La creencia popular estipula que
el fenómeno se podría producir entre cinco días antes del 30 de agosto y
hasta cinco días después de esa fecha. Este año, la última lluvia fue
el 24 de agosto.
Con 121 milímetros, el mes pasado fue el agosto más lluvioso de la
última década. Sin embargo, todos los que estaban esperando la tormenta
de Santa Rosa se quedaron mirando el cielo y buscando explicaciones.
El promedio de los últimos diez años de las precipitaciones de agosto es de 21,9 milímetros, por lo que el mes pasado cayeron casi 100 milímetros más de lo que se podía esperar. Pero el último día que llovió fue el 24 de agosto, seis días antes de la fecha en que se celebra Santa Rosa.
La tormenta de Santa Rosa o temporal de Santa Rosa es una expresión popular para designar una tormenta que se espera que se desarrolle en el hemisferio austral en un lapso de entre cinco días antes y cinco días después del 30 de agosto, fecha correspondiente a la festividad de Santa Rosa de Lima, Patrona de las Américas. Por lo tanto, la última lluvia de agosto no puede considerarse como la tormenta de Santa Rosa. Sólo queda esperar que antes del martes 4 de septiembre llegue el agua.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, el pronóstico indicaría para los próximos días neblinas y bancos de niebla. Nubosidad variable. Vientos leves del noreste. El lunes por la tarde ya se presentaría nublado y el martes habría tiempo inestable con probabilidad de lluvias. Esa sería la última oportunidad para que la tormenta siga alimentando la creencia popular.
La expresión tiene su origen en una leyenda que atribuyó a los poderes místicos de Isabel Flores de Oliva, una fuerte tormenta que impidió que piratas holandeses atacaran la ciudad peruana de Lima. Según los meteorólogos, el evento no tiene la certeza que el imaginario popular le atribuye, e imputan su ocurrencia al choque de los primeros vientos cálidos con los frentes fríos producto del acercamiento de la primavera.
En 1615 en Lima, la Ciudad de Los Reyes, una religiosa llamada Rosa (Isabel Flores de Oliva, 1586-1617) encabezó una rogativa desde una iglesia, ante el posible desembarco de piratas holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino de El Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta impidió que las embarcaciones se acercaran a tierra y así, la ciudad de Lima quedó salva. Los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y la huida de los piratas al poder místico de Rosa.
La leyenda se popularizó en Argentina, con gran fuerza en la zona del Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo. En la provincia de La Pampa, una de sus ciudades lleva su nombre. Es una región realmente seca, y es muy poco frecuente que la tormenta se produzca.
Climáticamente en el Hemisferio Austral, la tormenta de Santa Rosa puede constituirse en una de las primeras tormentas, hacia el final del invierno, unos diez días antes del 30 de agosto y veinte primeros días de septiembre.
Para el Vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, tormenta es la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (el relámpago) y por un ruido seco o un estruendo sordo (el trueno), asociada a nubes convectivas (cumulonimbus) y suelen llegar con lluvia en forma de chaparrón o, en latitudes más altas, de nieve o granizo, y también de vientos fuertes. En invierno no ocurren estas tormentas convectivas, porque para su desarrollo se necesitan condiciones energéticas más de primavera y de verano.
Y, al acercarse el equinoccio de primavera del hemisferio sur (22 o 23 de septiembre), el acercamiento paulatino (por el ángulo de inclinación del eje del planeta) de este sector de la Tierra al Sol aumenta la disponibilidad de energía en el Subsistema Austral Climático Terrestre, produciéndose cambios en la circulación atmosférica regional, desde fines de agosto. Con presencia de aire cálido y húmedo del norte, sumado a más radiación solar y a entrar perturbaciones sinópticas del oeste, podría aparecer el fenómeno de tormenta saliendo del invierno, en cercanías del 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima.
Dicha perturbación se produce ya a que el Polo Sur sigue aún muy frío mientras que el continente austral comienza el lento proceso de calentamiento.
Popularmente (mito) se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, pero normalmente no es así. Para la ciudad de Buenos Aires (Observatorio del SMN Villa Ortúzar), del análisis de la frecuencia de aparición del fenómeno tormenta, cinco días antes y después del 30 de agosto, del período 1861-2003. Así, sólo 16 veces en 142 años, se produjo la tormenta de Santa Rosa de Lima.
