En los últimos tiempos, se
observa una inclinación en los santafesinos por la realización de menos
compras pero con más frecuencia al mes. El objetivo es ajustar los
gastos y enfrentar la inflación.
Los santafesinos buscan día a día diferentes alternativas de ahorro
para seguir consumiendo ciertos productos con el objetivo de hacerle
frente a la inflación y a los precios altos, que sufren incrementos cada
vez con mayor frecuencia. La mayoría de las veces, las estrategias de
compra implementadas giran en torno a la cuestión económica y al ahorro
en el bolsillo del presupuesto familiar; en otros casos, se utilizan por
una marcada tradición o por un tema organizativo; y en un porcentaje
menor, para poder seguir dándose algunos “lujos”. En definitiva, los
santafesinos, al igual que el resto de los argentinos, tiene la
capacidad de rebuscárselas siempre.
Con el firme objetivo de hacerle frente a la inflación y tener la grata sensación de “gastar menos”, se observa en el último tiempo una tendencia a dejar de realizar las tradicionales “compras del mes” en los supermercados cambiando un clásico hábito de consumo por otro que va ganando terreno con mucha fuerza: comprar sólo lo que haga falta en las alacenas del hogar, día a día o semana a semana, incrementando las visitas a los supermercados o a los almacenes del barrio.
Esta preferencia que crece entre la gente, es la que pudo observar Diario UNO en una encuesta en la calle, que al mismo tiempo es confirmada por un estudio realizado por una consultora especializada a nivel nacional, que analizó el pulso social de los consumidores argentinos y que detectó que en ninguno de los segmentos sociales aparecen ya las grandes compras de principios de mes.
Un dato que posibilita entender la actitud más cauta a la hora de consumir es el menor poder adquisitivo que manifiestan los encuestados. En 2011, el 56 por ciento percibía que sus ingresos habían bajado respecto al año anterior y en 2012, la cifra subió al 66 por ciento. En este contexto, se observa una tendencia en este último período hacia “la lógica del consumo del rebusque” en la idea de conseguir el mejor precio final.
Con el firme objetivo de hacerle frente a la inflación y tener la grata sensación de “gastar menos”, se observa en el último tiempo una tendencia a dejar de realizar las tradicionales “compras del mes” en los supermercados cambiando un clásico hábito de consumo por otro que va ganando terreno con mucha fuerza: comprar sólo lo que haga falta en las alacenas del hogar, día a día o semana a semana, incrementando las visitas a los supermercados o a los almacenes del barrio.
Esta preferencia que crece entre la gente, es la que pudo observar Diario UNO en una encuesta en la calle, que al mismo tiempo es confirmada por un estudio realizado por una consultora especializada a nivel nacional, que analizó el pulso social de los consumidores argentinos y que detectó que en ninguno de los segmentos sociales aparecen ya las grandes compras de principios de mes.
Un dato que posibilita entender la actitud más cauta a la hora de consumir es el menor poder adquisitivo que manifiestan los encuestados. En 2011, el 56 por ciento percibía que sus ingresos habían bajado respecto al año anterior y en 2012, la cifra subió al 66 por ciento. En este contexto, se observa una tendencia en este último período hacia “la lógica del consumo del rebusque” en la idea de conseguir el mejor precio final.
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