Una banda de piratas
informáticos que operaría desde Rosario actuó de manera rápida y
eficiente para levantarse con un botín comprobado de 496.000 pesos en
efectivo en menos de 15 días. Las empresas damnificadas fueron la
cerealera Toscano SA, con sede en la Capital Federal, a la que
sustrajeron de sus cuentas 86.900 pesos; y la firma Laser Jet Impresos,
de Comodoro Rivadavia, a la que le birlaron $360 mil.
La Capital |
Algo de todo ese dinero ya fue recuperado por las víctimas, pero los
investigadores siguen sumergidos en las redes en busca de dar con los
denominados crackers o delincuentes virtuales.
De acuerdo a fuentes de la
investigación los maleantes en cuestión, que a la hora de contar peso
sobre peso mutan en una realidad escalofriante si se piensa con el
bolsillo, operan al menos de dos maneras: por medio del conocimiento de
claves y con acceso a los sistemas de homebanking, por el cual se
transfiere dinero entre particulares y bancos; o bien por medio de
empresas que hacen transacciones entre firmas comerciales y entidades
crediticias.
Este fue justamente el caso de la
estafa que ahora se investiga. Por medio de un supuesto hackeo
informático realizado a la empresa Interbanking, los estafadores
accedieron a las cuentas que Toscano SA y Laser Jet Impresos tenían en
los bancos Itaú y Santander Río. Desde allí desviaron el dinero a otras
dos cuentas: una pertenece a un negocio de venta de neumáticos y gomería
ubicada en la localidad cordobesa de Bell Ville y otra a una cuenta de
un particular en Reconquista, Santa Fe.
Dominio rosarino. El
caso está en manos de la jueza federal Karina Zucconi, de la Capital
Federal, quien desde enero pasado tiene el expediente de la estafa a
Toscano SA. A partir de investigaciones realizadas por peritos
informáticos se concluyó que las direcciones informáticas (IP) están
asentadas en la ciudad Rosario.
"El IP es la señal de registros físicos
de datos. Cuando uno contrata un servicio informático la empresa que es
dueña del sitio lo registra, toma cada dato y una dirección. La
localización del IP puede variar, pero al estar registrado al menos se
llega a una dirección", explicaron expertos en el tema. De ese modo se
concluyó que los crakceres operan desde Rosario.
Las dos empresas perjudicadas por la
maniobra tienen como abogado patrocinante a Javier Miglino, un letrado
con experiencia en delitos informáticos. "Esto era nuevo hace unos años,
pero ahora ya es algo si se quiere habitual", sostuvo el profesional en
diálogo con este diario.
"Estos son dos hechos delictivos de
crimen informático que se hicieron a travez de la empresa Interbanking.
Con un servidor y una contraseña se introdujeron en la empresa y
desviaron fondos de las cuentas. Al investigar la ruta del dinero dimos
con el IP en Rosario. En este momento se están haciendo actuaciones para
dar con las personas físicas y se tramitan distintos allanamientos en
esa ciudad, aunque por supuesto que todo está bajo secreto de sumario",
sostuvo el abogado.
Para el hombre de leyes, que ahora se
ocupa de mirar pantallas y sitios de internet en lugar de trajinar
Tribunales, los crackers son "rápidos,se mueven sobre apuestas seguras.
Las direcciones de IP están en todo el país: Chaco, Corrientes,
provincia de Buenos Aires y otros lugares", expresó.
Miglino sostiene que son delitos
complejos, pero en este caso el dinero pudo recuperarse. "En este tipo
de delitos, sobre todo en estos casos, hay cuatro patas bien definidas:
la empresa Interbanking, los bancos, los hackers o crakers y las
empresas a las que les depositaron los envíos. Conociendo todo eso,
seguir la ruta del dinero se hace más sencilla".
Para evitar juicios. El
dinero de este fraude fue recuperado de una manera un tanto particular
"Quedaron claras dos cosas: fue un descuido del banco y si en algún
momento se instaló la sospecha del autorrobo, quedó comprobado que no
fue así por que las cuentas fueron hackeadas. Por otro lado, las cuentas
a las que se acreditó el dinero prestaron sus datos y allí el juicio es
claro", dijo el abogado Miglino.
Por eso es que los bancos, para evitar
problemas futuros ante la Justicia, directamente sacaron dinero de sus
arcas y lo repusieron a sus dueños originales. "Ellos saben que se
arriesgan a juicios que seguro pierden, prefieren adelantar el dinero y
después trabajar directamente con los abogados de sus casas matrices y
hacer los juicios pertinentes", dijo Miglino.
Si bien no es común el robo de grandes
cifras, sí lo son los robos hormiga cometidos por los delincuentes
informáticos. "El negocio de los crackers es común entre rusos y
rumanos. Se conocen casos en los cuales iban sacando de cuentas
argentinas $99 o $199, por que al no ser cifras redondas pasaban
desapercibidas. Y lo enviaban a España, Italia, China o Estados Unidos.
Era imposible dar con la plata, pero con la nueva normativa del gobierno
nacional ya no lo pueden hacer. Así que ahora se focalizaron en Brasil y
apuntan a cuentas de ese país", dijo el abogado sin salir de su
asombro.
En un panorama más local, Miglino
comentó otro ejemplo: "A una mujer de Chubut le descontaron de su cuenta
telefónica $134 mensulaes durante un largo tiempo. Algunos se dan
cuenta de esos gastos, otros lo atribuyen a distracciones propias o
gastos administrativos que la empresa descuenta y sin embargo son
crackers que se van robando el dinero como hormigas".
Con los antecedentes, las
averiguaciones y las pesquisas informáticas los estafadores virtuales
parecen estar cercados, pero tienen todo el mundo cibernético para
escapar de sus perseguidores y siguen haciendo de las suyas. Como parece
que están haciendo algunos crackers rosarinos.
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