A esa conclusión llegaron en la
5º Conferencia Internacional sobre Avances en esta patología, que se
realiza en el país. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica es la
cuarta causa de muerte a nivel mundial y auguran que para 2020 será la
tercera.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) hace tiempo que dejó
de ser cosa de hombres mayores para extenderse a la población de ambos
sexos y de todas las edades.
De hecho, se sabe que en la actualidad el 10% de la población por encima de los 40 años la padece, aunque en nuestro país 7 de cada 10 personas no están diagnosticadas.
Esto es muy preocupante, debido a que la falta de conocimiento de la enfermedad y el retraso en el diagnóstico son factores que conspiran contra la posibilidad de llevar a cabo un tratamiento que permita mejorar los síntomas y controlar las exacerbaciones. Así lo expresaron los especialistas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), reunidos en nuestro país junto con expertos del exterior debido a la 5º Conferencia Internacional sobre Avances en EPOC.
“En la Argentina no contamos con cifras propias, sino que extrapolamos las que se obtuvieron en otras investigaciones como por ejemplo el estudio Platino que se llevó a cabo en 5 ciudades de Latinoamérica: Santiago de Chile, México DF, Montevideo, San Pablo y Caracas. Si a esta situación de desconocimiento respecto de la cantidad de afectados le sumamos que muchas veces la EPOC suele confundirse con el asma o que inclusive los síntomas como por ejemplo la tos, la expectoración o la falta de aire pueden atribuirse al tabaquismo, nos encontramos con una situación claramente desfavorable para los pacientes”, comentó el doctor Eduardo Giugno, profesor adjunto de Neumonología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“En el consultorio, día a día vemos cómo lo que muestran las cifras se cumple: en algunos casos, los pacientes inclusive se acostumbran a los síntomas y los naturalizan, con lo cual obviamente no recurren al médico. Por otro lado, suele incurrirse en errores o mitos como el de la ‘tos del fumador’, una entidad que no existe y que también conspira contra la posibilidad de obtener un rápido diagnóstico”, expuso por su parte el doctor Daniel Colodenco, jefe del servicio de Alergia e Inmunología del Hospital de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer.
Otro problema extra tiene que ver con la tarea de los médicos.
Ocurre que algunas veces, tal como refirió uno de los visitantes extranjeros, el doctor Marc Miravitlles, investigador senior del servicio de Neumología del Hospital Clinic de Barcelona, España, y presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Los médicos no saben cómo transmitirle al paciente que la EPOC es grave, razón por la cual las personas afectadas no le dan relevancia, cuando en realidad lo que tendría que ocurrir es que el médico realizara los estudios, que no son invasivos y son muy sencillos como para saber cómo proceder”.
La EPOC es una alteración inflamatoria crónica del aparato respiratorio ligada al tabaquismo. Es prevenible y tratable. Se sabe que en el 85% de los casos se produce en personas que fuman, y se la considera la cuarta causa de muerte a nivel mundial, mientras que según los expertos para 2020 será la tercera.
Si bien suele diagnosticarse entre los 60 y 65 años, en la mayoría de los casos el daño empezó a generarse alrededor de los 35 o 40.
“Más allá del tabaquismo existe en algunos casos en los cuales hay un componente genético -el porcentaje es realmente minoritario porque alcanza al 2% de los cuadros, aproximadamente. No obstante, sabemos y estamos convencidos de que no tendríamos EPOC si no existiera el cigarrillo“, señaló el doctor Miravitlles, quien además adelantó que en la Conferencia se tratarán diversos temas como los adelantos farmacológicos y las nuevas variantes de tratamiento.
“La principal tendencia tiene que ver con desarrollar tratamientos a medida que mejoren la calidad de vida en cada uno de los pacientes que tienen los diferentes fenotipos de la enfermedad. Esto quiere decir: disminuir los síntomas tanto en lo que se refiere a intensidad como a periodicidad, reducir las exacerbaciones, complicaciones e internaciones y obtener una mayor capacidad respiratoria mediante la rehabilitación. Esto se logra, básicamente, mediante tres elementos. Por un lado los fármacos que variarán según el grado de enfermedad y las comorbilidades. Por otro lado, la actividad física, y finalmente un correcto plan de alimentación. Por supuesto también tiene que existir cesación tabáquica”, remarcó el especialista español.
Los medicamentos llamados “broncodilatadores” actúan “desinflando” los pulmones. Giugno afirmó que “la medicación broncodilatadora es central para el manejo de los síntomas en EPOC, y se prefiere la vía inhalatoria a la oral”. Estas drogas “se pueden indicar según necesidad o en forma regular para prevenir o reducir síntomas. Los broncodilatadores de acción prolongada (como el indacaterol), son más convenientes y más efectivos, para producir alivio sintomático que los de acción corta”.
Igualmente, aseguraron los especialistas, la cesación tabáquica es una de las medidas que mayor impacto tiene en la mortalidad por EPOC. Es decir que dejar de fumar no es algo menor.
