Entre lágrimas, Cristina Kirchner encabezó su cierre de campaña en el Teatro Coliseo. Recordó a su marido, el ex presidente Kirchner, como un hombre al que "le estalló el corazón" por defenderla. Indicó que fue la Presidente que "más turbulencias internas y externas" enfrentó y cerró el acto con música de Fito Páez.
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Cristina Kirchner encabezó esta noche en el Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires el cierre de su campaña para las elecciones primarias que se realizarán en todo el país el próximo 14 de agosto.
Luego de un breve discurso de su compañero de fórmula, Amado Boudou, la mandataria salió a escena para recordar, en primer lugar, que el 22 de abril de 2003 su esposo, Néstor Kirchner, había elegido el mismo escenario para hacer su cierre de campaña.
“Él, cuando estuvo acá, soñaba esa Argentina que tenemos hoy. Yo, en esa oportunidad, no vine aquí. Yo me ponía muy nerviosa cuando él hablaba. Él era el único hombre que lograba ponerme nerviosa. Siempre. Hasta el último día”, contó.
Y prosiguió: “Siempre soñó con ser gobernador, y después empezó a soñar con la Presidencia… Y por eso hoy quise estar aquí, en el Coliseo, donde él soñó con esta Argentina que tenemos ante nosotros y en la que él tuvo un rol fundante”.
El recuerdo a su marido fue una constante durante su discurso, que duró casi 40 minutos. "Ese hombre tenía un corazón tan grande que no le entró en el cuerpo, que estalló por defenderme a mí", dijo.
Al hablar de su proyecto para el futuro, la mandataria le indicó a los militantes presentes en el acto: "En este momento tan particular que estoy atravesando, de inmensa serenidad y mucha firmeza, quiero decirles que cuenten conmigo para lo que resta hacer en esta Argentina, que es profundizar las políticas de inclusión y seguir con el proceso de reindustrialización".
Tal como lo vino haciendo durante sus últimos discursos, la mandataria comparó la fortaleza económica de la Argentina con las crisis que se viven en otros países e hizo hincapié en la militancia joven en contraste con la situación que se vive en las calles de Chile.
En un gesto de apertura, Cristina Kirchner llamó a dejar de lado "los odios y los enfrentamientos", algo que dijo haber aprendido durante su gestión.
"No al odio, no al mensaje de asustar al otro, no al mensaje de comerle la cabeza a la gente con malas y feas cosas. La gente necesita dirigentes que le lleven optimismo", describió.
Antes de reitarse con la música de Fito Páez y Vicentico, la mandataria se comparó con los pilotos de Aerolíneas Argentinas e ironizó: "No sé si no les gano... No creo que nadie haya pasado las turbulencias internas, externas, subterráneas, aéreas que pasó esta Presidente. Y aquí estamos, de pie, con la fuerza que me dan los trabajadores".
Cristina Kirchner estuvo acompañada por su compañero de fórmula, Amado Boudou, su gabinete en pleno, los gobernadores peronistas que adhieren a su conducción, candidatos a cargos legislativos de todo el país y distintas agrupaciones de militantes, entre ellos "La Cámpora". Ausentes, con aviso, estuvieron los dos hijos de la mandataria, a quienes saludó especialmente durante su discurso.
Luego de un breve discurso de su compañero de fórmula, Amado Boudou, la mandataria salió a escena para recordar, en primer lugar, que el 22 de abril de 2003 su esposo, Néstor Kirchner, había elegido el mismo escenario para hacer su cierre de campaña.
“Él, cuando estuvo acá, soñaba esa Argentina que tenemos hoy. Yo, en esa oportunidad, no vine aquí. Yo me ponía muy nerviosa cuando él hablaba. Él era el único hombre que lograba ponerme nerviosa. Siempre. Hasta el último día”, contó.
Y prosiguió: “Siempre soñó con ser gobernador, y después empezó a soñar con la Presidencia… Y por eso hoy quise estar aquí, en el Coliseo, donde él soñó con esta Argentina que tenemos ante nosotros y en la que él tuvo un rol fundante”.
El recuerdo a su marido fue una constante durante su discurso, que duró casi 40 minutos. "Ese hombre tenía un corazón tan grande que no le entró en el cuerpo, que estalló por defenderme a mí", dijo.
Al hablar de su proyecto para el futuro, la mandataria le indicó a los militantes presentes en el acto: "En este momento tan particular que estoy atravesando, de inmensa serenidad y mucha firmeza, quiero decirles que cuenten conmigo para lo que resta hacer en esta Argentina, que es profundizar las políticas de inclusión y seguir con el proceso de reindustrialización".
Tal como lo vino haciendo durante sus últimos discursos, la mandataria comparó la fortaleza económica de la Argentina con las crisis que se viven en otros países e hizo hincapié en la militancia joven en contraste con la situación que se vive en las calles de Chile.
En un gesto de apertura, Cristina Kirchner llamó a dejar de lado "los odios y los enfrentamientos", algo que dijo haber aprendido durante su gestión.
"No al odio, no al mensaje de asustar al otro, no al mensaje de comerle la cabeza a la gente con malas y feas cosas. La gente necesita dirigentes que le lleven optimismo", describió.
Antes de reitarse con la música de Fito Páez y Vicentico, la mandataria se comparó con los pilotos de Aerolíneas Argentinas e ironizó: "No sé si no les gano... No creo que nadie haya pasado las turbulencias internas, externas, subterráneas, aéreas que pasó esta Presidente. Y aquí estamos, de pie, con la fuerza que me dan los trabajadores".
Cristina Kirchner estuvo acompañada por su compañero de fórmula, Amado Boudou, su gabinete en pleno, los gobernadores peronistas que adhieren a su conducción, candidatos a cargos legislativos de todo el país y distintas agrupaciones de militantes, entre ellos "La Cámpora". Ausentes, con aviso, estuvieron los dos hijos de la mandataria, a quienes saludó especialmente durante su discurso.
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