"¿Sabías que esto es una batida?",
escuchó azorada Celia el viernes a la noche de boca de uno de los dos
malhechores que irrumpieron en su vivienda del macrocentro de la ciudad.
Cuando la mujer de 74 años se topó con el intruso, el otro maleante ya
había inmovilizado al marido y al hijo del matrimonio. Con la situación
controlada, los asaltantes se llevaron un suculento botín: unos 60 mil
pesos, 20 relojes de oro y algunas otras alhajas.
El atraco ocurrió cuando Juan Carlos
L., un jubilado de 75 años, llegaba en un auto con su mujer Celia a una
propiedad de Laprida al 2000 y fue emboscado por dos desconocidos, una
modalidad delictiva en auge por estos días (ver aparte). En este caso,
los malhechores actuaron con crueldad y le asestaron al hombre varios
culatazos en la cabeza para intimidarlo.
Sorpresa. Todo se
inició a las 22 del viernes en la vivienda del matrimonio, que tiene un
portón enrejado delante de un pequeño patio que antecede a la puerta de
ingreso. Juan L. estacionó el vehículo en la vereda mientras Celia abría
el portón del garaje.
La mujer entró en la casa para lavarse
las manos en el baño. "Cuando estaba adentro escuché un griterío. Le
pregunté a mi hijo qué pasaba, aunque pensé que había venido mi yerno a
buscar algo. Cuando me di vuelta, un tipo me dijo «cerrá la boca o sos
boleta». En ese momento, me asomé y vi a mi marido que venía caminando
todo ensangrentado por el garaje", contó Celia ayer a la tarde a
LaCapital.
Ya para entonces, los ladrones habían
inmovilizado a Juan L. cuando todavía estaba arriba del auto. "Le
pegaron (al marido) varios culatazos en la cabeza", recordó Celia.
Dato. La mujer señaló
que uno de los ladrones se quedó con el dueño de casa y su cómplice
controló a la mujer y al hijo. "Primero revolvieron todo y después se
dirigieron directamente hacia mi habitación. Allí abrieron el placar y
se llevaron las joyas. Tenían el dato dónde estaban las alhajas", contó.
Sin obstáculos a la vista, los ladrones recogieron unos veinte relojes de oro de propiedad de Juan Carlos y Celia.
"Se llevaron un Rolex que le habían
traído a mi marido unos amigos de Francia. También me robaron la
bijuterí que tenía desde los 15 años. Cuando les pregunte por qué se la
llevaban me contestaron que algo valía", se lamentó la mujer.
Lo que no sabían los intrusos era el
sitio dónde estaba guardado el efectivo. "La plata estaba en diferentes
lugares de la casa y nos obligaron a nosotros a buscarla", recordó la
víctima. De esta manera, los malhechores recogieron unos 60 mil pesos y
—transcurridos unos cuarenta minutos— se marcharon.
El atraco fue denunciado en la comisaría 4ª y al cierre de esta edición los ladrones no habían sido localizados.
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