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sábado, 18 de julio de 2015

Una niña prodigio mexicana será la psicóloga más joven del planeta

La adolescente pertenece a una familia de mentes privilegiadas. Andrew, su hermano de 20 años, es el psicólogo más joven del mundo, y Delanie, de 17, también se destaca por sus cursos adelantados.
Destacada. Dafne pertenece a una familia de elegidos. Su hermano, Andrew, ya es psicólogo y cuenta con 20 años.

Una niña prodigio mexicana de 13 años se convertirá en pocas semanas en la psicóloga más joven del mundo, cuando en agosto culmine sus estudios a distancia en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm).

Dafne Almazán, quien vive lejos de los juguetes y hasta de la tecnología que apasiona a los niños de su generación, terminó la primaria a los seis años de edad, un año después completó la secundaria, cursó la preparatoria en dos años y a los 10 empezó la universidad. Ahora se recibe.

En realidad, la adolescente pertenece a una familia de mentes privilegiadas. Andrew, su hermano de 20 años, es el psicólogo más joven del mundo, y Delanie, de 17, también se destaca por sus cursos adelantados.

Dafne Almazán, además, es cinturón amarillo de taekwondo, habla inglés, francés y latín y da clases de chino mandarín a chicos con cualidades similares a ella, con talentos y resultados escolares superiores al promedio de los chicos.

Recientemente Dafne fue incluida en la lista de las 50 mujeres más influyentes de México. Ella lo calificó de "impresionante". "Me dijeron que porque mi caso era inspirador", declaró.

Cuando en agosto culmine sus estudios a distancia en el Instituto Tecnológico de Monterrey, dice que no se dedicará a atender a pacientes.

"Todos estos conocimientos me van a servir para ayudar a los niños superdotados, que es en el ámbito al que me quiero dedicar. Quiero que mi historia abra nuevas puertas a los niños y romper mitos de que no tenemos infancia", le dijo a la cadena noticiosa BBC Mundo.

Pese a que estudia 12 horas por día, tiene tiempo para llevar adelante una vida de una niña de 13 años normal. O casi.

"No por el hecho de estar en la universidad significa que no puedo seguir divirtiéndome. Entonces cuando vienen mis amigas, vemos películas, platicamos, jugamos, hacemos actividades normales", explicó.

Pero eso es cuando no está estudiando su licenciatura, haciendo taekwondo, pintando al óleo o tocando el piano, o dando clases de chino. A ese nivel llega Dafne Almazán.

Ayuda a algunos de los 250 alumnos del Centro de Atención al Talento (Cedat), una institución fundada por sus padres con el objetivo de asistir a niños y jóvenes con sobrecapacidad intelectual en México.

"A algunos se les dificulta cómo escribir los caracteres o como pronunciar otros idiomas, entonces decidí ayudarlos", cuenta la niña, que disfruta "ver cómo están aprendiendo".

Almazán tiene claro el rumbo: "Todavía falta pero cuando haya acabado el doctorado me gustaría dar clases a los niños, me gusta mucho enseñar a ellos".

Dafne nunca pisó el aula de una escuela normal y no se siente mal por ello.

En el Cedat, explica su padre Asdrúbal Almazán, se trabaja con un modelo educativo desarrollado por el hermano mayor de Dafne, Andrew, por el momento el psicólogo más joven del mundo, un mérito reconocido por la organización World Record Academy.

Se trata de la teoría nouménica, un modelo psicopedagógico que se basa en la segregación total de los niños genios.

La clave del éxito: mantenerse alejados de la gente más grande. "Es que, sino, los niños se desajustan", aseguró Asdrúbal.

"Mis principales amigos están acá en el Cedat, es más fácil hablar con ellos porque tenemos intereses comunes", señaló Dafne.

La niña también ha seguido el modelo de "aceleración radical".

"Es dejar que el niño aprenda sin ningún freno", indica su padre.

"A veces suena que les estamos quitando la infancia, decir, una nena de 13 años que además estudia chino, francés, inglés, piano, robótica, artes plásticas, entra a un seguimiento de potenciamiento intelectual", explica.

"Piensa uno que no da el tiempo", añade, "pero no es así, simple y sencillamente es nada más organización porque también juegan, platican".

Dafne hablará sobre su experiencia con la "aceleración radical" en la ponencia que presentará en agosto en Dinamarca en el marco de la conferencia del Consejo Mundial de Niños Dotados y Talentosos (Wcgtc).

Otra de las recetas, explica su padre, es la estabilidad emocional y la unidad del núcleo familiar.

Bruno, el superdotado argentino que sueña con edificar un monopolio

Bruno Caruso, de 12 años, es reconocido en Argentina como un chico con altas capacidades. Ya a los siete años editaba videos en castellano e inglés.

Bruno cuenta con el apoyo de la Fundación para la Evolución del Talento y la Creatividad (Fetc) dirigida por la pedagoga María del Carmen Maggio.

El chico declara un interés particular por el dominio del inglés. "Sin embargo, tristemente hay un límite en el colegio para el nivel al que deseo acceder", explicó.

"Mi pasión es la filosofía, el cine y el diseño industrial. Ya sé que son radicalmente diferentes, pero tengo interés en las tres. Aunque mi trabajo de ensueño es tener un monopolio mundial en alquileres de departamentos", añadió.

Cuando la cadena noticiosa internacional BBC Mundo le pidió consejos para niños como él, respondió: "Uno tiene que creer en sí mismo con moderación: no seas arrogante. Seguí tus sueños, pero no dejes que te aplasten. Mantén determinación casi incondicionalmente. Nunca te quedes con una duda, buscá la respuesta, cazala hasta que la tengas. Sabé que no estás solo, no vas a estar solo y no lo estuviste. Nunca dejes de buscar gente que esté en la misma situación".

Bruno participa de los talleres de la Fundación para la Evolución del Talento y la Creatividad (Fetc), pero no dejó de concurrir a un colegio común.

"No comparto que existan colegios para niños superdotados pues no se acostumbra al niño a lidiar con el mundo real. Si alguien es oprimido y lo sacamos del entorno en que es oprimido, no estamos solucionando nada. Lo importante es enseñar a los niños a hacerle contra (o enfrentar) a esa situación", indicó.

Bruno confesó que cuando habla con los chicos de su edad "frecuentemente me pasa que pronuncio una palabra que desconocen y me preguntan su significado. Es así como en general tengo que mantener las conversaciones", dijo. Es decir, en alguna medida limitándose en el vocabulario o poniendo empeño en cuidar el contenido y las palabras que usa en las charlas.

Los deportes, como otras actividades, le interesan pero aclara que no le importa en absoluto el fútbol y "simplemente" le aburre mirar deportes pues no entiende cómo una actividad que es divertida practicar puede ser igualmente interesante limitándose a ser espectador.

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