Así la calificaron los usuarios
ante el calamitoso estado en que se encuentran varios tramos.
Autoridades de pueblos afectados exigieron a Vialidad que realice
urgentes reparaciones.
La Capital |
El calamitoso estado en que se
encuentran varios tramos de la ruta provincial 91, entre la ruta 9 y
Villa La Ribera, una vía de vital importancia para el acceso a los
puertos del Gran Rosario, está generando una ola de reclamos de los
usuarios y de los que se están haciendo eco autoridades de varias
poblaciones de la región. Alegan que "no es transitable y que es caldo
de cultivo para accidentes de tránsito".
A través de las redes sociales y en los
medios locales, los usuarios (en especial transportistas que deben
llevar cargas a los puertos aledaños a Rosario) hicieron referencias a
roturas, al deterioro constante de las unidades de transporte y al
peligro por eventuales accidentes.
Autoridades de Cañada de Gómez,
Bustinza y Serodino, entre otras, solicitaron a los funcionarios de la
Dirección Provincial de Vialidad "que lleven a cabo reparaciones
inmediatas". Uno de los últimos pedidos fue elevado por el Concejo
cañadense para que repavimente el tramo comprendido entre Cañada de
Gómez y Bustinza. Los ediles describieron el estado de la ruta 91 como
"lamentable" debido a los baches, desniveles, banquinas descalzadas,
entre otras irregularidades.
"Los vehículos deben esquivar estas
importantes anomalías que pueden provocar eventuales accidentes, y
causar víctimas fatales", dijeron en los considerandos de una
presentación que fue votada por unanimidad del cuerpo.
Idéntico comentario formuló el senador
del departamento Iriondo, Hugo Rasetto, quien prometió dar tratamiento
al asunto en la Legislatura santafesina. "Hay muchas obras que están
demoradas por falta de fondos; es por eso que el gobierno está pidiendo
mayores ingresos a través de la reforma tributaria, pero la oposición no
colabora y desde hace siete meses no nos ponemos de acuerdo", señaló.
"No podemos arreglar una ruta, tampoco un puente, debemos hacer más lentas las obras", opinó el legislador provincial.
Conductores desbordados. "La
semana pasada se me rompió el tren delantero en uno de los baches más
cercanos a la ruta 9. ¿Quién me paga por el arreglo?", se preguntó
Carlos, el representante de una empresa telefónica que se moviliza en un
Renault 21 color bordó.
"Es un caos, es calamitoso y vergonzoso
el estado en que está la ruta. Mi hija Melina vive en Cañada de Gómez
con su hija de tres años, por lo que viajo con frecuencia. Rompen lo
poco que tienen transitando por ese camino", dijo por su parte Mónica,
de Clarke.
"Cuando me toca ir al puerto de
Timbúes, me persigno y me despido de mi familia porque no sé si voy a
regresar", comentó el transportista cañadense José Luis Moracci, quien
transita la 91 en todo su recorrido. Para graficar su deterioro, contó
que "hay sectores intransitables por los que debemos cruzarnos al otro
carril".
Para el transportista "hay lomos de
burro innecesarios. Además, entre Totoras y Serodino, hay un puente que
está cediendo, y en Serodino la ruta prácticamente desapareció". El
tramo entre esta localidad y Villa La Ribera "prácticamente es una calle
de tierra", describió el camionero de Cañada de Gómez. Por otra parte,
desmintó las criticas en cuanto a un exceso de peso de la carga que
llevan las unidades "Nos cargan 45 mil kilos que es lo permitido", dijo.
"Deben hacer un mejor manejo del
presupuesto y atender las prioridades. No entiendo para qué algunas
comunas cobran a cada camión un vale que va de 10 a 30 pesos, que
supuestamente debería ir al arreglo de los accesos, pero esos caminos
están cada vez peor. ¿Adónde va esa plata?", indagó.
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