El senador provincial por el departamento San Cristóbal Felipe Michlig (UCR FPCyS) presentó un proyecto en el Senado de Santa Fe para declarar “su beneplácito por haber sido ungido como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica al cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio”, llamado Papa Francisco.
En los fundamentos de la iniciativa el legislador destaca que “cada vez que ante la ausencia del Sumo Pontífice la Iglesia Católica debió designar a su máximo dignatario, el mundo mostró sus expectativas de modo singular pues a nadie escapa la importancia que la fe católica reviste por tener presencia a través de sus fieles de modo global, sino porque también la Iglesia Católica es la institución más antigua del planeta. De ello resulta que la elección de la cabeza que conducirá la espiritualidad de millones de fieles influye de modo directo en todas direcciones”.
Luego de sintetizar el proceso que siguió a la renuncia al papado por Benedicto XVI, el senador Michlig expresa que “grande fue la sorpresa del mundo entero cuando el cardenal protodiácono anunció en latín que teníamos Papa y que su nombre era Jorge Mario Bergoglio. Quienes siguieron el proceso desde la plaza San Pedro, o por los medios masivos que transmitían el hito en directo manifiestan que la sorpresa fue mayúscula, hasta podría decirse que se vivió un instante de incredulidad, al que sobrevino una inmensa alegría”.
“Desde la emoción que aún nos embarga, agrega, en un primer análisis surge con meridiana claridad que la designación de un latinoamericano como Sumo Pontífice traerá consigo una impronta inédita. Es difícil anticipar de qué modo se plasmará ello en el Pontificado de Francisco. Lo que si podemos predecir, al echar un rápido vistazo en la forma de vida de Jorge Bergoglio, es que los gestos de humildad serán una constante en Francisco. Prueba de ello es que su nombre lo eligió en mérito a San Francisco de Asís, cuya orden se caracterizó por los votos de pobreza y austeridad”.
Recuerda en ese sentido los orígenes de Bergoglio y señala que “su humildad se encuentra estampada en su corazón” y que estuvo “siempre al lado de los que claman justicia. Comprometido con sus tiempos, de gestos austeros y palabras directas. Una gran capacidad para comunicar. Se dice que la Iglesia necesitaba un Pastor. Pues estoy seguro que lo ha encontrado en un porteño de ley, que le gusta el mate, el fútbol, leer clásicos, y por supuesto disfruta escuchando tango”, concluye el senador Michlig.
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