La carta que escribió un hombre para agradecerle a su exmujer por los momentos vividos juntos en el matrimonio generó debate. ¿Puede existir la amistad después del vínculo de pareja? Opina la psicóloga María Catalina Gorosito
Hace unos días el diario inglés Huffington Post publicó la carta de despedida que un humorista y líder cristiano escribió para despedirse de quien fuera su mujer por más de dos décadas. En el texto se reflejan frases que dejan entrever su aflicción por dejar a quien lo acompañó en momentos fundamentales y proyectos alocados, su gusto por la amistad que lograron conformar tras el quiebre; y su aprobación para el posible inicio de ella a una nueva vida amorosa.
“Cuando tomamos esta decisión hace meses, sentí que el mundo se acababa. En realidad, tenía miedo al pensar en cómo sería la vida sin ti. Pero ahora, me parece más fácil sobrevivir”, escribió el escritor, humorista y líder cristiano Michael Cheshire en el inicio de su carta y agregó: “Te mereces un premio por haber estado 20 años con un hombre como yo. Los dos sabemos que no soy fácil de querer. Soy demasiado inquieto, duermo mal, hago bromas en cualquier situación y no siempre me comporto bien”.
En esa línea el hombre admitió que el problema estuvo en que la mujer lo siguió en cada proyecto y aventura que él propuso; reconoció el amor y dedicación que su esposa le dedicó a sus hijos; y asumió la presión que debió haber sentido esta por estar casada con un líder de la iglesia en un matrimonio y la invitó a rehacer su vida ya que consideró “que se merecía ser feliz”.
Dichas expresiones posibilitaron el debate que durante toda la semana se asentó en las redes sociales de todo el mundo sobre la posible existencia del “amor después del amor”. ¿Queda algo después del matrimonio?, ¿es sincero el deseo de que el otro encuentre una nueva pareja?, ¿hay una diferencia entre decirlo y hacerlo? Ser UN@ dialogó con la psicóloga María Catalina Gorosito para analizar este tema.
“En general los vínculos de pareja generan polémica. Por un lado, está el mandato religioso que dice que la unión con el otro es garantía de compromiso de por vida; y por el otro, la posibilidad de sostener un vínculo saludable, lo que da la posibilidad de ir reeligiendo y restableciendo permanentemente nuevos pactos”, comenzó a explicar Gorosito y completó: “Esta carta vendría a estar enmarcada en esta última posibilidad, donde evidentemente hubo indicios que fueron debilitando este vínculo y hoy de alguna manera desde el humor se busca recuperar o mantener la pareja, al punto que él ya prepara sus nuevas elecciones y alienta a la otra persona a perfilarse de la misma manera”.
Es en este punto y teniendo en cuenta que en la carta aparece la relación posmatrimonial como un vínculo de cariño y amistad, María Catalina Gorosito afirmó: “Cuando la relación se fue desgastando como crónica de una muerte anunciada, pero no por conflictos sino por situaciones propias de la pareja, las personas pueden ir elaborando una especie de duelo que les permite elaborar una idea de apertura hacia una nueva etapa y el cierre de otra”.
Por otro lado, la profesional detalló que existe lo que se llama “patología del vínculo”, que es todo lo contrario a la relación cordial de los ex. “Es muy difícil hablar de esto de una forma general, pero hay que decir que cuando el vínculo viene cargado de una cantidad de matices que no hacen a la relación de pareja (celos enfermos, infidelidades, adulterios, bigamia), es muy difícil que se encuentre una calma en la relación y, por el contrario, se establece algo así como una guerra donde la pareja afronta el desapego con el odio. O sea siguen vinculados pero a través del conflicto, la violencia y los litigios”.
En esa misma línea, la psicóloga santafesina detalló que “la posibilidad del amor después del amor puede darse de acuerdo a la historicidad del vínculo; es decir no todas las relaciones pueden abrirse a esta posibilidad, sobre todo si el cierre no se elaboró de forma sana”; y desde ese punto de vista aclaró: “Si al terminarse la relación uno de los dos quedó prendado o pegado a lo que se estaba viviendo, de ninguna manera podrá elaborar en su conciencia la posibilidad de ver feliz al otro con una nueva pareja”.
Otro punto de análisis
Por último, la profesional hizo foco en el hecho de que “puede resultar fácil decir la aceptación, pero complicado de realizar. En algunas ocasiones puede resultar complejo ver que eso que pregonamos se haga realidad, sobre todo cuando se trata de ver en otros brazos a quien fue parte de mi vida, y en saber de qué manera me posiciono para alentarlo a que busque alguien que sustituya mi lugar original; ya que hacerlo significa una prueba de mucha madurez, que quizás no es imposible pero sí compleja”, comentó Gorosito.
Y concluyó: “Una cosa es decirlo en una carta y otra llevarlo a cabo, pero muchas veces aunque parezca extraño lo que más puede llegar a posibilitar esta realidad son justamente los hijos, algo que para muchos representa un conflicto para otros es su motivo de unión, porque al fin y al cabo la necesidad de compartir el crecimiento de los hijos es lo que los favorece a forjar una amistad que, por supuesto, tiene un entrecomillado porque no es el vínculo que tengo con aquel o aquella con la que me junto a divertirme sino que es la relación que se sostiene por el cariño de ver bien a quien formó parte de nuestra vida”.
Fuente: Suplemento Ser UN@ / seruno@unosantafe.com.ar
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