La tormenta de Santa Rosa se observa en algunas provincias argentinas, mientras que en otras, como Salta, Mendoza o San Juan, muy rara vez aparece este fenómeno. En Uruguay, se produce con una frecuencia parecida a la de la provincia de Buenos Aires. Fenómenos similares se observan en Sudáfrica y en Australia.
El promedio de los últimos diez años de las precipitaciones de agosto es de 21,9 milímetros, por lo que el mes pasado cayeron casi 100 milímetros más de lo que se podía esperar. Pero el último día que llovió fue el 24 de agosto, seis días antes de la fecha en que se celebra Santa Rosa.
La tormenta de Santa Rosa o temporal de Santa Rosa es una expresión popular para designar una tormenta que se espera que se desarrolle en el hemisferio austral en un lapso de entre cinco días antes y cinco días después del 30 de agosto, fecha correspondiente a la festividad de Santa Rosa de Lima, Patrona de las Américas. Por lo tanto, la última lluvia de agosto no puede considerarse como la tormenta de Santa Rosa. Sólo queda esperar que antes del martes 4 de septiembre llegue el agua.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, el pronóstico indicaría para los próximos días neblinas y bancos de niebla. Nubosidad variable. Vientos leves del noreste. El lunes por la tarde ya se presentaría nublado y el martes habría tiempo inestable con probabilidad de lluvias. Esa sería la última oportunidad para que la tormenta siga alimentando la creencia popular.
La expresión tiene su origen en una leyenda que atribuyó a los poderes místicos de Isabel Flores de Oliva, una fuerte tormenta que impidió que piratas holandeses atacaran la ciudad peruana de Lima. Según los meteorólogos, el evento no tiene la certeza que el imaginario popular le atribuye, e imputan su ocurrencia al choque de los primeros vientos cálidos con los frentes fríos producto del acercamiento de la primavera.
En 1615 en Lima, la Ciudad de Los Reyes, una religiosa llamada Rosa (Isabel Flores de Oliva, 1586-1617) encabezó una rogativa desde una iglesia, ante el posible desembarco de piratas holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino de El Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta impidió que las embarcaciones se acercaran a tierra y así, la ciudad de Lima quedó salva. Los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y la huida de los piratas al poder místico de Rosa.
La leyenda se popularizó en Argentina, con gran fuerza en la zona del Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo. En la provincia de La Pampa, una de sus ciudades lleva su nombre. Es una región realmente seca, y es muy poco frecuente que la tormenta se produzca.
Climáticamente en el Hemisferio Austral, la tormenta de Santa Rosa puede constituirse en una de las primeras tormentas, hacia el final del invierno, unos diez días antes del 30 de agosto y veinte primeros días de septiembre.
Para el Vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, tormenta es la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (el relámpago) y por un ruido seco o un estruendo sordo (el trueno), asociada a nubes convectivas (cumulonimbus) y suelen llegar con lluvia en forma de chaparrón o, en latitudes más altas, de nieve o granizo, y también de vientos fuertes. En invierno no ocurren estas tormentas convectivas, porque para su desarrollo se necesitan condiciones energéticas más de primavera y de verano.
Y, al acercarse el equinoccio de primavera del hemisferio sur (22 o 23 de septiembre), el acercamiento paulatino (por el ángulo de inclinación del eje del planeta) de este sector de la Tierra al Sol aumenta la disponibilidad de energía en el Subsistema Austral Climático Terrestre, produciéndose cambios en la circulación atmosférica regional, desde fines de agosto. Con presencia de aire cálido y húmedo del norte, sumado a más radiación solar y a entrar perturbaciones sinópticas del oeste, podría aparecer el fenómeno de tormenta saliendo del invierno, en cercanías del 30 de agosto, día de Santa Rosa de Lima.
Dicha perturbación se produce ya a que el Polo Sur sigue aún muy frío mientras que el continente austral comienza el lento proceso de calentamiento.
Popularmente (mito) se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, pero normalmente no es así. Para la ciudad de Buenos Aires (Observatorio del SMN Villa Ortúzar), del análisis de la frecuencia de aparición del fenómeno tormenta, cinco días antes y después del 30 de agosto, del período 1861-2003. Así, sólo 16 veces en 142 años, se produjo la tormenta de Santa Rosa de Lima.
La tormenta de Santa Rosa se observa en algunas provincias argentinas, mientras que en otras, como Salta, Mendoza o San Juan, muy rara vez aparece este fenómeno. En Uruguay, se produce con una frecuencia parecida a la de la provincia de Buenos Aires. Fenómenos similares se observan en Sudáfrica y en Australia.
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