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domingo, 29 de mayo de 2016

Fue el eje de un congreso panamericano Humedales para mejorar la calidad del agua

En Santa Fe funcionan sólo dos humedales de tratamiento en plantas industriales para depurar efluentes contaminantes. Sirven tanto para el tratamiento de efluentes químicos, cloacales y pluviales. Un ejemplo de estos últimos son los reservorios del cordón oeste. Quieren impulsarlos también en el sector lácteo.

Humedal construido. Funciona en la industria Bahco, de la ciudad de Santo Tomé. Foto: Gentileza Hernán Hadad (FIQ UNL)

Nicolás Loyarte
nloyarte@ellitoral.com
@nicoloyarte

Especialistas de 14 países de todo el mundo intercambiaron sus conocimientos durante cuatro días en Santa Fe con el objetivo de promocionar la construcción de sistemas de humedales (artificiales) que sirvan para mejorar la calidad del agua y otro tipo de efluentes que necesiten ser tratados para evitar la contaminación.

Recientemente, se desarrolló en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral la III Conferencia Panamericana de Sistema de Humedales para el Tratamiento y Mejoramiento de la Calidad del Agua. La actividad estuvo organizada por la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la UNL en conjunto con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), AARHUS Universitet (Dinamarca) y la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia), con el objeto de proveer una plataforma de intercambio de conocimientos para los científicos y técnicos que trabajan con los dos tipos de humedales: naturales y de tratamiento (construidos de forma artificial) en Latinoamérica.

Las investigaciones actuales se dirigen hacia la búsqueda del diseño óptimo de cada humedal para obtener los mejores resultados de acuerdo a los efluentes a ser tratados.
 
Investigadores. Entre los referentes internacionales que brindaron conferencias, cabe mencionar a Carlos Alberto Arias, de Dinamarca; Josep Maria Bayona, de España; Armando Rivas Hernández, de México; George Tchobanoglous, de Estados Unidos; Hans Brix, de Dinamarca; Jaques Brisson, de Canadá; Diego Paredes Cuervo, de Colombia y María Alejandra Maine, de FIQ-UNL, Argentina.Foto: Flavio Raina
 Humedales
  
Santa Fe es una ciudad erigida en medio de un gran humedal conformado por el río Paraná y sus afluentes. Se trata de zonas de tierras planas e inundables. Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y dando lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres. A estos humedales se los debe preservar, como exige la ley, para que el hombre no destruya su naturaleza, ya que son vitales para el ecosistema.

En cambio los humedales construidos por el hombre (antes denominados artificiales) son espacios de tratamiento de efluentes. En el mundo existe un amplio desarrollo en el uso de estos humedales para el mejoramiento de la calidad de agua.

En particular, Latinoamérica ha alcanzado en los últimos años grandes avances en la temática, con el desarrollo en distintos países como Perú, Colombia y México. Pero en nuestra región parecen ser una materia pendiente.
 
Foto: Infografía El Litoral
“En Argentina los humedales construidos tienen muy poco desarrollo. Hay sólo algunos trabajando, sobre todo, para efluentes industriales, al revés de lo que ocurre en otras partes del mundo”, aportó Alejandra Maine, investigadora de la FIQ UNL y organizadora del congreso.
  
En Santa Fe hay sólo dos humedales construidos trabajando para efluentes industriales, ambos en la ciudad de Santo Tomé. Uno fue hecho hace 15 años en la fábrica Bahco (SNA Europe) y el otro funciona desde hace 8 años en la metalúrgica Tecnocrom. “Ambos sirven para el pulido final de efluentes que poseen metales”, acotó Maine. 

“En el caso del humedal de Tecnocrom, los efluentes industriales son tratados junto a los cloacales —apuntó la especialista de la FIQ—. Por este motivo, se realiza un tratamiento primario y luego el humedal realiza el tratamiento final, para que vuelvan al ambiente con los límites fijados por la legislación vigente. El humedal actúa además como un pulmón en caso de que ocurra una descarga accidental, evitando que llegue de forma directa al ambiente”.

Los investigadores locales quieren impulsar el uso de humedales construidos en el sector lácteo, característico de nuestra región. “Estamos enfocándonos en industrias lácteas, en vista al futuro, para el tratamiento de efluentes de tambos, que es una materia pendiente en la zona, ya que esos residuos no se depuran, se tiran al ambiente, porque los productores muchas veces no tienen el conocimiento ni los medios” para su tratamiento, contó Maine.

Legislación

“La ventaja que posee nuestro país para el desarrollo de esta tecnología es la alta disponibilidad de terrenos para humedales construidos y una gran variedad de plantas acuáticas. Luego hay que estudiar cuál es la opción más viable para la proporción del sustrato. Si se lo compara con otros tipos de tratamientos, los humedales son más económicos y tienen bajos costos de mantenimiento”, dijo Maine.

