El árbitro Germán Delfino fue designado para dirigir el derby y, a horas de dar el pitazo inicial, contó sus sensaciones. “Ojalá los jugadores se comporten y que nos dejen hacer nuestro trabajo”, dijo.
En Santa Fe, el clásico hace más de dos semanas que se viene jugando y, pese a que en el medio se disputó la 15ª fecha, donde Colón empató con All Boys y Unión hizo lo propio ante San Lorenzo, desde los rincones se aguardaba impaciente la designación del árbitro. El elegido fue Germán Delfino, uno de los valores que están en alza en la consideración pública y que tendrá por delante la importante tarea de impartir justicia en un cotejo que paraliza a la ciudad.
En diálogo con Ovación Radio, el nacido en Ramos Mejía manifestó sus sensaciones, a horas de dar el pitazo inicial del juego. “Es una semana linda en lo profesional. Ojalá salga todo bien y que pueda estar a la altura de las circunstancias. Uno ve las formaciones y sabe quién juega. Lo bueno es que, después de más de 50 partidos que tengo en Primera, ya dirigí a los dos equipos y nos conocemos mutuamente, aunque cada partido tiene su condimento especial. Luego, cuando llega la hora del partido, uno se va concentrando con los asistentes para que no se escape ningún detalle”, apuntó.
Seguidamente, se refirió a la credibilidad y las posturas que debe presentar un pleito de estas características: “Nosotros salimos con una libertad absoluta, sin preconceptos. Hace muchos años solamente salían campeones los equipos grandes y el resto no, por eso había una mala idea para con los árbitros. Los últimos campeones le dieron una gran transparencia a nuestra tarea. Nosotros tenemos veedores televisivos y de cancha, a veces 10 o 15 cámaras por partido y, si nos equivocamos, tenemos que ir a un descargo o nos paran por un fin de semana. A nadie le gusta eso. El error existirá siempre y los protagonistas tienen que entender que nos podemos equivocar. Deben entender que es parte del juego. Cuando es a favor nadie dice que ganaron porque el árbitro los benefició. Hoy el fútbol es muy parejo, por eso nuestro campeonato es muy atractivo, ya que es entretenido hasta el final. El español es muy aburrido. Si bien uno se maravilla por cómo juega Barcelona, pero por otro lado siempre saca mucha ventaja sobre sus perseguidores. Eso no está tan bueno”.
Roce internacional
A partir de este año, el Hombre de Negro –pese a que ahora ya usan vestimentas de diversos colores–, como se lo denomina también al árbitro, mostró su emoción por poder controlar acciones en competencias subcontinentales: “Es mi primer año como árbitro internacional, por lo que no estaba ilusionado con dirigir el superclásico. Dirigí River-San Lorenzo, Boca-San Lorenzo y el de Avellaneda. Dirigir el clásico santafesino también es muy importante para mi carrera. Así que suma mucho”.
A partir de este año, el Hombre de Negro –pese a que ahora ya usan vestimentas de diversos colores–, como se lo denomina también al árbitro, mostró su emoción por poder controlar acciones en competencias subcontinentales: “Es mi primer año como árbitro internacional, por lo que no estaba ilusionado con dirigir el superclásico. Dirigí River-San Lorenzo, Boca-San Lorenzo y el de Avellaneda. Dirigir el clásico santafesino también es muy importante para mi carrera. Así que suma mucho”.
Experiencia con Colón y Unión
“A Unión lo dirigí mucho en la B Nacional, tiene varios jugadores que jugaron en esa categoría y los dirigí. A Colón lo arbitré en Primera, tiene jugadores de experiencia y otros jóvenes. Son dos planteles bien armados y por suerte no observo jugadores conflictivos. En Unión está Correa, Bastía en Colón, son experimentados y se puede hablar mucho con los dos. Ya no está más Fuertes, que jugaba mucho al límite con el fuera de juego y era muy hábil, aunque era más complicado para los asistentes. Era más conflictivo que el resto, pero tenía mucha experiencia y capacidad”, apuntaló.
En la parte final, aclaró que “la cancha de Colón es un lindo estadio. Hay estadios lindos en el país, porque la gente acompaña y se hacen lindos partidos, eso hace que uno esté más concentrado. En el ascenso dirigía partido con 20 personas y se escuchan más los insultos, hasta a los mismos jugadores les cuesta más concentrarse cuando hay poca gente. La cancha tiene un buen césped, ojalá los jugadores se dediquen a jugar y nos dejen a nosotros hacer nuestro trabajo. Un clásico no deja de ser un partido de fútbol, los jugadores se tienen que comportar de la misma manera, aunque uno sabe que se están jugando muchas cosas. Ellos deben colaborar y nosotros tenemos que estar atentos para prevenir y dialogar con los futbolistas. Ojalá se dé un partido lindo, abierto y que gane el que mejor juegue, y se hable de fútbol y no de otras cuestiones”, concluyó.
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