De acuerdo con el abogado de las
familias de Santiago del Estero que perdieron a sus hijos, la ANMAT
estableció que los chicos no debían haber sido inoculados.
Los niños que murieron en el norte del país "no debían haber
sido vacunados" en el estudio de GlaxoSmithKline y así lo "constató" la
resolución de ANMAT, mientras el laboratorio tuvo un "sistema de
captación lucrativo que no era ético" y abusó de la condición
empobrecida de esas personas, advirtió el abogado de dos familias
damnificadas.
El representante de las familias de Santiago del Estero, Bernardo José
Herrera, sostuvo que el protocolo de investigación "dice que no debe
vacunarse a chiquitos con enfermedades inmunodepresivas porque, ante las
defensas bajas, con ese tipo de vacunas se potencian las enfermedades".
Herrera se refirió al estudio realizado por el laboratorio británico
GlaxoSmithKline en Santiago del Estero, San Juan y Mendoza para probar
en niños una vacuna contra el neumococo, multado por la Justicia a raíz
de irregularidades detectadas en la selección de pacientes para ensayos
clínicos entre 2007 y 2008.
El abogado manifestó que el laboratorio "vició el consentimiento de los
padres" de las víctimas mortales por haber recurrido a "sectores muy
vulnerables, excluidos del sistema de salud, analfabetos", indicó la
agencia DyN. En ese sentido, advirtió que la empresa tuvo un "sistema de
captación lucrativo que no era ético" y reiteró que "no hacían el
control posterior ni el anterior a la vacunación".
"La resolución de la ANMAT es muy clara, se constató que los bebés que
fallecieron eran bebés que no debían haber sido vacunados. Debían haber
sido excluidos del protocolo (de investigación)", advirtió Herrera en
declaraciones a radio Mitre.
El abogado expresó que en el caso del bebé de la familia Medina, una de
sus representadas, "si hubieran cumplido el protocolo no lo hubieran
vacunado nunca, porque estaba internado por neumonía". Herrera insistió
en que "el laboratorio vició el consentimiento" de los padres de los
niños.
"Recurrieron a sectores muy vulnerables, excluidos del sistema de salud,
analfabetos. El sistema de captación no era ético. Se llevaba en
vehículos a bebés y padres a lugares de vacunación sin informales que
era una vacuna experimental y diciéndoles que estaba dentro del
calendario oficial", advirtió.
El representante de las familias damnificadas expresó que "era un
sistema tan lucrativo que no hacían el control posterior ni el anterior a
la vacunación" y sostuvo que "el laboratorio quería llegar a 2.500
vacunados, por lo que pagaba una cápita por cada vacunado".
El laboratorio se pronunció sobre las denuncias que dieron cuenta sobre
la muerte de 14 bebés a raíz de la aplicación de la inmunización.
"Médicos tratantes, investigadores, autoridades de salud, y un comité de
expertos internacionales independiente han estudiado y analizado cada
muerte y quedó demostrado que ninguno de los decesos está relacionado
con la vacuna", sostuvo el laboratorio en un comunicado. El ministerio
de Salud, por su parte, aclaró en esa oportunidad que "ninguna de las
muertes referidas en las notas periodísticas se vincula a la
administración de la vacuna aplicada en el marco del estudio COMPASS".
La cartera sanitaria expresó, en ese sentido, que esos pacientes habían
recibido placebo, "es decir un símil de la vacuna pero sin ninguna
sustancia activa. La vacuna es segura".
El juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky confirmó la sanción de
400 mil pesos contra GlaxoSmithKline y de 300 mil pesos para cada uno de
los médicos Héctor Abate y Miguel Tregnaghi, al rechazar la apelación
del laboratorio a la multa dispuesta en 2009 por la Administración
Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica.
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