Hasta el momento, hay dos planes
habitacionales ocupados en el norte de la capital; uno de 180 casas y
otro de 120. Los responsables de la segunda toma reclaman también lotes y
materiales.
Reconocen que la toma es ilegal, pero alegan que la usurpación es su
única herramienta para acceder a una vivienda digna para sus hijos. En
los últimos tres días, familias de distintos barrios de la capital
provincial ocuparon dos planes habitacionales en construcción. Son más
de mil personas en 300 casas.
Diario UNO daba cuenta de la primera toma, en Chaco al 5.000 . Horas después, un grupo que se acercó a buscar su techo en ese sector se encontró con que todas las unidades estaban ocupadas; tras lo cual decidió seguir su camino hacia el este.
Arribaron así a un plan de viviendas sin terminar sobre Callejón El Sable, 100 metros al oeste de la avenida Aristóbulo del Valle, en pleno barrio Las Delicias. Avanzaron así sobre las casitas, a la espera de una respuesta por parte del Estado semejante a la realizada a los otros usurpadores: lotes nuevos y materiales para edificar.
En diálogo con Diario UNO, Viviana, una de las ocupantes del último grupo, explicó la llegada al lugar y los motivos que la impulsaron, junto a los demás, a usurpar el complejo.
“Juntamos un grupo de unas 10 mujeres, que ni nos conocíamos, y nos metimos en las casitas. Tomamos la decisión porque vimos en el noticiero que habían tomado otras viviendas, incluso gente que ya tenía una casa, mientras que hay otros que hace tanto tiempo están anotados y esperan. Es una injusticia”, comenzó a detallar.
Y continuó: “No tenemos casa. Sé que está mal lo que hacemos, pero acá hay gente que estaba anotada desde hace años en Vivienda esperando salir sorteada y se cansó ya de volver cada mitad de año a ver si hay posibilidades o no”.
—En la toma de Chaco al 5.000, la Corriente Clasista y Combativa reconoció ser impulsora de esa acción, ¿ustedes pertenecen a alguna agrupación política o gremial?
—No. Nosotros no estamos acompañados por ninguna organización, ni piqueteros ni nada. Fuimos un grupo de mujeres con familia que nos conocimos en ese primer lugar. Ahí estaba todo ocupado. Pedimos ayuda y, como no estamos con los piqueteros, nos echaron.
—¿De qué barrios proviene la mayoría de este último grupo de familias?
—De diferentes lugares. Venimos de Guadalupe Oeste, La Tablada, Yapeyú, Las Delicias. Vino gente de todos lados.
—¿Intervino la policía en algún momento de la toma?
—Estuvieron, porque los vecinos los llamaron cuando vieron que nos estábamos metiendo. Nos empezaron a tirar tiros y corrimos al campo con las criaturas; pero después nos metimos igual. Después vino gente de la Uocra, que nos dijo que estas casas eran de ellos y que nos teníamos que ir, porque sino venían ellos a corrernos. Quisieron asustarnos y no nos asustamos. Nosotros no nos vamos a ir hasta que venga la gente de Vivienda.
—¿Con autoridades del gobierno pudieron hablar?
—Sí, nos dijeron que el lunes vamos a tener una reunión para ver cómo resolvemos esto; pero hasta ese día no nos movemos de acá.
—¿Calcularon cuántas personas hay en estas 120 viviendas?
—Las casas están todas ocupadas y cada familia tiene cuatro o cinco chicos. Son grupos grandes.
—¿En qué estado se encuentra la mayoría de las casas de este plan?
—Deplorable. La mayoría no tiene techo, ni aberturas. Los yuyos miden unos dos metros, en algunos lugares tapan las casas. Está todo abandonado y se nota que en los últimos meses han robado chapas y muchas cosas más.
Delito
El Código Procesal Penal de la Nación Argentina contempla en su artículo 181 que “será reprimido con prisión de seis meses a tres años:
1º) El que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la posesión o la tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes.
