Un hombre recibió al menos tres llamados telefónicos de alguien que le decía ser sicario de Los Monos que le sacaría la casa si no le entregaba 30 mil pesos. En Montevideo 1968, en la Fiscalía Regional, se denunció el caso. César recibió llamados extorsivos de gente que exigía plata. “Trabajo para Los Monos”, decían.
La Capital |
"¿Hola César? Soy un sicario de Los Monos. Ellos me pagaron 30 lucas para que yo te saque de tu casa porque ahí van a poner una cocina (de droga). Me tenés que firmar el boleto de compraventa y tus nietos van a seguir viviendo. Otra que podemos hacer es dame 30 lucas y yo le saco la casa a otro". César escuchó con atención lo que una voz en el teléfono le decía y cortó la comunicación.
El supuesto emisario de Los Monos hizo otros tres llamados en el término de media hora en los que le enrostró a su víctima que conocía hasta el más mínimo de los detalles de su vida, la de su familia y hasta el recorrido que hacía para llegar en bicicleta al trabajo. Todos los llamados duraron al menos cinco minutos y hasta ayer al mediodía el hombre extorsionado no había podido radicar una denuncia sobre lo ocurrido ya que en ninguna repartición pública a la que iba se la tomaba (ver aparte).
Movimientos. "A mí lo que más me preocupa es el grado de precisión que tenían no sólo sobre mis movimientos, sino del de mis hijos y nietos. Después es como yo le dije al tipo: «Si tanto decís que me conoces, sabrás que soy un laburante que no tiene una moneda. Y menos 30 lucas». Le dije: «Llamame al celular que mi familia está preocupada y arreglamos las cosas más tranquilos» Y me contestó: «¿Vos te pensás que no sé que con el celular me pueden rastrear? Por eso te estoy llamando de un fijo»", recordó el protagonista de esta historia.
"Yo leo mucho el diario y escucho los noticieros porque me gusta estar informado. Lo escuché y traté de hacer lo que él intentaba hacer conmigo: sacarle información. Pero el grado de conocimiento que tenía sobre mi vida me crispó los nervios. Y además me decía que hablaba de parte de Los Monos", indicó el vecino de 52 años.
Temor. Desde hace 45 años César vive en Convención al 2700, a metros del parque Italia. El martes por la noche el hombre recibió entre tres o cuatro llamados extorsivos a su teléfono fijo. Como si el llamado extorsivo no hubiera sido suficiente, la invocación del nombre de la banda más temida en el departamento Rosario le puso los pelos de punta.
"Trabajo para Los Monos", dijo la voz en el teléfono invocando el nombre de la banda que le debe su nombre al apodo de su jefe fundador, Juan Carlos "El Mono grande" Fernández, y que con el correr de los años se transformó en la organización delictiva más temida de la región.
El martes a las 21.30 su coqueta vivienda recibió la visita de su hija y dos de sus nietos, lo que le sumó a la casa la banda de sonido de niños jugando. Fue entonces que el teléfono de su casa sonó y atendió su hija.
"Llamaron y pidieron hablar con mi papá. Respondí que estaba durmiendo, pero insistieron. Lo fui a despertar y atendió. Nos llamó la atención que no decía nada. Sólo escuchaba. Y en un momento, entre el ruido de los niños y los perros, gritó: «Me pueden dejar escuchar que acá me dicen que tenemos que dejar la casa porque si no van a secuestrar a alguno de ustedes». Nos callamos, pero no entendíamos nada", relató una de las hijas de César.
Un preso. "Fueron tres o cuatro llamadas, ya no recuerdo, fueron todas en media hora más o menos. En la primera el que llamó se presentó como sicario de Los Monos y me dijo que me tenía que ir de mi casa porque la necesitaba para poner una cocina de cocaína. De lo contrario me iban a matar a mí, a mis hijos o a mis nietos. Yo le corté y como a los 30 segundos me volvió a llamar. Ahí el tono cambió y me dijo que le diera 30 mil pesos, que era lo que Los Monos le pagaban. Y que entonces, en lugar de sacarme la casa a mí, se la iba a sacar a otro", detalló César.
"Corté —continuó su relato— y antes de que volviera a llamar mi hija agarró el celular y llamó al 911. Entonces, cuando volvió a llamar ya estaba la policía. Uno de ellos escuchó el llamado y me dijo: «Te está hablando un preso». La última oferta que me hizo el tipo fue que le pagara 15 mil pesos ahora y dentro de un tiempo otros 15 mil. Me hizo un plan de financiamiento".
Datos. César es empleado de una empresa de transporte. Lo que más lo conmocionó fue que su interlocutor sabía los nombres de sus hijos, de su esposa, adónde van a la escuela sus nietos y el recorrido que periódicamente realiza para ir a trabajar en bicicleta.
"Mirá —contó que le dijo el extorsionador—, a mí no me cuesta nada seguirte cuando te vas de madrugada, ponerme detrás tuyo y pegarte un tiro en la cabeza. Total queda como un robo. Vos hacé lo que quieras. ¿Querés ir a denunciar esto a la comisaría 4ª, 11ª o 16ª? Andá, pero está todo pago. ¿No te das cuenta que nosotros hacemos lo que queremos?".
Tras el llamado al 911 fue comisionado al domicilio el patrullero 5845 del Comando Radioeléctrico. Al menos uno de los efectivos escuchó el relato del extorsionador. Los policías realizaron un acta y se comprometieron a dejarla en la comisaría 16ª.
Luego le sugirieron a la víctima que realizara la denuncia en la Fiscalía Regional de calle Montevideo al 1900. Pero hasta ayer al mediodía César no había logrado, feria judicial mediante, que le tomaran la denuncia sobre la llamada extorsiva que recibió el martes por la noche.
Denunciar en feria
"Lo del llamado me puso de mal humor, pero que más de 12 horas después todavía no pude hacer la denuncia me pone peor", contaba ayer al mediodía César.
El chofer detalló su periplo. "Cuando se fueron los policías me sugirieron que fuera a hacer la denuncia directamente a la Fiscalía. Esta mañana a primera hora me levanté y me fui en bicicleta. Estuve una hora y media en la Fiscalía de Montevideo al 1900. Muy amablemente me dijo una empleada me explicó que estaban de feria y que no podía recibirme la denuncia ahí. Que tenía que ir a calle Mendoza al 3500 (Centros Territoriales de Denuncia). Fui a ese lugar y me dijeron que no me podían tomar la denuncia porque me correspondía por jurisdicción el Distrito Sur (Uriburu al 600). Que debía ir ahí y después llevar a la Fiscalía la constancia de la denuncia. Les pregunté: «¿Y si me vuelven a llamar qué hago? Y me contestaron que llame al 911".
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