En bares y restaurantes la baja
de la facturación fue del 12 por ciento. Y en los hoteles, del 13. Los
números en el comercio, la construcción y el mercado inmobiliario
también descendieron. Como si el enfriamiento económico no los afectara,
los negocios céntricos de la ciudad sufren también lo que denominan
“competencia desleal” por parte de trabajadores informales.
La Capital
La desaceleración de la actividad económica comenzó a sentirse en
Rosario. En el primer cuatrimestre de 2012 (comparando igual período
del año pasado) las ventas en los bares y restaurantes cayeron un 12 por
ciento y la ocupación hotelera disminuyó un 13 por ciento. En ese
lapso, las habilitaciones comerciales municipales bajaron un 14 por
ciento y el comercio minorista registró un claro amesetamiento. En la
construcción, los empresarios aseguran que hubo “retracción y pérdida de
puestos de trabajo”. En el mercado inmobiliario reconocieron que se
entró en un “período recesivo”. Y en el municipio admitieron que la obra
pública se retrasará producto de menores giros de fondos nacionales y
provinciales.
Aún sin computar el impacto de las restricciones para la compra de dólares, los principales indicadores económicos de la ciudad muestran en los primeros cuatro meses de 2012 un deterioro respecto al mismo período de 2011, cuando el crecimiento era a tasas asiáticas. Al respecto, los actores consultados por La Capital coincidieron en la terminología escogida para caracterizar el escenario: incertidumbre, cautela, amesetamiento e incipiente caída.
Exentos. Si bien hay sectores exentos de la retracción, como el automotriz, los electrodomésticos y los shoppings, tanto en el ámbito público como en el privado ya se evidencia un freno en la demanda: desde el consumo en bares y restaurantes, pasando por la ocupación hotelera, la habilitación de locales, la construcción, el mercado inmobiliario y hasta el comercio en general, la facturación cedió respecto al boom de 2011.
A la caída registrada en las ventas hay que agregarle un elemento que suma preocupación en los rubros consultados: la inflación anual promedio del 25 por ciento que impacta de lleno en la estructura de costos. “Y no se puede trasladar íntegramente a los clientes porque, de ser así, caería mucho más la facturación”, advirtieron los empresarios
sondeados.
“A diferencia de otros momentos históricos, ahora es la política la que está generando ruido en la economía y se nota”, resumió el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Elías Soso.
“Frente a un contexto de incertidumbre económica y con muchas paritarias aún no cerradas, la gente fija prioridades y las salidas a comer afuera o el esparcimiento en general son considerados por muchas personas casi como algo suntuoso y eso se siente en las ventas”, planteó el titular de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, Carlos Mellano.
En el período de referencia y pese a la cantidad de fines de semana largos, la ocupación hotelera también se retrajo. “En las últimas semanas cayó mucho el sector corporativo y las reservas para acontecimientos empresarios”, agregó Mellano.
Otro dato que ilustra el momento que vive la ciudad es que desde el primer día hábil de enero hasta el viernes pasado, las habilitaciones comerciales otorgadas por la Municipalidad bajaron un 14,2 por ciento. En total, en lo que va de 2012 fueron 3.135 los comercios habilitados por la Intendencia, frente a los 3.654 del mismo período de 2011, que cerró con el número más elevado de trámites del último lustro: 9.290 autorizaciones.
Retracción. Dos referentes de la construcción y el mercado inmobiliario reconocieron que la desaceleración de la economía impactó negativamente en la actividad. “El panorama es preocupante, pasamos de un amesetamiento de la actividad a una retracción en los últimos dos meses con importante pérdida de puestos de trabajo”, indicó Ricardo Griot, presidente de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción. “En un mercado sensible como el nuestro, las dudas que hay en la economía afectaron la operatoria que se desaceleró”, sostuvo el referente inmobiliario Alejandro Juri.
En base a datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el secretario de Producción, Sebastián Chale, comentó que “por ahora no hay un escenario de destrucción de puestos de trabajo, pese a la desaceleración de algunos rubros en Rosario, en particular el industrial donde bajaron, por ejemplo, las horas extras. En el primer trimestre del año se sumaron 11.000 desocupados en el Gran Rosario porque la demanda laboral no logró absorber a los nuevos ingresantes al mercado de trabajo regional”.
