El ex presidente estadounidense Bill Clinton reclamó el miércoles cuatro
años más para que el mandatario Barack Obama repare el enorme "daño"
dejado por los republicanos, en un discurso en la convención demócrata
donde ambos hombres terminaron fundiéndose en un abrazo ante una
audiencia eufórica.
"Obama comenzó con una economía más débil que la mía. No hay presidente, ni yo, ni ninguno de mis predecesores, que pudiera haber reparado todo ese daño en sólo cuatro años", sentenció Clinton en una larga alocución ante casi 15.000 militantes, entre ellos 6.000 delegados, en el Time Warner Arena de Charlotte, Carolina del Norte.
Clinton ofreció datos contundentes para halagar los pasos dados por el Gobierno de Obama para salir de la crisis económica con la que asumió la presidencia en 2008 y demolió sin contemplaciones los planes de recortes en programas sociales y aumento de impuestos a la clase media del rival republicano, Mitt Romney.
"El asunto más importante es, ¿en qué tipo de país quieren vivir? Si quieren un país en el que están solos, en el que el ganador se lo lleve todo, deberían apoyar la candidatura republicana", afirmó Clinton, uno de los políticos más populares de los Estados Unidos, que comandó el país entre 1993 y 2001. "Pero si quieren un país de prosperidad compartida y de responsabilidad compartida, y una sociedad en la que todos estemos juntos, tienen que votar por Barack Obama y Joe Biden".
Clinton aseguró que cuando escuchó la semana pasada el plan sobre el seguro social que tienen Romney y su compañero de fórmula, Paul Ryan, "no sabía si reírme o ponerme a llorar", dijo con la complicidad de la audiencia, que celebró con carcajadas su ironía.
El ex mandatario marcó un gran momento de la convención, iniciada este martes con sentidos discursos de la primera dama Michelle Obama y el alcalde de San Antonio, Julián Castro, y que concluirá el jueves con la investidura de Obama como candidato oficial del partido a la reelección.
Clinton no se salió del libreto de los demócratas de esta semana, enfocados en mostrar la candidatura de Obama como la opción social y económica destinada a fortalecer la clase media -mayoría en el país-, golpeada por la crisis.
Obama subió al escenario cuando Clinton concluía su discurso, y el ex presidente le hizo una reverencia. Luego, Obama abrazó a Clinton, ante la ovación de miles de delegados en el encuentro. Poco después, los delegados nominaron formalmente al actual presidente para una segunda gestión, en una votación en que se fue mencionando a cada estado.
Poco antes de subir al podio, Obama defendió su Gobierno y sostuvo que el país estaba mejor que en 2008, pero Romney declaró en West Lebanon, New Hampshire, con anterioridad que, durante la convención demócrata, no había visto "a ninguna persona levantarse y decir que las personas estaban hoy mejor que hace cuatro años".
Entre la decena de oradores que subieron al podio el miércoles, el congresista Luis Gutiérrez y la figura de televisión latina en Estados Unidos Cristina Saralegui abogaron por leyes migratorias de la mano de Barack Obama, luego que subiera al escenario Benita Veliz, una estudiante indocumentada mexicana. Todos coincidieron en enfatizar que Romney ponía "en peligro" el sueño americano de millones de hispanos en Estados Unidos.
También habló otra joven estudiante, convertida en el símbolo de la defensa de los derechos de las mujeres, que dijo que la llegada de Romney a la Casa Blanca supondría un paso atrás para las estadounidenses.
"Conozco muy bien a mi esposo y sé lo que quiere para el pueblo estadounidense, sé que ha sido un presidente extraordinario que tenemos que volver a elegirlo", dijo también el miércoles la primera dama Michelle Obama en una reunión con delegados hispanos en Charlotte.
La multitudinaria fiesta prevista para el jueves en el estadio abierto de la ciudad, donde aparecerán la actriz de origen mexicana Eva Longoria y el cantante Mark Anthony, tuvo que cambiar de escenario ante los pronósticos de mal tiempo. El discurso que pronunciará Obama estaba programado para realizarse en el estadio Bank of America, con capacidad para 73.000 personas, pero finalmente se hará en el auditorio donde se desarrolla desde el martes la cumbre demócrata, con sólo 13.000 plazas.
