Esa es la cifra de menores denunciados en el Registro de Niñas, Niños y Adolescentes perdidos en Santa Fe. Además, buscan a tres adultos. “En toda la provincia de Santa Fe, hubo un total de 445 denuncias de extravíos de personas. De la totalidad de esos casos, 405 ya fueron resueltos. Mientras que sobre el resto hay información concreta, es decir, están localizados, se sabe dónde están. Lo que falta es que se den las condiciones para que regresen a sus hogares o que se los reubique en ambientes convenientes”, explicó la funcionaria.
El hallazgo del cuerpo de Candela Rodríguez, tras 9 días de intensa búsqueda, la falta de noticias sobre María Cash (29), desaparecida el 4 de julio y el episodio local, de Maximiliano Storani (19) –cuyo cadáver apareció el viernes en un baldío de la ciudad santafesina de Casilda– tendieron un manto trémulo sobre los casos de niños, niñas y adolescentes argentinos desaparecidos.
Hasta el cierre de esta edición, el registro provincial que recepciona las denuncias de personas desaparecidas en el ámbito de la provincia de Santa Fe publicaba la foto de nueve menores que faltan de su hogar. En este sentido, la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rosa Acosta, explicó cómo se investigan cada una de estas denuncias y cómo se trabaja en la recuperación de las personas.
Un problema visible
“En toda la provincia de Santa Fe, hubo un total de 445 denuncias de extravíos de personas. De la totalidad de esos casos, 405 ya fueron resueltos. Mientras que sobre el resto hay información concreta, es decir, están localizados, se sabe dónde están. Lo que falta es que se den las condiciones para que regresen a sus hogares o que se los reubique en ambientes convenientes”, explicó la funcionaria, con la salvedad de los nueve casos de menores y de tres mayores sobre los que aún falta información.
Sin embargo, Acosta no mostró preocupación por las cifras y analizó como positivo el aumento de las denuncias, que no significa que existan más cantidad de casos que años anteriores, sino que la ciudadanía ahora tiene a quién recurrir ante esa situación.
“El problema está visibilizándose con mayor intensidad porque existen lugares donde son atendidos los episodios y los familiares pueden radicar la denuncia para que sea abordada en forma inmediata. Hay una oficina en la ciudad de Santa Fe y otra en Rosario, además de una línea gratuita a la que se puede llamar las 24 horas”, detalló.
Según el historial de casos trabajados en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, en general se configuran dos situaciones de desaparición: por impedimentos de contactos entre progenitores, es decir que el padre o la madre incumplen un régimen de visitas o directamente se lleva a los hijos sin avisarle del paradero al otro responsable; o por casos de violencia intrafamiliar que motivan la huida de los chicos o adolescentes.
“Además, hemos detectado casos que se repiten, sobre todo con chicas adolescentes, que es cuando los padres no aceptan a la pareja de la chica y ésta decide irse con el novio. Dentro de estas situaciones, hemos tenidos casos en los que fueron víctimas de explotación sexual o laboral”, agregó Acosta.
Seguir todas las pistas
— ¿Cómo comienza la investigación de un caso cuando es denunciado?
—Lo que hacemos es mantener un contacto fluido con las familias, con quien denunció la desaparición. Es importante indagar todos los datos, no sólo qué estaba haciendo en el último momento que la vieron sino agregar información para poder recabar más pistas. Este trabajo se hace en conjunto con la policía y con la Justicia. La búsqueda de paradero de persona corresponde a un juez de Instrucción, pero también interviene la Secretaría de la Niñez cuando se trata de menores y el Centro de Atención Judicial para darle a los ciudadanos una atención completa, que incluye también asistencia psicológica.
Respecto de los casos en los que hay firmes sospechas sobre la configuración del delito de explotación sexual, los pasos de la investigación varían un poco. “Cuando tenemos conocimiento de una situación de explotación, se empieza a articular la búsqueda con instituciones como el Registro de Inspección, a ver si el local donde presuntamente estaría la víctima, estaría habilitado. También actúa la Unidad de Trata de Personas de la policía provincial y si se trata de menores, también actúa la fuerza federal”, explicó Acosta.
En los medios
—¿Cómo influye en la búsqueda la mediatización de un caso?
