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sábado, 2 de marzo de 2013

STA FE: Sin garantías de acceso y permanencia al secundario obligatorio en las zonas rurales


Un informe encarado por Amsafé Rosario revisa qué pasó en escuelas no urbanas con la extensión de la obligatoriedad. La conclusión habla de pérdida de matrícula y desigualdades educativas notorias.
La Capital | 
Sin garantías de acceso y permanencia al secundario obligatorio en las zonas rurales

Los adolescentes de las zonas rurales de la provincia de Santa Fe no tienen asegurados el acceso y la permanencia al secundario obligatorio. Esta es una de las principales conclusiones del informe "Obligatoriedad escolar y equidad educativa: estudio situado en las escuelas rurales del Departamento Rosario", encarado por Amsafé Rosario en 2012. Se conoce a pocos días de iniciarse el ciclo lectivo para este nivel de enseñanza y de la presentación del Plan "Vuelvo a estudiar", pensado para atender la problemática de chicos de barrios vulnerables de Rosario. Denuncian "profundas desigualdades educativas" y reclaman por la modalidad propia para atender a las problemáticas específicas del medio. Aseguran que muchos de estos chicos son "invisibles" para el Estado.
El relevamiento arrancó en marzo del año pasado y se extendió hasta después de las vacaciones de invierno. Consistió en recorrer 14 escuelas rurales del departamento Rosario, comprendidas en la Región VI de Educación, para evaluar —a través de una muestra— qué había pasado con los cambios aplicados desde 2008 hasta la fecha para asegurar este nivel obligatorio.
"Los chicos de las escuelas que no tienen secundario en el mismo edificio de la primaria no siguen estudiando, y los que están asistiendo lo hacen en pésimas condiciones de aprendizaje. Van a un sistema educativo que no puede garantizarles calidad y les resulta expulsivo". Así de grave es el panorama que describen tres experimentadas profesoras de este medio, y que prefieren reservar sus identidades por temor a las conocidos llamados de atención oficiales hacia quienes "hablan".
El secretario general de Amsafé Rosario, Daniel Couselo, que acompañó las entrevistas por las escuelas, agrega que "la resolución política elegida para la secundaria obligatoria en la provincia en lugar de ampliar y garantizar este derecho deja sin posibilidades de educación pública a los chicos de este medio".
Cambios. Para entender de qué cambios políticos se habla, las profesoras repasan en un minucioso detalle de normativas cómo la derogación del decreto provincial Nº 60/98 y su reemplazo por el Nº 3.194/08 no mejoró la educación para los adolescentes rurales sino que más bien los terminó expulsando.
Hay que recordar que el decreto 60 aludido se refiere —entre otros datos— al sistema que se implementó para asegurar la educación obligatoria en el medio rural. En ese entonces llegaba hasta el 9º año de la EGB, lo que es hoy el segundo de la secundaria. Más conocido como "Proyecto 7", el "Proyecto tercer ciclo EGB escuelas rurales", que abarcaba a las casi 830 escuelas rurales de la provincia con un sistema semipresencial desarrollado por maestros tutores y profesores itinerantes, además de materiales de apoyo para alumnos y docentes, y la promoción de proyectos vinculados con la idiosincrasia de cada lugar, entre otras estrategias.
Según repasan, el decreto 3.194 de 2008 —firmado por el ex gobernador Hermes Binner y la ex ministra Elida Rasino— "en lugar de ampliar esta cobertura —con la ley de educación nacional todo el secundario es obligatorio— se achicaron oportunidades. De hecho, de las casi 830 escuelas rurales que brindaban los dos primeros años del secundario, se constituyeron sólo 88 núcleos rurales para el secundario completo". Y en la Región VI de las 29 escuelas primarias con este tercer ciclo completo que había entonces, sólo a 12 se les asignó el secundario, el resto volvió a ofrecer solamente el nivel primario. Hay que saber que esta región de la zona sur de la provincia es la que menos escuelas rurales tiene, la mayoría se concentra en las regionales del norte santafesino. Lo cual permite pensar que la situación es más grave en esas regiones.
Igualdad. Recuerdan aquí que el argumento principal dado por la provincia para sostener este decreto (3.194) fue el de "darles las mismas oportunidades a los chicos de medio rurales que el de los rurales y para no favorecer «ghettos educativos»".