"Obama comenzó con una economía más débil que la mía. No hay presidente, ni yo, ni ninguno de mis predecesores, que pudiera haber reparado todo ese daño en sólo cuatro años", sentenció Clinton en una larga alocución ante casi 15.000 militantes, entre ellos 6.000 delegados, en el Time Warner Arena de Charlotte, Carolina del Norte.
Clinton ofreció datos contundentes para halagar los pasos dados por el Gobierno de Obama para salir de la crisis económica con la que asumió la presidencia en 2008 y demolió sin contemplaciones los planes de recortes en programas sociales y aumento de impuestos a la clase media del rival republicano, Mitt Romney.
"El asunto más importante es, ¿en qué tipo de país quieren vivir? Si quieren un país en el que están solos, en el que el ganador se lo lleve todo, deberían apoyar la candidatura republicana", afirmó Clinton, uno de los políticos más populares de los Estados Unidos, que comandó el país entre 1993 y 2001. "Pero si quieren un país de prosperidad compartida y de responsabilidad compartida, y una sociedad en la que todos estemos juntos, tienen que votar por Barack Obama y Joe Biden".
Clinton aseguró que cuando escuchó la semana pasada el plan sobre el seguro social que tienen Romney y su compañero de fórmula, Paul Ryan, "no sabía si reírme o ponerme a llorar", dijo con la complicidad de la audiencia, que celebró con carcajadas su ironía.
El ex mandatario marcó un gran momento de la convención, iniciada este martes con sentidos discursos de la primera dama Michelle Obama y el alcalde de San Antonio, Julián Castro, y que concluirá el jueves con la investidura de Obama como candidato oficial del partido a la reelección.
Clinton no se salió del libreto de los demócratas de esta semana, enfocados en mostrar la candidatura de Obama como la opción social y económica destinada a fortalecer la clase media -mayoría en el país-, golpeada por la crisis.
Obama subió al escenario cuando Clinton concluía su discurso, y el ex presidente le hizo una reverencia. Luego, Obama abrazó a Clinton, ante la ovación de miles de delegados en el encuentro. Poco después, los delegados nominaron formalmente al actual presidente para una segunda gestión, en una votación en que se fue mencionando a cada estado.
Poco antes de subir al podio, Obama defendió su Gobierno y sostuvo que el país estaba mejor que en 2008, pero Romney declaró en West Lebanon, New Hampshire, con anterioridad que, durante la convención demócrata, no había visto "a ninguna persona levantarse y decir que las personas estaban hoy mejor que hace cuatro años".
Entre la decena de oradores que subieron al podio el miércoles, el congresista Luis Gutiérrez y la figura de televisión latina en Estados Unidos Cristina Saralegui abogaron por leyes migratorias de la mano de Barack Obama, luego que subiera al escenario Benita Veliz, una estudiante indocumentada mexicana. Todos coincidieron en enfatizar que Romney ponía "en peligro" el sueño americano de millones de hispanos en Estados Unidos.
También habló otra joven estudiante, convertida en el símbolo de la defensa de los derechos de las mujeres, que dijo que la llegada de Romney a la Casa Blanca supondría un paso atrás para las estadounidenses.
"Conozco muy bien a mi esposo y sé lo que quiere para el pueblo estadounidense, sé que ha sido un presidente extraordinario que tenemos que volver a elegirlo", dijo también el miércoles la primera dama Michelle Obama en una reunión con delegados hispanos en Charlotte.
La multitudinaria fiesta prevista para el jueves en el estadio abierto de la ciudad, donde aparecerán la actriz de origen mexicana Eva Longoria y el cantante Mark Anthony, tuvo que cambiar de escenario ante los pronósticos de mal tiempo. El discurso que pronunciará Obama estaba programado para realizarse en el estadio Bank of America, con capacidad para 73.000 personas, pero finalmente se hará en el auditorio donde se desarrolla desde el martes la cumbre demócrata, con sólo 13.000 plazas.
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