborado por un arquitecto, y no incluía la instalación sanitaria. Pero gracias a la colaboración de la gente, ahora sí podrán hacerlo. “la casa de María se hará completa. De todas maneras, hay que seguir trabajando. En Alto Verde hay muchas Marías para ayudar”, finalizó el padre Javier Albizu.
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