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sábado, 3 de diciembre de 2011

ROSARIO/La justicia condenó a 17 años a René Ungaro y a 11 años a "Betito" Godoy

Ungaro fue considerado el autor penalmente responsable del asesinato del barrabrava de Ñuls, mientras Godoy fue partícipe primario del hecho. El tercer imputado, Emanuel Suárez, fue absuelto.
 
La justicia condenó a 17 años a René Ungaro y a 11 años a

René Ungaro fue condendo a 17 años de prisión por ser considerado el autor penalmente responsable del asesinato del barrabrava de Ñuls, Roberto "Pimpi" Caminos. En tanto, Carlos "Betito" Godoy fue sentenciado a 11 años de cárcel, como partícipe primario del hecho, ya que para los jueces Gustavo Salvador, José Luis Mascali y Julio Kesuani, fue quien condujo el Fiat Uno blanco la madrugada del 19 de marzo de 2010, que llegó a la esquina de Zeballos y Servando Bayo, detuvo la marcha y esperó a Ungaro, que se dirigió hasta el bar Ezeiza, disparó a la víctima y regresó al vehículo para salir rápidamente del lugar. Por su parte, el tercer imputado, Emanuel Suárez, fue absuelto, pese a que la Fiscalía y los abogados de la querella lo acusaron en el mismo término que los otros dos imputados, por considerar que él era un tercero en el auto. Para el Tribunal, "hay carencia de certeza respecto de la participación de Suárez". La familia de Caminos se fue disconforme. "Se merecían perpetua; nos vamos vacíos", dijeron Rosa y Mayra Caminos, hermanas de la víctima, que apelarán el fallo.
En los minutos previos a la entrada de los jueces para la lectura de la sentencia, la situación visible dentro de la sala de juicio oral, en Tribunales, era de nerviosismo por parte de los familiares de los imputados. Los tres entraron esposados a las 15. René Ungaro miró directamente a las cámaras de los medios de comunicación, y hasta hizo un gesto con los hombros hacia arriba, mientras caminaba hacia su asiento.
El juez Salvador leyó la parte resolutiva del fallo a las 15.14. "Este Tribunal decide de forma unánime condenar a René Daniel Ungaro a la pena de 17 años de prisión, por considerarlo autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado con el uso de arma de fuego", empezó el magistrado y los familiares gritaron "no" con desesperación y llantos. Los imputados apenas repartieron miradas hacia el público, pero no hubo gestos particulares al escuchar la pena. La angustia continuó durante toda la lectura, pero la bronca se hizo sentir cuando se dictó la absolución de Emanuel Suárez. "Paguen, paguen, lo van a pagar", les gritó otra de las hermanas de Pimpi a los condenados. A lo que Gladys, la madre de Ungaro, gritaba "hijos de puta".
En el fallo, los jueces indicaron que "Ungaro actuó en la nocturnidad, esperando el momento para ejecutar la acción, disparando el arma de fuego en varias oportunidades hasta lograr el fin propuesto ?sin que ello sea alevoso o con ensañamiento?; y posteriormente, en sus relaciones sociales hizo `gala' de ello, como si significara una virtud que debía replicarse. No solo ejecutó a Caminos, sino que utilizó esa acción para demostrar su violencia y valentía y dejar a las claras actitudes hostiles, tomadas para la determinación de la pena".
Además, agrega que "la naturaleza de las acciones de Ungaro indica una personalidad desafiante que proyecta su violencia por el modo en que ejecutó el delito". Para el Tribunal no quedaron dudas de que "René Ungaro es el autor material del homicidio agravado por el uso de arma de fuego y Godoy su partícipe necesario".
En cuanto a la situación de Betito, implicó "una disminución de culpabilidad". Los jueces señalaron: "El acto de Godoy fue indispensable para el plan desarrollado por ambos, pero el único con dominio del hecho, el único ejecutor de la acción típica fue Ungaro: el autor del disparo mortal a Caminos fue Ungaro". En tanto, "Godoy le prestó una colaboración indispensable para que lograra el resultado buscado por ambos, según el plan ideado por ellos, esperándolo en el auto para huir raudamente de la escena". Sin embargo, "su acción no pudo decidir el sí y el cómo del hecho. Pudo quererlo ayudar de modo necesario, pero no lo llevó a cabo".
