El equipo de Gerardo Martino
lidera, se copa y se aleja en los promedios. Los once ya deberían contar
con Nacho, que nuevamente fue clave para el desahogo de Newell's.
La Capital |
Ignacio Scocco sigue
entrando desde el banco, pero ya está demasiado on fire para
desaprovecharlo tanto tiempo. Los once ya deberían contar con Nacho, que
nuevamente fue clave para el desahogo de Newell\'s. En la anterior cita
en el Coloso, sirvió un misil tierra-aire para asegurar la victoria que
se sostenía con alfileres en minoría ante San Martín de San Juan. Y
ayer usó su olfato goleador para desentrañar un partido ultra complicado
ante un amarrete Estudiantes, que ya se regodeaba con un punto. Con
esta nueva conquista, el equipo de Martino infló sus números: 11 puntos
para liderar el Inicial, al menos hasta hoy, para quedar al tope de la
tabla que clasifica a la Copa Libertadores 2013 y, sobre todo, para
alejarse lo más rápido posible de la zona que angustia, algo que está
logrando con creces.
La vida le sonríe a Newell\'s y a
Martino, que aún con decisiones futbolísticas cuestionables, está
armando una estructura sólida. Creciendo por otra parte con resultados
trabajados pero merecidos. Su equipo aún no tiene el juego que pretende,
pero gana bien, como ayer sobre Estudiantes. Como quizás debió hacerlo
con Independiente y no tanto ante Belgrano.
Y el presente es esperanza porque hay
un potencial que se olfatea, aunque no apareció en su esplendor y porque
el equipo se va haciendo de la forma más lógica: desde sus cimientos,
de atrás hacia adelante.
Hay que referir que todavía Guzmán no
pasó grandes pruebas de suficiencia para entender que el invicto se
sostiene más en un sistema defensivo que se está haciendo fuerte, con el
emblema de Heinze pero también con el crecimiento que a su lado viene
experimentando Vergini. Y en el que López, más allá de la roja, o Casco,
que con altibajos se mostró siempre, parecen sentirse más seguros. Y en
el que Villalba hace bien el trabajo sucio en retroceso, más allá de su
exasperante imprecisión de ayer.
Con esa seguridad atrás, Newell\'s
intentó siempre, hizo circular la pelota de un lado a otro (allí también
fueron valiosos varios cambios de frente de Heinze en su nueva función
de 3), pero esa imprecisión y la falta de criterio para darle
profundidad impidieron que se tradujeran en situaciones de riesgo en
cantidad suficiente como para asustar a un Estudiantes que no guarda ni
atisbos de la gloria de otrora de la mano de la Brujita Verón.
Tuvo algunas buenas opciones el equipo
del Tata, pero lo suyo casi nunca fue claro ni derivó de asociaciones
constantes y menos punzantes. Sólo lo logró en el final y fue el botón
de muestra de cómo le costó el partido a Newell\'s, ya que Scocco y
Urruti se llevaron la pelota a la rastra, peleándola con uñas y dientes
sin sobrarle nada, pero convencidos de que, así y todo, podían.
Y Newell\'s pudo. Y se intuye puede
más. Asentó su piso y su techo parece aún por descubrir. Mientras, suma y
suma en pos de una meta primaria que puede llevarlo a otras sin pérdida
de tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario