El Tate y El Colectivero juegan este domingo desde las 15 con arbitraje de Mauro Vigliano. Crucero del Norte es el puntero y Unión escolta a un punto, antes de comenzar la fecha. El DT Tatengue, Leonardo Carol Madelón, repite los mismos once. Esperan 35 grados de temperatura a la hora del juego.
/El Litoral |
A sólo 16 kilómetros de Posadas, en el municipio de Garupá, Unión conocerá este domingo el infierno. No está mal lo que dice Ariel Cólzera —ver aparte declaraciones del ex tatengue— en cuanto a que “en Santa Fe es igual o peor el calor”, pero Unión nunca juega a las tres de la tarde con 35 grados que es lo que esperan este domingo.
Crucero del Norte, un club joven fundado hace apenas 24 años, acaricia el sueño de reinsertar al fútbol de la provincia en Primera División, algo que no pasa desde aquéllos viejos Torneos Nacionales con Guaraní Antonio Franco.
Garupá es el mismo nombre del arroyo que separa esa localidad donde está el estadio del municipio lindante de Candelaria. En guaraní, Garupá quiere decir “refugio de canoas”. Allí, el Unión de Madelón sueña con que el Crucero sea este domingo de placer en todo sentido y que no termine en una tragedia en alta mar.
Los dirigentes de Unión hicieron lo posible y lo imposible para que el partido cambiara de horario y fuera a las seis de la tarde. Pero la tele no tenía pantalla en el canal estatal. Y, además, se sabe que el horario lo pone el local. Para colmo de males, la prohibición para jugar antes de las cinco de la tarde comienza a regir en noviembre.
Los otros dos temas que están en la vidriera son las dimensiones del campo de juego (está considerado el más grande del fútbol argentino) y la famosa gramilla que “quita piernas como nunca”.
Con estos tres condimentos —calor, cancha y gramilla— está claro que Unión no hará locuras con su plan de juego. No va a salir atacar como si estuviera jugando en Santa Fe. Seguramente la idea será intentar algo similar a lo que salió a la perfección en Tucumán: defender lejos de Nereo, presionar y esperar el momento para dar el golpe.
Como todo equipo que gana, gusta y a veces golea, Madelón decidió poner en campo a los mismos once por tercera vez al hilo. La idea de darle continuidad a los nombres y a la idea de juego es algo que el entrenador venía esperando desde que arrancó el campeonato.
La victoria de anoche de los tucumanos sobre la hora es un alivio para los que están arriba, porque es un golpe duro para la “Lepra” mendocina que viene corriendo de atrás. Todo parece indicar, si bien Crucero ya quedó libre en la fecha anterior y Unión hace lo mismo en la fecha siguiente, que una victoria para cualquiera de los dos lo pondría —prácticamente— al que gane a las puertas de Primera División.
El juez que designó la AFA es Mauro Vigliano, que viene de una muy mala decisión en el derby donde sancionó algo que nunca pasó: mano de Gago, penal y expulsión. Está claro que, en caso de olvidarse, los jugadores de Unión le recordarán el reglamento de parar para tomar agua en cada tiempo, en medio del infierno con 35 grados a las tres de la tarde en la tierra colorada.
Lo peor que le puede pasar a Unión es enloquecerse ante la adversidad de los factores externos. A veces, si la cabeza no piensa, las piernas no responden. Por eso la idea de Leo Madelón es que el infierno de afuera no se traslade adentro.
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