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sábado, 14 de abril de 2012

SANTA FE: Angustia y temores en los comerciantes de la peatonal

Angustia y temores en los  comerciantes de la peatonal
Custodia. Hoy a la mañana, se vieron varias parejas de policías circulando por la zona donde ocurrió el hecho el miércoles. Los comerciantes dicen que “pasa un tiempo y desaparecen”. Fotos: Guillermo Di Salvatore
Las caras de los vendedores reflejan la aflicción y el malestar por lo que le pasó a una compañera de trabajo. Desde la Asociación de Amigos de calle San Martín advierten que la inseguridad es un grave problema para el sector comercial de la ciudad.
De la Redacción de El Litoral
area@ellitoral.com
En el comercio de la peatonal San Martín en el que el miércoles un hombre asaltó y violó a una empleada de 24 años, hoy a la mañana había atendiendolo un hombre solo. Ante la consulta de El Litoral sobre cómo estaban trabajando luego de lo que ocurrió aclaró que no quería hacer declaraciones a la prensa, le costaba hablar. La congoja se le notaba en la cara y se le llenaron los ojos de lágrimas cada vez que quiso explicar “brevemente” lo que estaban viviendo.
En los locales vecinos, el sentimiento era parecido y se sumó la perturbación que les generaba pensar en la posibilidad de que vuelva a pasar. Tal es así que el mismo miércoles a la tarde, el vigilador de la agencia Guerín Seguridad que circula por la peatonal, recibió más llamadas de las habituales. Las advertencias procedieron de las vendedoras de locales de ropa de mujer que se asustaban cuando ingresaba un hombre solo o le pedían con señas al agente que se quede controlando desde la puerta.
El estado de alerta no tiene que ver con una cuestión de género, obviamente, y se hizo extensivo a otros sectores de la ciudad. Las empleadas del local Notting Hill, en bulevar casi Belgrano, adoptaron como norma desde diciembre cuando fueron asaltadas no permitir el ingreso de hombres solos.
“Acá no entran, hasta que les preguntamos qué quieren con la puerta cerrada. Si vemos que efectivamente saben lo que buscan y nosotros tenemos eso, abrimos la puerta”, detalló María de los Ángeles, la propietaria del comercio sobre la medida que incluso atenta contra la lógica propia del comercio.
Un lamento común
En la cuadra de la peatonal donde ocurrió el hecho del miércoles no se habla de otra cosa, incluso con los clientes por lo que hay múltiples versiones sobre lo que pasó que alimentan el temor. Algunos afirman que recuperaron la tranquilidad cuando se conoció que el ladrón y violador había sido detenido, aunque a juzgar por los dichos de los vendedores no es tan así.
“Desde ayer, no tenemos más la llave del depósito acá y la mirada se va permanentemente a la puerta o nos miramos con los de enfrente. Tampoco entramos solas cuando llegamos, nos esperamos en la puerta”, comentaron Leonela y Yésica de Solanas. Las jóvenes lamentaron no haber podido hacer nada para evitar el hecho a pesar de haber salido a la misma hora del comercio.
En Galia, Hugo Delmo dijo que tenía “un dolor inmenso”. “No puedo decir que nos sentimos culpables por no haber podido ayudarla pero es muy parecido porque todos salimos a la misma hora y no vimos nada. Ahora, las consecuencias son irremediables”, reflexionó.
Para Santina, de Generación X, el hecho de trabajar con miedo a que les ocurra algo no es nuevo. “El temor está siempre y sobre todo cuando cerramos. La policía viene cuando las cosas pasaron”, comentó.
“Nos sentimos vulnerables. Decir que se advierte el riesgo por la cara de la gente que entra es ridículo, el sentimiento hoy no se puede explicar”, dijo Carolina de Alfis.
Un sentimiento extendido
Entre la bronca y la impotencia se debatía Jorge Baremberg, de la Asociación Amigos de calle San Martín. Es que según dijo, todavía está conmocionado por lo que le pasó a “una chica que trabaja, que se levanta todas las mañanas como cualquiera y hace las cosas bien”.
“Lo que ocurrió en la peatonal es una muestra de lo que vive el sector comercial de toda la ciudad”, aclaró. A su vez, celebró que las cámaras de seguridad del centro de monitoreo captaran al delincuente y lo hayan detenido a las pocas horas.
“Me pregunto qué ocurre en los lugares donde no hay cámaras y los hechos no se denuncian”, cuestionó.
En ese sentido, Baremberg puntualizó que la delincuencia en la ciudad es una cuestión que excede a la policía como el brazo que ayuda a la justicia. “En este caso (el del miércoles) el detenido tiene antecedentes desde 2007, fue baleado a fin de año, robó y tomó rehenes en enero por lo que lo detuvieron y la Justicia después lo liberó”, enumeró y agregó: “Entonces creo que hay cuestiones para reflexionar en todos los niveles del Estado”.
“Quiero saber dónde se crió esa bestia, qué valores tiene, qué hace con su vida. Yo no quiero mano dura, no quiero violencia, lo que digo es que se debe tratar la cuestión de fondo y las leyes para que la Justicia no vuelva a liberar a alguien así”, precisó el comerciante.
En su relato, Baremberg no se olvidó del gremio que nuclea a los empleados de comercio. “Me pregunto dónde está el sindicato que no salió a reivindicar la dignidad de una empleada, brilla por su ausencia, eso también me duele y me da bronca”, concluyó.
Angustia y temores en los  comerciantes de la peatonal

Audiencia
“Ante la continuidad de hechos delictivos sufridos por comerciantes de nuestra ciudad”, el Centro Comercial de Santa Fe solicitó una audiencia con el ministro de Seguridad, Leandro Corti a los efectos de expresarle “la consternación y preocupación por el grado de impunidad con el que se actúa en las mencionadas ocasiones además de requerir la implementación urgente de medidas tendientes a encontrar soluciones de fondo a tan delicada situación”.
Lo que detectan las cámaras
Hasta 2011. Desde que comenzaron a funcionar las cámaras de seguridad en el microcentro, en septiembre de 2009, hasta el 10 de diciembre de 2011, se detectaron alrededor de 5 mil eventos, entre delitos, accidentes, emergencias médicas y actos de vandalismo.
Hasta hoy. Desde el 10 de diciembre de 2011 hasta primeras horas de hoy, registraron:
152 situaciones sospechosas.
122 entrevistas y chequeos.
80 por consumo y comercialización de estupefacientes.
71 situaciones delictivas (robos, hurtos, intentos de hurto, arrebatos).
54 Traslados.
9 situaciones de violencia y conflicto entre personas.
En alerta. Las empleadas de los comercios tienen miedo de quedarse solas trabajando. Pasan buena parte de la jornada con la mirada puesta en la puerta.

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