Mientras intenta sostener el
equilibrio interno en el Frente Amplio, el ex candidato presidencial
dijo que no descarta conversaciones con el radicalismo. "Tenemos en Santa Fe un acuerdo con la UCR de hace 20 años que se viene desarrollando plenamente", aseguró.
Fortalecido tras las elecciones presidenciales del año pasado, en el
que logró una importante cantidad de votos que le permitió quedar en
segundo lugar, Binner sabe que un acuerdo con la UCR puede fortalecer al
Frente Amplio, mucho más teniendo en cuenta la disgregación que sufren
todas las fuerzas opositoras.
"No descarto conversaciones con el radicalismo", sostuvo Binner ayer, aunque aclaró que, por el momento, el socialismo trabaja en el fortalecimiento del FAP.
"Estamos trabajando en el fortalecimiento de nuestro partido, porque la realidad de la Argentina es compleja y necesita de propuestas complejas", indicó en declaraciones a la prensa realizadas en Catamarca, donde arribó ayer para presidir el "I Campamento de Jóvenes Socialistas del Norte y del Sur".
"Nosotros tenemos en Santa Fe un acuerdo con la UCR de hace 20 años que se viene desarrollando plenamente, de modo que voluntad hay, estamos siempre atentos para dialogar", dijo el ex gobernador santafesino.
El año pasado, durante largos meses la UCR y el socialismo mantuvieron conversaciones con miras a confluir en una alianza de cara a las elecciones presidenciales del 23 de octubre, la que naufragó tras el acuerdo del radicalismo con el peronista disidente Francisco De Narváez.
Mientras tanto, los primeros pasos del interbloque del Frente Amplio en el Congreso mostraron la heterogeneidad de la fuerza, lo que plantea un desafío político ineludible para el ex candidato presidencial.
Es que en cada uno de los temas importantes, hubo una diferencia importante entre los distintos legisladores.
Por ejemplo, en la votación de la semana pasada por el traspaso del Subte de la Nación a la Ciudad, votaron en contra los diputados del GEN, de Libres del Sur y del Frente Cívico de Córdoba. En tanto, Unidad Popular, de Claudio Lozano y Víctor de Gennaro, optó por la abstención, mientras que el socialismo se dividió internamente, ya que el porteño Roy Cortina votó en contra, y el resto de los legisladores se abstuvieron.
"No descarto conversaciones con el radicalismo", sostuvo Binner ayer, aunque aclaró que, por el momento, el socialismo trabaja en el fortalecimiento del FAP.
"Estamos trabajando en el fortalecimiento de nuestro partido, porque la realidad de la Argentina es compleja y necesita de propuestas complejas", indicó en declaraciones a la prensa realizadas en Catamarca, donde arribó ayer para presidir el "I Campamento de Jóvenes Socialistas del Norte y del Sur".
"Nosotros tenemos en Santa Fe un acuerdo con la UCR de hace 20 años que se viene desarrollando plenamente, de modo que voluntad hay, estamos siempre atentos para dialogar", dijo el ex gobernador santafesino.
El año pasado, durante largos meses la UCR y el socialismo mantuvieron conversaciones con miras a confluir en una alianza de cara a las elecciones presidenciales del 23 de octubre, la que naufragó tras el acuerdo del radicalismo con el peronista disidente Francisco De Narváez.
Mientras tanto, los primeros pasos del interbloque del Frente Amplio en el Congreso mostraron la heterogeneidad de la fuerza, lo que plantea un desafío político ineludible para el ex candidato presidencial.
Es que en cada uno de los temas importantes, hubo una diferencia importante entre los distintos legisladores.
Por ejemplo, en la votación de la semana pasada por el traspaso del Subte de la Nación a la Ciudad, votaron en contra los diputados del GEN, de Libres del Sur y del Frente Cívico de Córdoba. En tanto, Unidad Popular, de Claudio Lozano y Víctor de Gennaro, optó por la abstención, mientras que el socialismo se dividió internamente, ya que el porteño Roy Cortina votó en contra, y el resto de los legisladores se abstuvieron.
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