Tras algunas vacilaciones y contradicciones, el oficialismo decidió apoyar al vicepresidente, a una semana de que se empiece a tratar su posible juicio político. Escándalo por la postulación de Reposo para la procuración.
Protegido. El kirchnerismo hizo propia la defensa del funcionario y justificó con que se busca “enlodar” su figura.
El oficialismo del Senado dio un claro respaldo al
vicepresidente Amado Boudou, después de su embestida contra el histórico
camporista y ahora renunciado procurador Esteban Righi, a menos de una
semana de que se constituya la Comisión de Juicio Político de Diputados
que debe analizar el pedido de enjuiciamiento formulado por parte de la
oposición contra el titular de la Cámara Alta.
En ese marco, el senador kirchnerista Aníbal
Fernández consideró esta mañana que la causa judicial por presunto
tráfico de influencia a favor de la ex Ciccone Calcográfica es “una
estupidez” que tiene por objetivo “enlodar” al vicepresidente.
El respaldo a Boudou fue expresado por el bloque de
senadores del Frente para la Victoria, a través de uno de sus habituales
voceros, en la que se analizaron los pasos a dar para aprobar el pliego
del procurador designado, Daniel Reposo.
En el plano judicial, José María Núñez Carmona, amigo
y socio de Boudou, recusó y pidió el apartamiento del fiscal federal
Carlos Rívolo de la causa por la ex Ciccone, al acusarlo de informar a
la prensa sobre el resultado del allanamiento al departamento del
vicepresidente.
Precisamente Rívolo destacó que hasta ahora no notó
ninguna anomalía en la actuación del juez Daniel Rafecas y anunció que
no recusará al magistrado por el intercambio de mensajes de texto que
mantuvo con un abogado de una de las partes publicados por algunos
medios.
El martes próximo, a las 16.30, está previsto que se
realice la reunión de constitución de la Comisión de Juicio Político,
que reclama la oposición para intentar abordar el pedido de
enjuiciamiento a Boudou, aunque el oficialismo tiene elementos como para
trabar su tratamiento.
Contando votos
En tanto, el oficialismo comenzó a buscar la forma de
contar con los dos tercios de votos que necesita Daniel Reposo ante el
fuerte rechazo de legisladores opositores al candidato a la Procuración
General de la Nación propuesto por Cristina Fernández.
Las bancadas opositoras del radicalismo, la Coalición
Cívica y miembros del interbloque FAP, entre otros sectores, todos con
representación en el Senado, expresaron su rechazo con diferentes
argumentos a la postulación de Reposo, mientras que los peronistas
federales y otros monobloques aún no definieron su postura.
El oficialista FpV comenzó a trabajar para intentar
juntar los votos que garanticen la aprobación del candidato a la
Procuración, cuyo pliego no llegará a la Cámara Alta antes de la segunda
semana de mayo.
Para obtener el respaldo que exige la ley, Reposo
debe recibir el respaldo de 48 legisladores, si hubiera asistencia
perfecta de los 72 senadores.
Barletta: “No hay garantías”
El Litoral —¿Cuál es la postura del radicalismo frente a la propuesta de Reposo para procurador?
Mario Barletta —Hemos manifestado nuestra oposición a
esta propuesta, que no consideramos que dé garantías a las
instituciones de la República. Es un cargo relevante, porque sin lugar a
dudas los fiscales que dependen de él son los que tienen que llevar
adelante las investigaciones, tanto a funcionarios como a no
funcionarios, cuando corresponda. Por eso, el radicalismo planteó que se
lleve adelante un proceso de designación de similares características
al de los jueces.
—¿Cuáles son concretamente los motivos de la impugnación?
—Bueno, han sido señalados por el propio gobierno,
en términos de la amistad y relaciones que ha tenido con el propio
vicepresidente, que fue el que motivó la salida del actual procurador.
Casi es una obviedad de sentido común que colocar al frente de los
fiscales a alguien que ha tenido una amistad con el vicepresidente que
ha sido investigado, está dando las pautas una vez más de que el
gobierno no tiene precisamente interés en la investigación. Cuando el
vice no responde preguntas, se ataca al juez, se ataca al fiscal, se
ataca al procurador y luego se hace esto, la cuestión está tomando un
matiz propio de hacer todo lo necesario para que no se sepa lo que se
tiene que saber.
