Tatengues y Diablos abren este viernes desde las 19,10 y con arbitraje de Juan Carlos Pompei la novena fecha del Torneo Inicial. Sava pone a Bruna en reemplazo de Sarmiento. Si el rojo pierde, el Tolo Gallego se va.
Son los últimos cartuchos para Unión y el momento decisivo para un Independiente conflictuado desde donde se lo mire. Uno se imagina un Libertadores de América convertido en caldera. Independiente no puede seguir dejando puntos en el camino y ahora juega un mano a mano con Quilmes en una situación que se puede tornar desventajosa en la medida en que los cerveceros sigan sumando. Y lo de Unión es harto complicado, ya casi sentenciado, aunque Sava y los jugadores siguen diciendo que pelearán a muerte cada tres puntos que jueguen para producir el milagro de la salvación.
Desde aquel partido con Boca, Sava encontró el equipo y también el funcionamiento. En ese lapso jugó cinco partidos, con dos victorias, dos empates y una sola derrota -e injusta- ante Atlético de Rafaela. No está mal, pero fue tan pésima la campaña que no alcanza este repunte.
Independiente está viviendo momentos de zozobra como nunca en la historia. Perseguido por el “efecto River”, muchos están viendo un futuro de sombras y descenso (sería la primera vez que el club juegue en la segunda categoría) después de tanta gloria que llevó, por ejemplo, a que su estadio sea bautizado como Libertadores de América en honor a tantas copas ganadas.
En lo futbolístico, Sava producirá el retorno de Nicolás Bruna al mediocampo en reemplazo de Marcelo Sarmiento. Unión se parará con un 4-3-3, con la sociedad que conforman Lizio y Franzoia por izquierda, con Montero abriendo la cancha por derecha y Magnín jugando por el centro del ataque. Independiente, por su parte, no tiene el equipo definido y Gallego probó un esquema con tres hombres en el fondo, de los cuales uno de ellos es volante (Mancuello).
De todos modos, Independiente se entrenaba al cierre de nuestra edición y no se descarta que el Tolo juegue con el 4-3-2-1 que utilizó durante buena parte de su carrera como entrenador de Independiente.
Si de imaginarse se trata, está claro que a ninguno de los dos les sirve empatar. Se dice que si Independiente no gana, Gallego renuncia. Y Unión, prendido con alfileres en Primera, tiene que ganar de a tres y esperar. Aunque ya los tiempos y las urgencias se le acortaron a la mínima expresión.
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