El procesamiento dictado por el tribunal de alzada responde a la apelación interpuesta por la fiscalía y la querella de la causa, luego de que el juez federal de San Nicolás, dictara falta de mérito de Rodríguez, quien deberá cumplir prisión preventiva.
La Cámara Federal de Rosario procesó al ex teniente coronel Víctor Hugo "Chuly" Rodríguez por los secuestros, torturas y asesinatos de los militantes montoneros Eduardo Pereyra Rossi y Osvaldo Cambiaso, cometidos en mayo de 1983. La medida, difundida ayer, incluye la orden de que el militar retirado aguarde el juicio oral en prisión preventiva, y lo suma a la misma situación en la que se encuentran los represores Luis Abelardo Patti, Reynaldo Bignone y la patota que dirigía el jefe del Destacamento 121, coronel retirado Pascual Oscar Guerrieri. Al cierre de esta edición, el tribunal no había notificado sobre la detención del militar retirado que se hizo conocido en democracia por organizar una expedición anual para emular el cruce de los Andes por el general San Martín.
El procesamiento dictado por el tribunal de alzada responde a la apelación interpuesta por la fiscalía y la querella de la causa, luego de que el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, dictara falta de mérito y dejara afuera del procesamiento a Rodríguez, y a dos personal civil de inteligencia: el ex futbolista Edgardo Andrada y el agente José Luis Troncoso. Villafuerte Ruzo procesó en febrero pasado a Bignone, a Patti, a Guerrieri y a sus subordinados militares y civiles Walter Pagano, Ariel Porra, Juan Andrés Cabrera, Carlos Sfulcini, Ariel López y Américo Muñoz. Todos, menos Muñoz que está enjuiciado en libertad, fueron procesados con prisión preventiva, y por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormento y homicidio de los militantes peronistas.
El fiscal Juan Murray, y la abogada Ana Oberlin, patrocinante de Gladis y Ethel Cambiaso, hermanas de Osvaldo, apelaron el dictamen y reclamaron que también Rodríguez, Andrada y Troncoso fueran sentados en el banquillo de acusados, al entender que estos también cumplían funciones en la unidad militar que participó del operativo desatado el 14 de mayo de 1983, en el bar Mágnum. Incluso Rodríguez cumplía un cargo jerárquico, como Guerrieri. "Era absurdo que todo el personal a cargo de Rodríguez estuviera procesado, y él, que era jefe, estuviera con falta de mérito", coincidió Murray. El fiscal consideró que la Cámara, a diferencia del juez de primera instancia, "valoró las declaraciones de Eduardo Tucu Costanzo, que lo inculpó a Rodríguez, a diferencia del juez de primera instancia, que las había desestimado". Andrada y Troncoso también fueron mencionados por Costanzo como ejecutores del secuestro, pero estos casos dividieron la opinión de los seis camaristas. Ahora resta integrar a un séptimo miembro desde la Cámara Federal de Casación Penal para que desempate el criterio y disponga si ambos imputados conservarán el auto de falta de mérito o si correrán la misma suerte que Rodríguez.
"Ellos tienen una situación tan comprometida como el resto. Hay bastantes pruebas y hace muchos años que se está instruyendo la causa. La misma prueba que se utilizó para procesar a unos también le cabe a los otros", planteó Oberlin. Al conocer ayer la decisión de la Cámara, la abogada expresó una incipiente satisfacción, aunque quedó a la espera de que el pleno del tribunal resuelva sobre la situación de Andrada y de Troncoso, hasta ahora ajenos al enjuiciamiento.
El Viejo y Carlón, como se los conocía a Cambiaso y Pereyra Rossi, fueron emboscados mientras se encontraban en el bar de Córdoba casi Ovidio Lagos. Un grupo de tareas los metió por la fuerza en un camión celular y los llevó a la vista de testigos. Las autopsias luego indicarían que fueron sometidos a picana, entre otros tormentos. Sus cuerpos aparecieron fusilados en un camino rural de la localidad bonaerense de Lima, en jurisdicción de Zárate, donde mandaba el comisario Patti. El caso fue investigado antes de las leyes de impunidad, sin embargo la justicia nicoleña sobreseyó a los imputados Patti y sus subalternos Juan Spataro -que se encuentra prófugo? y Rodolfo Diéguez, que ya murió. La causa iba a quedar en la historia hasta que en 2005, con la aparición de nuevas pruebas, Villafuerte Ruzo tuvo que ordenar la reapertura de la investigación y anular los sobreseimientos.
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