Coparticipación. La secretaria de Hacienda municipal, Verónica Irízar, alertó que la obra pública en la ciudad “tendrá seguramente un retraso por la disminución de los fondos coparticipables que envía la Nación”. La funcionaria reiteró que la recaudación propia no bajó, al contrario se mantuvo elevada por el consumo en shoppings y locales de electrodomésticos”.
Aún sin computar el impacto de las restricciones para la compra de dólares, los principales indicadores económicos de la ciudad muestran en los primeros cuatro meses de 2012 un deterioro respecto al mismo período de 2011, cuando el crecimiento era a tasas asiáticas. Al respecto, los actores consultados por La Capital coincidieron en la terminología escogida para caracterizar el escenario: incertidumbre, cautela, amesetamiento e incipiente caída.
Exentos. Si bien hay sectores exentos de la retracción, como el automotriz, los electrodomésticos y los shoppings, tanto en el ámbito público como en el privado ya se evidencia un freno en la demanda: desde el consumo en bares y restaurantes, pasando por la ocupación hotelera, la habilitación de locales, la construcción, el mercado inmobiliario y hasta el comercio en general, la facturación cedió respecto al boom de 2011.
A la caída registrada en las ventas hay que agregarle un elemento que suma preocupación en los rubros consultados: la inflación anual promedio del 25 por ciento que impacta de lleno en la estructura de costos. “Y no se puede trasladar íntegramente a los clientes porque, de ser así, caería mucho más la facturación”, advirtieron los empresarios
sondeados.
“A diferencia de otros momentos históricos, ahora es la política la que está generando ruido en la economía y se nota”, resumió el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Elías Soso.
“Frente a un contexto de incertidumbre económica y con muchas paritarias aún no cerradas, la gente fija prioridades y las salidas a comer afuera o el esparcimiento en general son considerados por muchas personas casi como algo suntuoso y eso se siente en las ventas”, planteó el titular de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, Carlos Mellano.
En el período de referencia y pese a la cantidad de fines de semana largos, la ocupación hotelera también se retrajo. “En las últimas semanas cayó mucho el sector corporativo y las reservas para acontecimientos empresarios”, agregó Mellano.
Otro dato que ilustra el momento que vive la ciudad es que desde el primer día hábil de enero hasta el viernes pasado, las habilitaciones comerciales otorgadas por la Municipalidad bajaron un 14,2 por ciento. En total, en lo que va de 2012 fueron 3.135 los comercios habilitados por la Intendencia, frente a los 3.654 del mismo período de 2011, que cerró con el número más elevado de trámites del último lustro: 9.290 autorizaciones.
Retracción. Dos referentes de la construcción y el mercado inmobiliario reconocieron que la desaceleración de la economía impactó negativamente en la actividad. “El panorama es preocupante, pasamos de un amesetamiento de la actividad a una retracción en los últimos dos meses con importante pérdida de puestos de trabajo”, indicó Ricardo Griot, presidente de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción. “En un mercado sensible como el nuestro, las dudas que hay en la economía afectaron la operatoria que se desaceleró”, sostuvo el referente inmobiliario Alejandro Juri.
En base a datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el secretario de Producción, Sebastián Chale, comentó que “por ahora no hay un escenario de destrucción de puestos de trabajo, pese a la desaceleración de algunos rubros en Rosario, en particular el industrial donde bajaron, por ejemplo, las horas extras. En el primer trimestre del año se sumaron 11.000 desocupados en el Gran Rosario porque la demanda laboral no logró absorber a los nuevos ingresantes al mercado de trabajo regional”.
Coparticipación. La secretaria de Hacienda municipal, Verónica Irízar, alertó que la obra pública en la ciudad “tendrá seguramente un retraso por la disminución de los fondos coparticipables que envía la Nación”. La funcionaria reiteró que la recaudación propia no bajó, al contrario se mantuvo elevada por el consumo en shoppings y locales de electrodomésticos”.
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