Sin embargo, las profesoras manifiestan que esto "desconoce lo propio de cada medio" y que el tiempo ha demostrado que esta decisión "no ha hecho más que expulsar a los pibes de las aulas o no permitir que lleguen". Revisan entonces las preocupaciones que aquejan a este medio, que van desde el trabajo infantil (en el campo es donde más se concentra), la sobreedad y la pobreza, entre otros.
Sobre la mayor de las preocupaciones del informe, saber qué pasó con las trayectorias escolares de los alumnos, se concluye que en algunas realidades —las que más dificultades tienen para acceder a pueblos y ciudades— "se ha detectado hasta casos donde un 85 por ciento de alumnos egresados del primario (desde 2008 a 2011) no continuó la secundaria".
"En sólo cuatro escuelas rurales del Departamento Rosario hay 200 chicos —contabilizados de estos años del libro matriz que registra los movimientos de alumnos— que son directamente invisibles para el Estado", precisan con pena las profesoras sobre lo que opinan que "a nadie le preocupa".
Transporte. Los cambios para el nivel que llegaron en 2008 fueron con el compromiso de garantizar el traslado de los jóvenes de zonas rurales a escuelas secundarias urbanas o a núcleos secundarios rurales. Pero —describen— esto no se garantizó porque los servicios de transporte que hacían estos traslados de alumnos al poco tiempo lo abandonaron, "debido al mal estado de los caminos y a la dispersión de la población". También "por el pago a destiempo del servicio por parte de las autoridades educativas".
Afirman que hoy este transporte se sostiene en muchos casos "con el dinero de los cooperadores e inclusive por los propios docentes". Además, no pagar a término derivó "en la contratación de remises truchos". "Por ejemplo, a los padres de estos alumnos se les da para el transporte diario un total de 150 pesos por mes. Pero ese dinero les llega en tres pagos al año y está claro que no alcanza", explica una docente sobre una de las principales causas que aleja a los pibes de las aulas.
Por otra parte, los secundarios rurales que quedaron en pie incrementaron su matrícula original pero "este aumento no estuvo acompañado de la creación de cargos y horas cátedra necesarias para la apertura de nuevos cursos, situación que atenta contra la calidad de los aprendizajes y de la enseñanza, y de las condiciones laborales".
A esto se añade que "las diferencias culturales y materiales de los alumnos rurales en relación con los de escuelas urbanas, llevaron al abandono de los primeros por problemas de adaptación en tanto no tuvieron el acompañamiento prometido para la inserción en las secundarias urbanas". Algo que suma a la expulsión educativa.
Otra razón que no contemplan los secundarios ubicados en poblaciones urbanas que reciben a los adolescentes rurales y que los empuja al abandono es el régimen de asistencia que desconoce "el cursado asistemático de estos alumnos por razones climáticas, laborales, familiares, por la intransitabilidad de los caminos".
Improvisación. El informe gremial apunta también a "la improvisación de las autoridades educativas en lo referido a la estructura curricular de los Núcleos Rurales Secundarios". Esto deriva que algunas materias tengan menor carga horaria y otras directamente no se dicten. "Por ejemplo, hay una profesora a la que su hora le coincide con el horario del comedor. Imaginate lo que pasa", dicen las educadoras sin que haga falta explicar más.
Es más, como dato revelador aportan: "A poco de iniciarse el ciclo lectivo en el secundario desconocemos qué materias tenemos que dar", a partir de los cambios en el ciclo orientado. A lo que suman que "no hay instancias de diálogo para debatir estas dificultades", denunciando que nunca se ha realizado un encuentro para hablar de estas preocupaciones comunes y encontrarles una salida, algo que lo ven imposible por las negativas que bajan de la Regional VI de Educación.
Al final, Couselo subraya que "este estudio confirmó lo que muchos docentes denunciaban: que había chicos de las zonas rurales que no iban a ninguna escuela y los que asisten lo hacen en desventaja educativa". "Es preocupante que el gobierno provincial —continúa— no reconozca a la educación rural como una modalidad con características propias" y tal como lo plantea la ley de educación nacional. "La concepción de los funcionarios es sostener que la escuela es única para todos, pero con la estrategia elegida lo único que lograron hasta ahora es la pérdida de identidad de la educación rural, además de que los alumnos no asistan", sostiene y concluye: "La atención a la educación secundaria rural tiene que ver también cómo se piensa a la inclusión de todos los pibes en el sistema educativo".

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