El Gobierno logró reducir la fuga por los nuevos controles, pero generó una suba de tasas y del dólar paralelo. Salieron US$ 2.600 millones.
La estrategia del Gobierno para atenuar la fuga de divisas récord en el año electoral, que comenzó con los controles de la AFIP para la compra de dólares y siguió con presiones a empresas para que no importen, cumplió un mes y sus consecuencias son cada vez más visibles. La más resonante es que contrajo el comercio exterior a tal punto que redujo en noviembre en al menos $ 5 mil millones la recaudación de impuestos que tienen ese origen. Además, impulsó al alza las tasas de interés, el dólar paralelo llegó a niveles récord, promovió el retiro de depósitos de los bancos e hizo caer las reservas. Para los economistas, “lo peor es que generó incertidumbre”, y para muchos empresarios, “dio por terminado el año” en materia de inversiones. Según el Gobierno, “cumplió su objetivo”. El frenazo oficial al mercado del dólar cumplió un mes el jueves, el mismo día en el que el Banco Central confirmó que entre enero y septiembre se habían fugado capitales por US$ 18.245 millones, que sumado a los US$ 3.500 millones de octubre, presionaba la devaluación del dólar y hacía perder reservas. Fue entonces que el 31 de octubre prohibió las ventas de dólares a quienes no tenían autorización de la AFIP, presionó a empresas para no comprar ni pagar importaciones y “en una palabra, congeló el mercado cambiario”, según coinciden en la City. “Pero al parecer, no previó que parar las importaciones tendría un impacto negativo en las mismas arcas públicas”, reveló ayer a PERFIL el economista del Ieral Jorge Vasconcelos, al sacar a la luz que las barreras contra el dólar generaron una desaceleración en la recaudación en noviembre. “Entre enero y octubre, la recaudación venía creciendo 32,6%, pero en noviembre se redujo a 29,9%. ¿Por qué? Por los impuestos vinculados al comercio exterior”, frenado por la medida cambiaria.
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