Por último, tanto el doctor Giugno como Colodenco como Miravitlles se encargaron de aclarar que la mujer presenta una mayor susceptibilidad frente a la enfermedad, situación pese a la cual la mortalidad por EPOC en el sexo femenino va en aumento, si bien aún no alcanzó a la masculina, que tiende a estabilizarse.
De hecho, se sabe que en la actualidad el 10% de la población por encima de los 40 años la padece, aunque en nuestro país 7 de cada 10 personas no están diagnosticadas.
Esto es muy preocupante, debido a que la falta de conocimiento de la enfermedad y el retraso en el diagnóstico son factores que conspiran contra la posibilidad de llevar a cabo un tratamiento que permita mejorar los síntomas y controlar las exacerbaciones. Así lo expresaron los especialistas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), reunidos en nuestro país junto con expertos del exterior debido a la 5º Conferencia Internacional sobre Avances en EPOC.
“En la Argentina no contamos con cifras propias, sino que extrapolamos las que se obtuvieron en otras investigaciones como por ejemplo el estudio Platino que se llevó a cabo en 5 ciudades de Latinoamérica: Santiago de Chile, México DF, Montevideo, San Pablo y Caracas. Si a esta situación de desconocimiento respecto de la cantidad de afectados le sumamos que muchas veces la EPOC suele confundirse con el asma o que inclusive los síntomas como por ejemplo la tos, la expectoración o la falta de aire pueden atribuirse al tabaquismo, nos encontramos con una situación claramente desfavorable para los pacientes”, comentó el doctor Eduardo Giugno, profesor adjunto de Neumonología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“En el consultorio, día a día vemos cómo lo que muestran las cifras se cumple: en algunos casos, los pacientes inclusive se acostumbran a los síntomas y los naturalizan, con lo cual obviamente no recurren al médico. Por otro lado, suele incurrirse en errores o mitos como el de la ‘tos del fumador’, una entidad que no existe y que también conspira contra la posibilidad de obtener un rápido diagnóstico”, expuso por su parte el doctor Daniel Colodenco, jefe del servicio de Alergia e Inmunología del Hospital de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer.
Otro problema extra tiene que ver con la tarea de los médicos.
Ocurre que algunas veces, tal como refirió uno de los visitantes extranjeros, el doctor Marc Miravitlles, investigador senior del servicio de Neumología del Hospital Clinic de Barcelona, España, y presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Los médicos no saben cómo transmitirle al paciente que la EPOC es grave, razón por la cual las personas afectadas no le dan relevancia, cuando en realidad lo que tendría que ocurrir es que el médico realizara los estudios, que no son invasivos y son muy sencillos como para saber cómo proceder”.
La EPOC es una alteración inflamatoria crónica del aparato respiratorio ligada al tabaquismo. Es prevenible y tratable. Se sabe que en el 85% de los casos se produce en personas que fuman, y se la considera la cuarta causa de muerte a nivel mundial, mientras que según los expertos para 2020 será la tercera.
Si bien suele diagnosticarse entre los 60 y 65 años, en la mayoría de los casos el daño empezó a generarse alrededor de los 35 o 40.
“Más allá del tabaquismo existe en algunos casos en los cuales hay un componente genético -el porcentaje es realmente minoritario porque alcanza al 2% de los cuadros, aproximadamente. No obstante, sabemos y estamos convencidos de que no tendríamos EPOC si no existiera el cigarrillo“, señaló el doctor Miravitlles, quien además adelantó que en la Conferencia se tratarán diversos temas como los adelantos farmacológicos y las nuevas variantes de tratamiento.
“La principal tendencia tiene que ver con desarrollar tratamientos a medida que mejoren la calidad de vida en cada uno de los pacientes que tienen los diferentes fenotipos de la enfermedad. Esto quiere decir: disminuir los síntomas tanto en lo que se refiere a intensidad como a periodicidad, reducir las exacerbaciones, complicaciones e internaciones y obtener una mayor capacidad respiratoria mediante la rehabilitación. Esto se logra, básicamente, mediante tres elementos. Por un lado los fármacos que variarán según el grado de enfermedad y las comorbilidades. Por otro lado, la actividad física, y finalmente un correcto plan de alimentación. Por supuesto también tiene que existir cesación tabáquica”, remarcó el especialista español.
Los medicamentos llamados “broncodilatadores” actúan “desinflando” los pulmones. Giugno afirmó que “la medicación broncodilatadora es central para el manejo de los síntomas en EPOC, y se prefiere la vía inhalatoria a la oral”. Estas drogas “se pueden indicar según necesidad o en forma regular para prevenir o reducir síntomas. Los broncodilatadores de acción prolongada (como el indacaterol), son más convenientes y más efectivos, para producir alivio sintomático que los de acción corta”.
Igualmente, aseguraron los especialistas, la cesación tabáquica es una de las medidas que mayor impacto tiene en la mortalidad por EPOC. Es decir que dejar de fumar no es algo menor.
Por último, tanto el doctor Giugno como Colodenco como Miravitlles se encargaron de aclarar que la mujer presenta una mayor susceptibilidad frente a la enfermedad, situación pese a la cual la mortalidad por EPOC en el sexo femenino va en aumento, si bien aún no alcanzó a la masculina, que tiende a estabilizarse.
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