Suárez fue absuelto de culpa y cargos. El juez Salvador detalló: "Considero que no existe en el accionar de los procesados circunstancias especiales que hagan presumir que actuaron con el concurso premeditado de dos o mas personas, tal como lo pretendieron" la fiscalía y la querella. Para justificar la decisión, el magistrado apuntó a que "si la acción de Suárez hubiese sido avisar en qué lugar estaba Caminos (esa noche) para que pudiera ser atacado, no debe perderse de vista que fue el testigo Ricardo U. quien con su auto y en compañía de Ungaro pasó por el bar Ezeiza antes de ir al boliche Bonita".
Testigos y llamadas. Estos dos elementos fueron claves para las conclusiones a las que arribó el Tribunal. Los jueces apuntaron a que "el Fiat blanco era conducido por Godoy --según varios testigos--, por lo que resulta válidamente aceptable que quien se bajara a ejecutar el hecho fuera su acompañante. La posición en que estaba el vehículo en relación al bar indica que la puerta del acompañante fue la que quedó más próxima a la vereda por la que Ungaro se dirigió hacia donde estaba la víctima". Además, apuntaron a la importancia en la declaración de Jorgelina J., quien en dos oportunidades se negó a declarar por "miedo" y finalmente se animó, tras ser incluida en el Programa de Protección al Testigo. "Tanta influencia tuvo la presencia y los dichos de J. señalando y mirando directamente a Ungaro en el recinto de debate, que motivaron que éste tomara el micrófono y le contestara, con tono amenazante, constituyendo la única expresión del imputado, que se había negado a declarar".
Antes y después. "Ungaro fue quien `avisó' lo que iba pasar y a hacer", según los testimonios de Cristian C., que "evidencian que existía en su ánimo (de René) el deseo de realizar la acción. También fue quien a posteriori aceptó y se autotituló como `el ejecutor' de la muerte de Caminos, a modo de gloria". Hizo "`alarde' de la muerte de Caminos como un trofeo en su haber, por ser su ejecutor; lo que culmina por demostrar el grado de omnipotencia con el que se creía contar".
La coartada. Entre las 5 y las 5.15 de esa madrugada; es decir, de diez a quince minutos antes de la hora del crimen, "cuando (René y Betito) se fueron de la estación de servicios de Montevideo y Godoy --donde se separaron de las personas que estuvieron en la comisaría 6ª acompañando a dos amigos detenidos-- imaginan un paraguas protector: pergeñan una estrategia para ubicarse en lugares distintos, dejando huellas testimoniales, avisando --a dos de la testigos-- que los fueran a buscar a sitios distintos, pasadas las 6. Así dirían que el vehículo se descompuso y volvieron a sus domicilios en el auto de sus amigas: escudo testimonial del evento", reza el fallo.
Repercusión. Apenas finalizó el juicio, salieron los familiares de Pimpi, mientras que las personas cercanas a los imputados debieron quedarse en la sala un tiempo para evitar cruces en la calle. En uno de los pasillos del primer piso, las hermanas Caminos soltaron su bronca. "Esto no nos devuelve a Pimpi; nos vamos mal, vacías", dijo Rosa. Mayra continuó: "No estamos de acuerdo con la sentencia, se merecían perpetua; porque después de la muerte de mi hermano, se murió mi mamá de tristeza. Estos tienen más muertes, pero los familiares tienen miedo, nosotros no. Lo mataron sin piedad". Por su parte, el abogado de la querella, Gabriel Navas, señaló: "Esto no se termina acá, se va a apelar, y hasta se podría terminar dirimiendo en los altos tribunales del país. Sin embargo, no me deja insatisfecho, porque hasta ayer teníamos tres imputados, y hoy nos vamos con dos condenados por este hecho".
En tanto, el defensor de René Ungaro, Mario Ducler, apuntó a que el fallo "atenta contra el debido proceso", y adelantó que apelará la condena, porque "los testigos del hecho dijeron que el que le disparó a Pimpi era un morocho y Ungaro no es morocho". El abogado de Betito, Fausto Yrure, tampoco salió conforme. "Me voy desesperanzado", dijo. Por otro lado, un médico debió asistir a la madre de Ungaro, quien entró en un estado de shock propio de la situación. "Alguien va a pagar por esto; es una injusticia", dijo la mujer.

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