2º) El que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o límites del mismo.
3º) El que con violencia o amenazas turbare la posesión o tenencia de un inmueble”.
Diario UNO daba cuenta de la primera toma, en Chaco al 5.000 . Horas después, un grupo que se acercó a buscar su techo en ese sector se encontró con que todas las unidades estaban ocupadas; tras lo cual decidió seguir su camino hacia el este.
Arribaron así a un plan de viviendas sin terminar sobre Callejón El Sable, 100 metros al oeste de la avenida Aristóbulo del Valle, en pleno barrio Las Delicias. Avanzaron así sobre las casitas, a la espera de una respuesta por parte del Estado semejante a la realizada a los otros usurpadores: lotes nuevos y materiales para edificar.
En diálogo con Diario UNO, Viviana, una de las ocupantes del último grupo, explicó la llegada al lugar y los motivos que la impulsaron, junto a los demás, a usurpar el complejo.
“Juntamos un grupo de unas 10 mujeres, que ni nos conocíamos, y nos metimos en las casitas. Tomamos la decisión porque vimos en el noticiero que habían tomado otras viviendas, incluso gente que ya tenía una casa, mientras que hay otros que hace tanto tiempo están anotados y esperan. Es una injusticia”, comenzó a detallar.
Y continuó: “No tenemos casa. Sé que está mal lo que hacemos, pero acá hay gente que estaba anotada desde hace años en Vivienda esperando salir sorteada y se cansó ya de volver cada mitad de año a ver si hay posibilidades o no”.
—En la toma de Chaco al 5.000, la Corriente Clasista y Combativa reconoció ser impulsora de esa acción, ¿ustedes pertenecen a alguna agrupación política o gremial?
—No. Nosotros no estamos acompañados por ninguna organización, ni piqueteros ni nada. Fuimos un grupo de mujeres con familia que nos conocimos en ese primer lugar. Ahí estaba todo ocupado. Pedimos ayuda y, como no estamos con los piqueteros, nos echaron.
—¿De qué barrios proviene la mayoría de este último grupo de familias?
—De diferentes lugares. Venimos de Guadalupe Oeste, La Tablada, Yapeyú, Las Delicias. Vino gente de todos lados.
—¿Intervino la policía en algún momento de la toma?
—Estuvieron, porque los vecinos los llamaron cuando vieron que nos estábamos metiendo. Nos empezaron a tirar tiros y corrimos al campo con las criaturas; pero después nos metimos igual. Después vino gente de la Uocra, que nos dijo que estas casas eran de ellos y que nos teníamos que ir, porque sino venían ellos a corrernos. Quisieron asustarnos y no nos asustamos. Nosotros no nos vamos a ir hasta que venga la gente de Vivienda.
—¿Con autoridades del gobierno pudieron hablar?
—Sí, nos dijeron que el lunes vamos a tener una reunión para ver cómo resolvemos esto; pero hasta ese día no nos movemos de acá.
—¿Calcularon cuántas personas hay en estas 120 viviendas?
—Las casas están todas ocupadas y cada familia tiene cuatro o cinco chicos. Son grupos grandes.
—¿En qué estado se encuentra la mayoría de las casas de este plan?
—Deplorable. La mayoría no tiene techo, ni aberturas. Los yuyos miden unos dos metros, en algunos lugares tapan las casas. Está todo abandonado y se nota que en los últimos meses han robado chapas y muchas cosas más.
Delito
El Código Procesal Penal de la Nación Argentina contempla en su artículo 181 que “será reprimido con prisión de seis meses a tres años:
1º) El que por violencia, amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad despojare a otro, total o parcialmente, de la posesión o la tenencia de un inmueble o del ejercicio de un derecho real constituido sobre él, sea que el despojo se produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes.
2º) El que, para apoderarse de todo o parte de un inmueble, destruyere o alterare los términos o límites del mismo.
3º) El que con violencia o amenazas turbare la posesión o tenencia de un inmueble”.
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