Las caras largas lo decían todo anoche en Bruselas, donde los 19 ministros de Finanzas de la Eurozona debatieron exhaustivamente la oferta hecha por el gobierno de Alexis Tsipras.
¿Qué hacemos? El ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, charla con la titular del FMI, Christine Lagarde.
Tras más de nueve horas de debate a puertas cerradas, el Eurogrupo no pudo llegar a un acuerdo sobre Grecia y su oferta de hacer duros ajustes a cambio de fondos frescos. La reunión se retomará hoy de mañana, algo extraordinario y totalmente fuera de programa. Las caras largas lo decían todo anoche en Bruselas, donde los 19 ministros de Finanzas de la Eurozona debatieron exhaustivamente la oferta hecha por el gobierno de Alexis Tsipras.
A los ministros se habían sumado la titular del FMI, Christine Lagarde, el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y el del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Pero la falta de confianza en Grecia y las posturas extremas de Alemania y otros países del norte europeo hicieron imposible llegar a un "sí", que debería haber allanado el camino para que la cumbre de jefes de gobierno de la Unión Europea prevista para hoy diera el "OK" final al drama griego. En cambio, hoy a la mañana volverán a reunirse los integrantes del Eurogrupo. El problema es que la cumbre se solapará con la de jefes de gobierno de los 28 países de la UE, quienes deberían haberse encontrado con un dictamen previo de sus ministros de Finanzas sobre qué hacer con Grecia. También el FMI y el Banco Central Europeo deben dar su parecer final, como parte fundamental de los acreedores de Grecia, que acumula desde 2010 deudas por 240.000 millones de euros con estas instituciones y aspira a otro "rescate" por entre 50.000 y 78.000 millones de euros y a tres años de plazo.
Cuando habían pasado largamente las 23 hora de Bruselas, los ministros y demás directivos que se habían reunido en el Eurogrupo abandonaron con caras largas y sin hacer declaraciones la sede de la UE en la que se habían reunido por más de nueve horas. "Algunos ministros pasan caminando y se niegan a declarar, apuesto a que no tienen nada entusiasmante para decir", tuiteó el enviado del The Guardian británico. "Mario Draghi (el titular del BCE) acaba de salir en auto sin hacer comentarios". Lo siguió poco después el buscado ministro de Finanzas de Grecia, Euclides Tskalotos, quien salió cabizbajo y a paso lento "con su oído pegado al celular. Ni una palabra a prensa", reportó el enviado del Guardian.Así terminaba, casi miserablemente, una reunión que debería haber sido fundacional de una nueva etapa, tanto de Grecia como de la Eurozona.
Sólo habló el titular del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, quien aseguró a los periodistas que las conversaciones eran "muy difíciles" y se reanudarán hoy a las 9. "Concluyó la sesión del Eurogrupo. Seguirá mañana", tuiteó el ministro de Finanzas de Finlandia, Alexander Stubb, quien a diferencia de Dijsselbloem, dijo que las discusiones "están teniendo buenos progresos".
Pero según las fuentes consultadas las negociaciones terminaron bloqueadas por la "falta de confianza" recíproca. Los 18 socios de Grecia en la zona euro pidieron a Atenas nuevas medidas para complementar su plan de reformas presentado el jueves y aprobado en una tormentosa sesión del Parlamento griego la noche del viernes, trámite que dejó heridas en la coalición oficialista Syriza (ver aparte). Pero ni aún aceptando las condiciones que poco días antes había rechazado, el premier Tsipras logró el "sí" del Eurogrupo y sus acreedores. No solo Alemania, también Finlandia fue especialmente reacia a aprobar un tercer rescate para Grecia. Según la televisión pública finesa, el Parlamento de Helsinki dio a su ministro de Finanzas el mandato de negociar una salida de Grecia del euro.
Plan de Alemania. El gobierno alemán argumentó ayer que Grecia podría sufrir un "alejamiento" temporal de cinco años de la zona euro y obtener a la vez una quita de su deuda si no mejora las propuestas que presentó. En un informe que analiza la oferta de reformas de Tsipras a cambio de un nuevo préstamo, funcionarios del Ministerio de Finanzas que dirige el conservador Wolfgang Schauble señalaron que al plan le faltaron "importantes áreas de reforma" y escribieron: "Necesitamos una solución sostenible mejor". El informe, al que tuvo acceso la agencia Reuters y que fue informado por el diario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, ofrece "dos avenidas": condiciones más duras que comprometan a Grecia con sus nuevas promesas o una salida temporal del euro. El informe fue elaborado tras discusiones entre la canciller Angela Merkel, el vicecanciller Sigmar Gabriel y Schauble. Los tres subrayaron que su opción preferida es que Grecia haga las reformas y siga en el euro. Sin embargo, en Bruselas Schauble no puso sobre la mesa la salida de Grecia. Por otro lado, el gobierno italiano habría increpado al alemán y reclamado el fin de la "humillación" de Grecia.
Syriza sufre disidencias que podrían fracturarla
El ministro de Economía griego, George Stathakis, afirmó que los legisladores disidentes de la coalición oficialista Syriza, incluidos los ministros, deberían dar un paso al costado si no están de acuerdo con las reformas para obtener un rescate. En el arduo debate parlamentario en Atenas que terminó en la madrugada del sábado, 17 diputados de Syriza se abstuvieron o rechazaron el plan de Alexis Tsipras y su Ejecutivo.
"Si algún legislador de un partido de izquierda no está de acuerdo con las políticas del gobierno, debería seguir las reglas (de Syriza) y, si está fuertemente en desacuerdo, renunciar a su escaño", ádvirtió Stathakis. El ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, fue uno de los ministros de Syriza que no votó en favor de las medidas, que fueron aprobadas con el respaldo de partidos opositores partidarios de la Unión Europea.
La votación se definió por 251 votos sobre 300 escaños, pero con apenas 145 de Syriza y sus aliados, que tienen en total una bancada de 162 legisladores. 17 dijeron que no, se abstuvieron o se ausentaron. "Si fuera yo, renunciaría", dijo Stathakis.
Tsipras sacó de madrugada la ansiada ley, pero pagó un precio: la rebelión en Syriza pone en riesgo su mayoría absoluta parlamentaria que mantiene con sus socios de derecha nacionalista (Anel). Esto, sumado a las advertencias de ayer de Stathakis, pone a la vista una nueva reestructuración del gobierno. La rebeldía en Syriza se hizo sentir: 17 de los 149 diputados no apoyaron la norma, si bien sólo dos votaron en contra, mientras el resto se abstuvieron o faltaron a la votación, como el ex ministro de Finanzas Yanis Varoufakis. Este ayer publicó una columna en un diario británico y en Twitter se ocupó de criticar a Alemania y sus preuntos planes para echar a Grecia de la eurozona. Entre los ausentes a la votación parlamentaria figuran al menos tres nombres de peso en el partido y el gobierno: el citado ministro de Energía Panagiotis Lafazanis, quien es líder de la Plataforma de Izquierda, el ala más radical de Syriza, frontalmente opuesta a los rescates; el ministro de Seguridad Social, Dimitris Stratulis, y la presidenta del Parlamento, Zoi Konstandopulu.
Hubo empero otro grupo de 15 diputados de Syriza que votó a favor de la propuesta de Tsipras, pero suscribió un comunicado en el que corroboran su oposición a cualquier medida de austeridad suplementaria, como las que entraña la lista de reformas sometida a Bruselas y que fue examinada ayer en el Eurogrupo. No obstante, y teniendo en cuenta el peso específico del ala radical —unos 35 escaños—, el resultado de la votación no fue del todo adverso para Tsipras.
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