Binner: “Un salto hacia atrás”
El Litoral —¿Cuál es la postura del Frente Amplio Progresista ante la propuesta de Reposo como procurador?
—Nosotros como bloque vamos a tomar una posición
vinculada al no acuerdo con la figura de Reposo. Esto porque creemos que
es un lugar de mucha importancia, que no debiera estar en manos de
alguien vinculado tan directamente a un gobierno. No ponemos trabas
acerca de su afiliación partidaria, sino sobre su idoneidad para
desempeñar ese cargo. Es un salto cualitativo hacia atrás no menor, el
que se va a dar.
—¿Considera que esto es un avance del gobierno sobre la Justicia?
—Lo vemos en función de la tarea específica que
tiene el procurador, para la cual se necesita de alguien con mucho
conocimiento, experiencia, ecuanimidad. Y, por otro lado, el propuesto
tiene una visible amistad con una de las personas de mayor
representatividad en el país, como es el vice. Y cuando todo se deriva
de un problema conectado a algo tan delicado como es la impresión de
billetes. Es una situación compleja, que hay que resolverla con personas
transparentes y creíbles. Cosa que con Righi podíamos hacer, aunque no
coincidiéramos políticamente.
Causa abierta
Daniel Reposo tiene una causa abierta en la Justicia
Federal que investiga el juez Daniel Rafecas por una supuesta oferta de
dinero a un mozo para que cambiara su declaración sobre un episodio
violento ocurrido durante una reunión de directorio de la empresa Papel
Prensa.
Se trata de un desprendimiento de la causa en la que
se investigó un episodio en el que el secretario de Comercio, Guillermo
Moreno, y el abogado José María Soaje Pintos intercambiaron golpes
durante una reunión celebrada el 14 de julio de 2010 en la sede de Papel
Prensa.
/// análisis
Reposo y agitación
Gustavo J. Vittori
Pocas veces el gobierno ha mostrado sus cartas con
tanta claridad. La postulación presidencial de Daniel Reposo para ocupar
el cargo de procurador general de la Nación -vacante por renuncia del
Dr. Esteban Righi- evidencia el pensamiento de Cristina Fernández de
Kirchner respecto de lo que significa la “profundización” del modelo.
La proposición del nombre de un “soldado” como jefe
de los fiscales federales, arrasa con los principios republicanos y el
sistema de garantías que nutren a la Constitución Nacional. A contramano
del discurso que enfatiza el valor de los cuarenta millones de
argentinos, la presidenta faccionaliza una función clave en el sistema
de justicia que, huelga decirlo, debería caracterizarse por su aptitud
técnica, imparcialidad y búsqueda de la verdad. La elección de un
militante no sólo comporta el riesgo cierto del bloqueo de una
investigación que involucra al poder, sino la probabilidad de
persecuciones a quienes se considera enemigos de un régimen
autosacralizado. Teñir a la Procuración con el color de una militancia
que se vive como una religión, vulnera la naturaleza de esa institución,
la lógica constitucional y el más elemental sentido común.
Si la propuesta presidencial lograra la aprobación
del Senado, se concretaría el mayor agravio a las instituciones desde
2003. El zorro sería introducido en el gallinero, y la delicada
arquitectura de contrapesos institucionales quedaría deshecha.
Es cierto que la prédica republicana -con su
implícita defensa de los equilibrios de poder- es vista con recelo por
el kirchnerismo; pero una cosa es la discusión política o doctrinaria, y
otra, el avance ciego sobre las instituciones por razones
circunstanciales. El país cae así en un casuismo primitivo, en tácticas
espontaneístas, en la preponderancia de la circunstancia sobre el
horizonte de largo plazo. Dominan la imprevisibilidad y la inseguridad. Y
se consolida la tendencia a la arbitrariedad y el aislamiento. Por eso
la proposición de Reposo causa tanta agitación en la sociedad.
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