Un joven empleado de una
librería que abusó sexualmente de una clienta dentro del local donde
trabajaba en barrio Echesortu, fue condenado a cuatro años y seis meses
de prisión.
La Capital |
Un joven empleado de una librería que
abusó sexualmente de una clienta dentro del local donde trabajaba en
barrio Echesortu, fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión.
Ahora tendrá que afrontar un tratamiento por sus trastornos
psicológicos.
El hecho que llegó al fallo
condenatorio del Juzgado de Sentencia Nº 6 de Rosario, ocurrió en pleno
mediodía del 2 de noviembre de 2010, cuando una clienta habitual y
vecina llegó para sacar fotocopias al negocio ubicado en Mendoza al 4400
.
Al ingresar al salón se encontró con un
hombre robusto a quien solicitó el servicio y entregó las hojas para
duplicar. El empleado, en ese momento de 20 años, copió el material y
cobró por el trabajo. La clienta se dio vuelta para salir, pero mientras
estaba de espaldas percibió el pesado brazo del atacante que la
amarraba de atrás.
"Siento que me toma de la cintura
cruzándome el brazo y me apoya un cuchillo", relató la víctima en el
juzgado de Instrucción donde recaló la causa.
Pero el objetivo era aún más cruel.
Cerró la puerta del local con llave y mientras la amenazaba con el arma
blanca, la obligó a ingresar al baño. En ese espacio, y al mismo tiempo
que manoseaba las zonas íntimas de la clienta, le exigía que se bajara
los pantalones.
Después de unos minutos de forcejar, la
chica zafó del ahogo en un descuido de su atacante y corrió desesperada
hacia la vidriera, la golpeó y gritó para llamar la atención de algún
peatón. En esa circunstancias, y tras advertir que su intención ya había
quedado en evidencia, el abusador abrió la puerta y la dejó salir.
"El cuchillo". Una
mujer que minutos antes había querido entrar al negocio fue testigo del
desenlace de la situación y describió el estado de shock en el que
encontró a la víctima. "El baño, el cuchillo, el baño, el cuchillo",
contó en Tribunales que no paraba de repetir la desafortunada clienta
temblando sentada en posición fetal en el cordón de la vereda.
En ese momento, se dio parte al 911 y
una comisión policial detuvo al empleado y secuestró el cuchillo. El
abusador estuvo a punto de ser linchado por un grupo de personas que se
arremolinó en la puerta del comercio.
Durante la investigación, a cargo del
juzgado de Instrucción Nº 14, la joven hizo un relato "coherente y
convincente" de los hechos (según las pericias), se escuchó a una
testigo y al dueño del negocio, quien dijo que el imputado era empleado
desde hacía "dos meses".
El acusado negó los hechos, pero en
virtud de la pruebas acumuladas, en diciembre de 2010 fue procesado por
"abuso sexual simple, agravado por uso de arma blanca en grado de
tentativa".
El caso pasó a juicio, y hace pocos
días se conoció la sentencia, que se sustentó en el testimonio de la
mujer blanco del ataque y el relato convincente de testigos, entre otros
elementos.
Es que el imputado tampoco salió bien
parado del examen psicológico: "Se advierten niveles de impulsividad con
cuestiones sexuales no resueltas, situaciones de violencia física y
psíquica que lo tuvieron como víctima en la infancia", concluye. Y se
descartó que la víctima tuviera "enemistad o animadversión", con el
acusado, que pudiera dar pie a la posibilidad de urdir una trama para
perjudicarlo.
En esa línea, el juez de Sentencia
Julio García entendió que la conducta del acusado apuntó a una
violación, que si bien no pudo consumar, merece una condena a cuatro
años y seis meses de prisión por el delito de "abuso sexual con acceso
carnal agravado por el uso de armas en grado de tentativa". Y se ordenó
un tratamiento por su trastornos psicológicos.
Lectura
El fallo analiza el delito imputado:
“Si bien es cierto que en algunos casos puede haber confusión entre
tentativa de violación y abuso deshonesto, esto se deslinda analizando
la manera en que se materializa. Las evidencias indican que el acusado
apuntó a una relación sexual no consumada, y no a simples tocamientos
impúdicos propios del abuso deshonesto”.
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