La presidenta de Brasil y candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, y su rival para el balotaje del domingo, Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), se enfrentaron en el último debate televisivo que realizó TV Globo, que cerró la durísima campaña electoral rumbo a la segunda vuelta.
El debate, que comenzó anoche a las 21.10 horas de la Argentina, fue compuesto por cuatro bloques en los que los dos candidatos se hicieron y respondieron preguntas, además de intentar despejar dudas a los “indecisos”.
Ya en el primer bloque, ambos mostraron astucia para hacer tropezar al otro, mediante acusaciones sobre diversos asuntos. Neves comenzó preguntando sobre la tapa de la revista Veja, que hoy acusó a Rousseff y Lula da Silva como cómplices del escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras.
Veja, publicación de oposición al gobierno, aseguró que otro participante de la red de corrupción, Alberto Yousseff, afirmó ante la Justicia que Rousseff y Lula estaban enterados de las irregularidades, pese a que no reveló pruebas de sus afirmaciones.
La mandataria respondió que está “indignada” con las mentiras de esa revista, acusó a la publicación de profundizar una campaña de calumnias contra ella, y remarcó que la misma no presentó ningún documento que atestigüe la denuncia.
“Es un intento de golpe electoral. Pero el pueblo no es bobo y sabe que esta información está manipulada, porque no se ha presentado ninguna prueba, y estoy segura que el domingo demostrará su indignación por el voto, derrotando a su candidatura", dijo.
De saco rojo y pantalón negro, la presidenta se mostró tranquila ante los ataques del senador opositor, que sonriente y de traje gris, intentó llevar el resto de las preguntas al plano económico, acusando al gobierno petista de una suba en la inflación.
En el segundo bloque los dos candidatos se sometieron a las preguntas de los denominados “indecisos”, gente sorteada del público que formuló preguntas para que respondieran la petista y el socialdemócrata.
Entre los temas consultados por los “indecisos” surgieron la inflación, las drogas, la educación y la seguridad y ambos intentaron convencer al elector arrojando números que parecían confundir aún más al “indeciso”, que en la mayoría de los casos permanecía serio mirando a uno y a otro.
Mientras un candidato le hablaba y argumentaba su postura al “indeciso”, su competidor daba vueltas atrás o gesticulaba (Rousseff más indignada con las explicaciones de Neves, y Neves más irónico y sarcástico, con lo vertido por la mandataria), desconcentrando la atención del votante.
Ya en el tercer bloque volvieron a cruzarse por temas de fondo como la reforma política, la crisis del agua en San Pablo, y el caso Mensalao, cuando nuevamente se impuso el debate sobre la corrupción.
"Hay una forma sencilla de eliminar la corrupción en Brasil: sacar del poder al PT", disparó Neves, mientras que Rousseff sostuvo que múltiples escándalos durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, del PSDB (1995-2002) no fueron apropiadamente investigados, lo que permitió que los responsables de las irregularidades sigan "todos en libertad".
Al mismo tiempo, la mandataria aseguró que dictará nuevas medidas para volver más rígidas las leyes brasileñas contra la corrupción: "Tengo un orgullo en mi vida: nunca transigí con corruptos o con la corrupción. Duela a quien le duela condenaré a los corruptos".
En cuanto a la reforma política, el tucano mencionó estar a su favor para terminar con la reelección, lo que fue relativizado por Rousseff al contestarle que estaba convencida de que él “no tenía ningún interés en la reforma política”.
“La reforma política no es la reelección, candidato, sino el fin del financiamiento empresarial a las campañas, eso es una vergüenza. Eso y más paridad para las mujeres, pero no se limita a la reelección o no”, disparó la presidenta.
La candidata también aprovechó para acusar al PSDB de no prever obras y mencionó la crisis del agua que está padeciendo San Pablo ante la falta de reservas en el Sistema de represas Catareiras.
“Que el estado más rico de Brasil no haya destinado recursos a obras es una vergüenza”, sentenció.
Neves respondió que la crisis no fue desencadenada por falta de previsión sino por una seca que afectó también al nordeste y le dijo que hubo “falta de acompañamiento del gobierno federal”.
Por último tuvieron un minuto y medio para hablarle a todo Brasil. Rousseff apeló al país que “quiere crecer, mejorar la vida”. “Dejo aquí mi palabra, hicimos tanto para mejorarles la calidad de vida que no vamos a dejar que nadie tire lo que conquistamos. No vamos a permitir que eso vuelva a atrás”, concluyó.
Neves dijo que llegó al final de la campaña “de pie”. “Soy un candidato del cambio, de cambio de valores”, y mencionó a su abuelo, Tancredo Neves, quien fue elegido para presidente cuando finalizó la dictadura pero no llegó a asumir.
Los candidatos hoy centraron su actividad en prepararse para este último intento por conquistar los votos de los indecisos y por mantener los adeptos de cada espacio.
En Brasil, donde habitan unos 200 millones de personas y votan 148,5 millones, las distancias complican parcialmente a los aspirantes recorrer todos los puntos del país, por ende los medios, en especial los audiovisuales, son un arma poderosa en la recta final de la campaña.
Tanto peso tienen los debates en el país, que desde que Rousseff y Neves pasaron a la segunda vuelta, el pasado 5 de octubre, ya se enfrentaron en tres debates, realizados por otras cadenas.
Tras el de hoy en TV Globo, mañana se conocerán dos nuevos sondeos que podrán dar luz sobre la repercusión del último encuentro cara a cara entre quien será el ganador y perdedor de las elecciones del domingo.
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