Vecinos y comerciantes que ocupan la vereda donde se quiere trasladar a los carritos dicen que la medida es “inconsulta y perjudicial”. Sostienen que el proyecto “entorpecerá la vista al río”.
La Capital |
La decisión del municipio de trasladar los carritos de la Rambla Catalunya a la vereda de enfrente carga ahora con un nuevo repudio. Los frentistas —residentes y comerciantes— se oponen tanto como los doce pancheros a esta relocalización a la que consideran “inconsulta y perjudicial”. Sostienen que el proyecto “entorpecerá la vista al río” de sus viviendas y las desvalorizará, además de perturbar su tranquilidad con ruidos y olor a comida y residuos.
En principio son 16 los vecinos que hicieron oír su voz y dejaron por escrito su reclamo en las mesas de entradas del Concejo, la Municipalidad y la Secretaría de Planeamiento. Pero aseguran que “hay mucha más gente disconforme y dispuesta a presentar acciones legales de no haber respuesta al reclamo”, tal cual lo planteó Gabriel Maida, quien reside en Carrasco 2113.
En el documento que presentaron y que firman al pie con datos de los comercios que explotan (guardería, bar, heladería, entre otros) o sus domicilios particulares, sostienen que la nueva localización compromete sus negocios y los pone “en igualdad con quienes abonan impuestos y tasas de menor importe y no están obligados a cumplir con normativas que exigen una determinada infraestructura y obliga a realizar una importante inversión en dinero”.
Pero además, se quejan quienes viven en el lugar. “Son puestos fijos, enclavados en la vía pública y abiertos las 24 horas. Una verdadera molestia”, apuntó el apoderado legal de uno de los frentistas, Miguel Garay.
Según dijeron los denunciantes, ya se construyeron cuatro bases para los futuros carritos o pancheros (quedan ocho más de Gallo hacia el norte). “Dos están frente a un inmueble que es de mi propiedad y alquilo como bar. Cuando lo habilité, el municipio me pidió que hiciera hasta un bar para discapacitados, lo hicimos; no tenía agua, ni luz, ni gas: tuve que traer el agua y la luz de otra calle y hacer el pozo ciego. Y ahora a tres metros instalan dos carritos que como establecimientos comerciales cumplen con muchas menos normativas, ¿adónde tirarán el agua? ¿a la calle o al desagüe pluvial? No me parece justo”, indicó Maida.
Las estructuras recién edificadas se ven muy cercanas a la acera, lo que implicará, para los denunciantes, que la gente coma prácticamente amontonada en el frente de sus casas y con el riesgo de estar “pegados” a la circulación de autos.
Críticas. “Adentro los carritos tienen sólo un freezer, una carlitera, una fritera y una camioneta estacionada al lado que usan como depósito. Ni un baño”, se quejó una vecina. “Todo esto nos parece bastante irregular, pero no se solucionará con cambiarlos de vereda, por el contrario se perjudica a dos sectores: a los pancheros, que deben irse de una vereda más ancha y donde pasa más gente; y a nosotros, los frentistas. Esto sin dudas es una disputa entre el municipio y el concesionario de los bares de la Rambla, y se está resolviendo de la peor manera”, remarcó.
Otro de los comerciantes, dueño de un bar y coctelería de Pedriel y Costanera, es Gonzalo del Cerro. También se queja de la medida. “Tengo un negocio y no creo que a ningún cliente le guste que lo siente a cuatro metros de un panchero. A mí esto me joroba el negocio, en el que hace apenas un año invertí dinero”, remarcó.
Todos los denunciantes piden ser atendidos por el municipio y los concejales y aseguran que tienen ideas alternativas para terminar con este proyecto que a su parecer “altera la buena convivencia que actualmente hay entre vecinos”.
Sostienen que podrían agruparse los carritos más al norte, frente a la zona donde ya están los pescadores, a metros del ingreso sur de La Florida. Otra idea que proponen es en la cabecera del puente Rosario-Victoria o en el parque Alem.
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