Perseguido por la policía tras cometer un asalto, un delincuente buscó refugio en el hospital Cullen, donde finalmente pudo escapar. Hubo otros atracos.
Momentos de tensión e incertidumbre se vivieron hoy en el hospital Cullen cuando gran cantidad de uniformados ingresaron a la carrera.
Eran cerca de las 11 cuando los pasillos del nosocomio, de un momento a otro, fueron recorridos por policías que se mostraban nerviosos. El motivo de tal exaltación era más que comprensible. Los agentes trataban de dar con un delincuente el que se había refugiado en el hospital tras cometer un asalto en un comercio de la zona.
La secuencia comenzó un rato antes y a pocas cuadras del nosocomio, en una agencia de quiniela ubicada en Mendoza al 3200.
A dicho local ingresó un sujeto el que exhibiendo un arma de fuego y bajo amenazas de muerte redujo a la encargada. Dueño de la situación sustrajo unos 400 pesos, un teléfono celular y escapó a la carrera.
Pero no todo fue “viento en popa” para el rufián, porque a poco de consumar el atraco un móvil del Comando acertó pasar por el lugar y advirtió que algo anormal había ocurrido.
Los agentes procuraron interceptar al sujeto pero fue entonces cuando éste comenzó una desesperada carrera en dirección a Av. Freyre. Lo último que se observó del caco fue que en plena fuga se introdujo al hospital Cullen. Esta situación derivó luego en un importante operativo de búsqueda que se desarrolló en el interior del efector público, y del que tomaron parte varios uniformados.
Al cabo de 30 minutos, la movida policial quedó desactivada en la sospecha que el malviviente había logrado su propósito de escapar del hospital o “camuflarse” entre las numerosas personas.
Taxista
Por otra parte, ayer a la tarde, un taxista fue víctima de un asalto.
Todo ocurrió cerca de las 17, cuando Roberto Goiri, de 24 años, circulaba al mando de un Volkswagen Gol por la zona de 4 de Enero y Salta.
En dicha intersección el nombrado levantó un pasajero el que pidió ser trasladado hasta Mendoza y Arenales, en Santa Rosa de Lima. Faltaban pocas cuadras para llegar a destino cuando el “pasajero” sacó a relucir sus verdaderas intensiones. A punta de pistola el rufián robó unos 800 pesos y un teléfono celular para finalmente darse a la fuga.
* En tanto, una pollería de barrio Los Hornos también fue blanco de los amigos de lo ajeno.
Fueron dos malvivientes los que poco antes del término del horario comercial ingresaron a una pollería ubicada en Ángel Cassanello al 3800.
Armado con un cuchillo uno de los cacos redujo a la encargada. La incursión le reportó a los malvivientes hacerse de dinero en efectivo, una Motomel de 110 cc y hasta la caja registradora.
Perseguido por la policía tras cometer un asalto, un delincuente buscó refugio en el hospital Cullen, donde finalmente pudo escapar. Hubo otros atracos.
La policía acudió en gran número hasta el hospital Cullen. No obstante, el malviviente logró zafar de sus perseguidores.
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