Las empresas pretenden que se actualicen
los costos con la inflación anual y los recurrentes retrasos en los
pagos.-
Los
constructores de obras públicas enfrentan un delicado cuadro de
situación, como consecuencia del panorama financiero de la provincia, y,
ante la falta de definiciones a corto y mediano plazo, en los próximos
días un grupo importante de empresas definirá su futuro.
Según pudo saber este diario, en la provincia se agudizó la falta de recursos para disminuir la deuda que desde hace varios meses se mantiene con las empresas que ejecutan obras contratadas por el Estado. Además, en una reciente reunión en la Casa de Gobierno, se admitió que el cuadro de situación económica y financiera no se revertirá a corto plazo, por lo que se estima que se profundizarán los problemas, con el cese de las obras y el despido de trabajadores. De hecho, esto último viene ocurriendo semanalmente, como admitieron fuentes gremiales.
De las evaluaciones del sector privado surge que además de la imposibilidad de saldar las deudas, el Estado se niega a redeterminar costos. Entre los constructores se estima que éste es uno de los puntos trascendentes que requiere actualización, como ocurriría en el caso de la construcción de viviendas. Se explicó que esta cuestión impide continuar cualquier tipo de obra, teniendo en cuenta los niveles de inflación actuales en ese rubro.
Otro aspecto que también conforma el actual cuadro de situación es el fuerte endeudamiento bancario, generalizado entre las empresas, lo que deriva en la imposibilidad de reposición de equipamiento y materiales.
Desde el gobierno se admitió que las dificultades existen pero que parte de los compromisos financieros pendientes podrían comenzar a saldarse a partir del endeudamiento que tiene tratamiento legislativo por estos días. No obstante, los privados no creen que se utilice un gran porcentaje de ese monto -que se obtendrá con la emisión de Letras de Tesorería- para cancelar la deuda con la construcción.
Pero este escenario parece no ser exclusivo de la obra pública. Según los datos estadísticos, toda la actividad de la construcción no tiene el mismo ritmo de años anteriores. Ello se corresponde con signos inequívocos de disminución de la demanda de mano de obra.
Si bien el sector mantiene el diálogo con el gobierno, en las últimas reuniones no se habrían alcanzado avances significativos, por lo que la tensión se mantiene.
Según pudo saber este diario, en la provincia se agudizó la falta de recursos para disminuir la deuda que desde hace varios meses se mantiene con las empresas que ejecutan obras contratadas por el Estado. Además, en una reciente reunión en la Casa de Gobierno, se admitió que el cuadro de situación económica y financiera no se revertirá a corto plazo, por lo que se estima que se profundizarán los problemas, con el cese de las obras y el despido de trabajadores. De hecho, esto último viene ocurriendo semanalmente, como admitieron fuentes gremiales.
De las evaluaciones del sector privado surge que además de la imposibilidad de saldar las deudas, el Estado se niega a redeterminar costos. Entre los constructores se estima que éste es uno de los puntos trascendentes que requiere actualización, como ocurriría en el caso de la construcción de viviendas. Se explicó que esta cuestión impide continuar cualquier tipo de obra, teniendo en cuenta los niveles de inflación actuales en ese rubro.
Otro aspecto que también conforma el actual cuadro de situación es el fuerte endeudamiento bancario, generalizado entre las empresas, lo que deriva en la imposibilidad de reposición de equipamiento y materiales.
Desde el gobierno se admitió que las dificultades existen pero que parte de los compromisos financieros pendientes podrían comenzar a saldarse a partir del endeudamiento que tiene tratamiento legislativo por estos días. No obstante, los privados no creen que se utilice un gran porcentaje de ese monto -que se obtendrá con la emisión de Letras de Tesorería- para cancelar la deuda con la construcción.
Pero este escenario parece no ser exclusivo de la obra pública. Según los datos estadísticos, toda la actividad de la construcción no tiene el mismo ritmo de años anteriores. Ello se corresponde con signos inequívocos de disminución de la demanda de mano de obra.
Si bien el sector mantiene el diálogo con el gobierno, en las últimas reuniones no se habrían alcanzado avances significativos, por lo que la tensión se mantiene.
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