En cuando a la legislación, Maine advirtió que “en la actualidad existe una que preserva los humedales naturales, pero no existe en nuestro país ninguna regulación sobre humedales construidos”. 

Tchobanoglous, el “Maradona” de los humedales
 
George Tchobanoglous. Es miembro de la Universidad de Davis, California (EEUU), desde 1970. Es autor o coautor de más de 560 publicaciones, incluyendo 23 libros y otros ocho de referencia de ingeniería de aguas residuales.Foto: Gentileza Prensa UNL
 George Tchobanoglous es considerado el padre de esta disciplina, una eminencia. Todos los investigadores que participaron del congreso estudiaron a este estadounidense durante sus años formativos y los siguen consultando en la actualidad. Es por ello que valoraron la posibilidad de escucharlo en su disertación en el Paraninfo de la UNL y pudieron intercambiar algunos saberes, no ya desde sus libros o a través de Internet, sino cara a cara.

 Justamente la disertación de Tchobanoglous abordó la perspectiva que tienen los humedales hacia el futuro de la humanidad y cómo aplicarlo para depurar agua en pequeñas comunidades en la actualidad.

Tchobanoglous habló además sobre el posible uso que tienen las aguas tratadas en humedales, aunque reconoció que “esta es una conferencia hacia el futuro porque no se va a aplicar de forma inmediata, aunque se debe pensar cómo vamos a solucionar estos problemas”, y citó como ejemplo la ciudad de Buenos Aires “que deberá adecuarse de una manera diferente para tratar sus aguas, porque al fin y al cabo, el agua es un recurso limitado”.

El investigador estadounidense enfatizó en Santa Fe que “lo que se busca es no arrojar el agua al río, sino realizar un tratamiento para su potabilización y reutilización”. Y dijo que “Existen muchas otras tecnologías para el tratamiento del agua, como por ejemplo el proceso de ósmosis inversa o el uso de membranas, pero lo principal es el compromiso de utilizarlas”.

En cuanto a su presencia en nuestra ciudad, Tchobanoglous remarcó que el congreso fue “una actividad de transferencia de tecnología”, y reflexionó: “El que nos reunamos en Santa Fe con científicos latinoamericanos y que puedan asistir expertos mundiales a compartir conocimientos lo explica”.

“No sólo por la transferencia de conocimientos sino por el network (hacer redes), para ampliarlo”. Cabe mencionar al respecto que los resultados y conclusiones del congreso serán publicados en el sitio web del mismo

Reservorios del Cordón Oeste
 
Reservorios del Cordón Oeste. Estos espacios funcionan como humedales construidos en la ciudad de Santa Fe.Foto: Amancio Alem (Archivo)
 Un humedal construido es visualmente como un reservorio de agua con plantas acuáticas autóctonas —camalotes, juncos, totoras—, que puede tener distintos sustratos y diseños, por lo que se transforma en algo muy agradable de ver y no se compara con otro tipo de tratamiento de efluentes, ya que se mimetiza con el entorno.

 “En un humedal construido lo que hacemos es copiar a la naturaleza. Tratamos de ver qué hace para depurar un efluente e intentamos hacerlo igual”, sintetizó con claridad la investigadora Alejandra Maine (FIQ UNL).

Santa Fe cuenta además con un humedal construido conformado por los reservorios del cordón oeste, que reciben efluentes de los desagües pluviales de toda la ciudad. “Estamos realizando estudios con una línea de base para determinar si se están contaminando”, mencionó la investigadora Alejandra Maine (FIQ UNL).

— ¿El agua del humedal de los reservorios del cordón oeste está contaminada? —consultó El Litoral.

— El agua, cuando atraviesa el humedal, se va decontaminando y luego sale al río depurada, porque los contaminantes quedan en sedimentos en las plantas, y algunos, mediante procesos naturales, vuelven a la atmósfera. Entonces, lo que hacen los reservorios es evitar que los efluentes pluviales lleguen al río con contaminantes. 

Antecedentes

La primera “Conferencia Panamericana de Sistemas de Humedales para el Manejo, Tratamiento y Mejoramiento de la Calidad del Agua” fue realizada en el año 2012 en la ciudad de Pereira, Colombia; organizada por el Grupo de Investigación en Agua y Saneamiento de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira. La segunda conferencia se llevó a cabo en el año 2014 en la ciudad de Morelia, México, bajo el auspicio del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) con el apoyo del Grupo de Investigación en Agua y Saneamiento de la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia). Debido a que existen diversos grupos en América Latina y el Caribe que están trabajando en la temática desde hace varios años, contar con una conferencia de frecuencia bianual en América permite crear redes y ampliar la difusión de conocimientos. 

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