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viernes, 23 de noviembre de 2012

SANTA FE: Dolor e indignación por los hermanitos electrocutados


Un niño de 11 años murió prácticamente en el acto. Su hermanito de 9 permanece internado en grave estado. Recibieron una descarga de un cable del tendido eléctrico que cayó al suelo.

La niña, de 5 años, entró gritando a la carnicería: “¡¡¡Auxilio por favor!!! ¡¡¡¡Que alguien ayude a mis hermanos que están tirados en la calle!!!”.

Los ojitos desorbitados de la pequeña estaban llenos de terror y desesperación. La situación no pasó desapercibida para Leonardo (el comerciante) ni para una clienta, que rápidamente fueron hasta la puerta para ver qué había pasado.

A poco de asomarse... el horror.

Sobre la calle (por esos momentos inundada de vereda a vereda) estaba el cuerpo de un chico, el que tenía pegado en uno de sus brazos un cable del tendido eléctrico.

Unos metros más alejado, ya sobre la vereda, se encontraba otro niño desmayado y en evidente estado de shock.

El lugar del desastre es Castañaduy al 6800, casi esquina con Boneo, en el corazón de barrio Cabal.

Con palos y ojotas

Sin vacilar Leonardo decidió tomar cartas en el asunto. Entonces empuñó dos escobillones del negocio y fue al encuentro de las víctimas.

También Mauricio y Cristian (dos muchachos que atienden una agencia de quiniela en la misma cuadra) se sumaron a la patriada. Estos últimos llevaban en sus manos ojotas de goma.

Todos estos hombres mayores tenían un único objetivo. “Despegar” al chico del cable y asistir a los niños afectados.

Varios fueron los intentos hasta que finalmente entre los palos del escobillón y las ojotas, lograron amarrar el maldito cable a un poste.

Para esta altura al lugar ya habían llegado algunos familiares de los menores, los que lógicamente entraron en situación de pánico. Mientras tanto los vecinos llamaban a la policía y a los servicios de emergencias.

Buena intervención

Los primeros en arribar al lugar fueron los patrulleros 4435 y 4388 del Comando Radioeléctrico. La intervención del personal de estos móviles resultó crucial en la historia.

El chico de 11 años (a quien se lo identificó como Antonio Luis Villalba) fue cargado en uno de los móviles, el que salió raudamente en dirección al hospital de Niños.

En tanto el otro pequeño (Kevin Joel Duarte, de 9 años) fue subido al otro patrullero. En esta parte es para destacar lo realizado por el sargento Cristian Musuruana, quien en medio del traslado le practicó al menor maniobras de reanimación cardio pulmonar.

Tras una primera parada en el hospital Mira y López, luego Kevin fue llevado al Hospital de Niños donde ingresó en condición crítica.

Es de hacer notar que durante el traslado se desarrolló un operativo conjunto que involucró unidades sanitarias y móviles que escoltaban el paso, a fin de agilizar el tránsito y evitar males mayores. 

Ya en dicho nosocomio y alertados por el hecho se recibió a los menores en el shockroom. 

Agotados los protocolos de emergencia el jefe del Servicio de Guardia anunció el triste desenlace, confirmando el deceso del menor Antonio Luis Villalba (11).

A su vez el profesional precisó la internación de Kevin Joel Duarte (9 ) el que quedó alojado en la Unidad de Terapia Intensiva, en estado delicado y con pronóstico reservado.

Asimismo el galeno hizo hincapié en las efectivas y vitales maniobras de RCP, practicadas por el personal policial las que resultaron fundamentales para que el menor de los niños continuase con vida.

Tragedia anunciada

De acuerdo con las primeras versiones el desastre sucedió en momentos que los chicos caminaban en dirección a un comedor comunitario de barrio Las Lomas. Al cruzar la calle entraron en contacto con un cable del tendido eléctrico, el que había caído al suelo tras la última tormenta.

Vecinos del lugar que fueron consultados hoy aseguraron que cada vez que llueve dicho sector se inunda de vereda a vereda, ocasionando todo tipo de trastornos.

Agregaron que la caída de cables del tendido eléctrico es un mal que padecen con cada fenómeno meteorológico. Como ejemplo dijeron que en la última tormenta (en el mes de octubre) fueron no menos de tres los cables que cayeron.

Los restos mortales de Antonio eran velados hoy en su domicilio particular, ubicado no muy lejos del lugar de la tragedia, en Bernardo de Irigoyen al 6700.

Numerosos vecinos y familiares se congregaron hoy en torno a dicho inmueble donde se observaron escenas desgarradoras.

Antonio era alumno del jardín especial Nº 2026 Jardín de la Esperanza, cuyas maestras y auxiliares hoy también dijeron presente.

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