Aún cuando la mayor concentración de católicos se encuentra en el continente americano, será el europeo el que aporte más votantes.
La elección que se realiza en el Colegio Cardenalicio se efectúa en un cónclave que no puede comenzar hasta 15 días después de oficializada la renuncia del Papa saliente. Ese cónclave, que puede durar unas horas o unas semanas, sólo concluye cuando dos tercios de los cardenales consensuaron la elección de unnuevo Santo Padre.
En su columna, el vaticanista Sandro Magister adelanta que no será una tarea sencilla. Según explica, además de las presiones externas, sobre el cónclave hay también presiones que proceden de dentro de la Iglesia: “El informe secreto que los tres cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi han entregado a Benedicto XVI, y sólo a él, y que éste ha puesto a disposición exclusiva de su sucesor, un informe sobre el cual no se ha filtrado ni siquiera una línea pero que se sabe retrata un cuadro preocupante del malfuncionamiento de la curia romana, pesa sobre el cónclave como una bomba de relojería”.
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