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sábado, 18 de agosto de 2012

STA FE: Lo condenaron por abusar de una clienta en una librería

Un joven empleado de una librería que abusó sexualmente de una clienta dentro del local donde trabajaba en barrio Echesortu, fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión.
La Capital | 
Lo condenaron por abusar de una clienta en una librería
imagen ilustrativa
Un joven empleado de una librería que abusó sexualmente de una clienta dentro del local donde trabajaba en barrio Echesortu, fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión. Ahora tendrá que afrontar un tratamiento por sus trastornos psicológicos.
El hecho que llegó al fallo condenatorio del Juzgado de Sentencia Nº 6 de Rosario, ocurrió en pleno mediodía del 2 de noviembre de 2010, cuando una clienta habitual y vecina llegó para sacar fotocopias al negocio ubicado en Mendoza al 4400 .
Al ingresar al salón se encontró con un hombre robusto a quien solicitó el servicio y entregó las hojas para duplicar. El empleado, en ese momento de 20 años, copió el material y cobró por el trabajo. La clienta se dio vuelta para salir, pero mientras estaba de espaldas percibió el pesado brazo del atacante que la amarraba de atrás.
"Siento que me toma de la cintura cruzándome el brazo y me apoya un cuchillo", relató la víctima en el juzgado de Instrucción donde recaló la causa.
Pero el objetivo era aún más cruel. Cerró la puerta del local con llave y mientras la amenazaba con el arma blanca, la obligó a ingresar al baño. En ese espacio, y al mismo tiempo que manoseaba las zonas íntimas de la clienta, le exigía que se bajara los pantalones.
Después de unos minutos de forcejar, la chica zafó del ahogo en un descuido de su atacante y corrió desesperada hacia la vidriera, la golpeó y gritó para llamar la atención de algún peatón. En esa circunstancias, y tras advertir que su intención ya había quedado en evidencia, el abusador abrió la puerta y la dejó salir.
"El cuchillo". Una mujer que minutos antes había querido entrar al negocio fue testigo del desenlace de la situación y describió el estado de shock en el que encontró a la víctima. "El baño, el cuchillo, el baño, el cuchillo", contó en Tribunales que no paraba de repetir la desafortunada clienta temblando sentada en posición fetal en el cordón de la vereda.
En ese momento, se dio parte al 911 y una comisión policial detuvo al empleado y secuestró el cuchillo. El abusador estuvo a punto de ser linchado por un grupo de personas que se arremolinó en la puerta del comercio.
Durante la investigación, a cargo del juzgado de Instrucción Nº 14, la joven hizo un relato "coherente y convincente" de los hechos (según las pericias), se escuchó a una testigo y al dueño del negocio, quien dijo que el imputado era empleado desde hacía "dos meses".
El acusado negó los hechos, pero en virtud de la pruebas acumuladas, en diciembre de 2010 fue procesado por "abuso sexual simple, agravado por uso de arma blanca en grado de tentativa".
El caso pasó a juicio, y hace pocos días se conoció la sentencia, que se sustentó en el testimonio de la mujer blanco del ataque y el relato convincente de testigos, entre otros elementos.
Es que el imputado tampoco salió bien parado del examen psicológico: "Se advierten niveles de impulsividad con cuestiones sexuales no resueltas, situaciones de violencia física y psíquica que lo tuvieron como víctima en la infancia", concluye. Y se descartó que la víctima tuviera "enemistad o animadversión", con el acusado, que pudiera dar pie a la posibilidad de urdir una trama para perjudicarlo.
En esa línea, el juez de Sentencia Julio García entendió que la conducta del acusado apuntó a una violación, que si bien no pudo consumar, merece una condena a cuatro años y seis meses de prisión por el delito de "abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de armas en grado de tentativa". Y se ordenó un tratamiento por su trastornos psicológicos.
Lectura
El fallo analiza el delito imputado: “Si bien es cierto que en algunos casos puede haber confusión entre tentativa de violación y abuso deshonesto, esto se deslinda analizando la manera en que se materializa. Las evidencias indican que el acusado apuntó a una relación sexual no consumada, y no a simples tocamientos impúdicos propios del abuso deshonesto”.

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