La víctima es una mujer de 29 años. Terminó herida tras sufrir una golpiza en manos de un delincuente.
Fernanda Gianastasio (29) hace tres meses que comenzó a trabajar en la panadería Polo Norte, sucursal de Marcial Candioti y Juan del Campillo.
Durante la siesta del miércoles pasó uno de sus peores momentos cuando quedó a merced de un delincuente que la asaltó y la golpeó sin piedad.
“Todo ocurrió minutos antes de las 14, justo un ratito antes que termine mi turno”, dijo hoy Fernanda en diálogo con este diario.
“Vi que ingresó un muchacho de unos 18 años. Estaba vestido de manera normal. Enseguida comenzó a hablar algo de comida. No sé muy bien qué decía porque no se le alcanzaba a entender. Pero creo que se refería a bandejas con pizzas y empanadas que había sobre el mostrador.
En un momento dado este tipo me dice: ‘No digas nada ni aprietes ningún botón, y dame toda la plata’. Tras ello exhibió el caño de un arma. En realidad, después me di cuenta que lo que tenía era un caño en forma de L envuelto con cinta negra”, explicó la mujer.
Más adelante, Fernanda narró que “yo traté de convencerlo para que se vaya. Le decía andate porque aquí hay cámaras, te están filmando. El tipo me contestó que las cámaras no le interesaban.
Entonces me ordenó que me encierre en el baño. Yo obedecí y me quedé hasta que escuché un ruido. Pensé que era la puerta porque se había ido. Al salir del baño me lo vuelvo a encontrar. Seguía adentro del salón. Le digo que se vaya porque ya estaba por llegar la otra chica.
Entonces me zamarreó de la ropa hasta que me hizo caer al suelo. Me tiró detrás del mostrador y comenzó a golpearme con ese fierro que tenía. Me pegaba sobre todo en la cara y en la cabeza. Yo comencé a gritar. Pero me di cuenta que mientras más gritaba, más me pegaba.
En un momento, lo miro y el me ve la cara. Yo estaba con sangre por todos lados. Ahí me ordena que vaya otra vez para el baño.
Él atinó a encerrarse conmigo. Se acomodó el pantalón no sé para qué, quizás para hacer algo peor. Pero allí se dio cuenta de que la puerta no tenía picaporte. Entonces salió y se fue”, contó.
Consultada sobre lo acontecido, Fernanda relató que “yo quedé destruida a todo nivel. Fue horrible todo lo que pasó. Pero tengo que seguir adelante y voy a seguir trabajando. La cuestión de la seguridad es un tema que debe resolverse cuanto antes”, sentenció.
Durante la siesta del miércoles pasó uno de sus peores momentos cuando quedó a merced de un delincuente que la asaltó y la golpeó sin piedad.
“Todo ocurrió minutos antes de las 14, justo un ratito antes que termine mi turno”, dijo hoy Fernanda en diálogo con este diario.
“Vi que ingresó un muchacho de unos 18 años. Estaba vestido de manera normal. Enseguida comenzó a hablar algo de comida. No sé muy bien qué decía porque no se le alcanzaba a entender. Pero creo que se refería a bandejas con pizzas y empanadas que había sobre el mostrador.
En un momento dado este tipo me dice: ‘No digas nada ni aprietes ningún botón, y dame toda la plata’. Tras ello exhibió el caño de un arma. En realidad, después me di cuenta que lo que tenía era un caño en forma de L envuelto con cinta negra”, explicó la mujer.
Más adelante, Fernanda narró que “yo traté de convencerlo para que se vaya. Le decía andate porque aquí hay cámaras, te están filmando. El tipo me contestó que las cámaras no le interesaban.
Entonces me ordenó que me encierre en el baño. Yo obedecí y me quedé hasta que escuché un ruido. Pensé que era la puerta porque se había ido. Al salir del baño me lo vuelvo a encontrar. Seguía adentro del salón. Le digo que se vaya porque ya estaba por llegar la otra chica.
Entonces me zamarreó de la ropa hasta que me hizo caer al suelo. Me tiró detrás del mostrador y comenzó a golpearme con ese fierro que tenía. Me pegaba sobre todo en la cara y en la cabeza. Yo comencé a gritar. Pero me di cuenta que mientras más gritaba, más me pegaba.
En un momento, lo miro y el me ve la cara. Yo estaba con sangre por todos lados. Ahí me ordena que vaya otra vez para el baño.
Él atinó a encerrarse conmigo. Se acomodó el pantalón no sé para qué, quizás para hacer algo peor. Pero allí se dio cuenta de que la puerta no tenía picaporte. Entonces salió y se fue”, contó.
Consultada sobre lo acontecido, Fernanda relató que “yo quedé destruida a todo nivel. Fue horrible todo lo que pasó. Pero tengo que seguir adelante y voy a seguir trabajando. La cuestión de la seguridad es un tema que debe resolverse cuanto antes”, sentenció.
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