—Desde el Registro (de Niños, Niñas y Adolescentes Perdidos) publicamos las fotos de la persona que estamos buscando, pero lo hacemos con expresa autorización de un juez, por razones específicas y de una manera particular. A veces, la mediatización pone a las víctimas en un riesgo mayor, porque las personas que están cometiendo el delito toman conocimiento de los pasos de la pesquisa y pueden retardar la aparición. Por eso, lo que aconsejamos es que quien tiene un familiar desaparecido, que acudan a los lugares especializados para tratar estos casos: el Registro de Niños, Niñas y Adolescentes Perdidos, la Defensoría del Pueblo, el Centro de Atención a la Víctima de Violencia Sexual de la policía. A veces, el estado emocional de los familiares hace que salgan a los medios a mostrar la foto, sin tener en cuenta que una búsqueda con una mediatización más ordenada va a ser más efectiva.
Hasta el cierre de esta edición, el registro provincial que recepciona las denuncias de personas desaparecidas en el ámbito de la provincia de Santa Fe publicaba la foto de nueve menores que faltan de su hogar. En este sentido, la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rosa Acosta, explicó cómo se investigan cada una de estas denuncias y cómo se trabaja en la recuperación de las personas.
Un problema visible
“En toda la provincia de Santa Fe, hubo un total de 445 denuncias de extravíos de personas. De la totalidad de esos casos, 405 ya fueron resueltos. Mientras que sobre el resto hay información concreta, es decir, están localizados, se sabe dónde están. Lo que falta es que se den las condiciones para que regresen a sus hogares o que se los reubique en ambientes convenientes”, explicó la funcionaria, con la salvedad de los nueve casos de menores y de tres mayores sobre los que aún falta información.
Sin embargo, Acosta no mostró preocupación por las cifras y analizó como positivo el aumento de las denuncias, que no significa que existan más cantidad de casos que años anteriores, sino que la ciudadanía ahora tiene a quién recurrir ante esa situación.
“El problema está visibilizándose con mayor intensidad porque existen lugares donde son atendidos los episodios y los familiares pueden radicar la denuncia para que sea abordada en forma inmediata. Hay una oficina en la ciudad de Santa Fe y otra en Rosario, además de una línea gratuita a la que se puede llamar las 24 horas”, detalló.
Según el historial de casos trabajados en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, en general se configuran dos situaciones de desaparición: por impedimentos de contactos entre progenitores, es decir que el padre o la madre incumplen un régimen de visitas o directamente se lleva a los hijos sin avisarle del paradero al otro responsable; o por casos de violencia intrafamiliar que motivan la huida de los chicos o adolescentes.
“Además, hemos detectado casos que se repiten, sobre todo con chicas adolescentes, que es cuando los padres no aceptan a la pareja de la chica y ésta decide irse con el novio. Dentro de estas situaciones, hemos tenidos casos en los que fueron víctimas de explotación sexual o laboral”, agregó Acosta.
Seguir todas las pistas
— ¿Cómo comienza la investigación de un caso cuando es denunciado?
—Lo que hacemos es mantener un contacto fluido con las familias, con quien denunció la desaparición. Es importante indagar todos los datos, no sólo qué estaba haciendo en el último momento que la vieron sino agregar información para poder recabar más pistas. Este trabajo se hace en conjunto con la policía y con la Justicia. La búsqueda de paradero de persona corresponde a un juez de Instrucción, pero también interviene la Secretaría de la Niñez cuando se trata de menores y el Centro de Atención Judicial para darle a los ciudadanos una atención completa, que incluye también asistencia psicológica.
Respecto de los casos en los que hay firmes sospechas sobre la configuración del delito de explotación sexual, los pasos de la investigación varían un poco. “Cuando tenemos conocimiento de una situación de explotación, se empieza a articular la búsqueda con instituciones como el Registro de Inspección, a ver si el local donde presuntamente estaría la víctima, estaría habilitado. También actúa la Unidad de Trata de Personas de la policía provincial y si se trata de menores, también actúa la fuerza federal”, explicó Acosta.
En los medios
—¿Cómo influye en la búsqueda la mediatización de un caso?
—Desde el Registro (de Niños, Niñas y Adolescentes Perdidos) publicamos las fotos de la persona que estamos buscando, pero lo hacemos con expresa autorización de un juez, por razones específicas y de una manera particular. A veces, la mediatización pone a las víctimas en un riesgo mayor, porque las personas que están cometiendo el delito toman conocimiento de los pasos de la pesquisa y pueden retardar la aparición. Por eso, lo que aconsejamos es que quien tiene un familiar desaparecido, que acudan a los lugares especializados para tratar estos casos: el Registro de Niños, Niñas y Adolescentes Perdidos, la Defensoría del Pueblo, el Centro de Atención a la Víctima de Violencia Sexual de la policía. A veces, el estado emocional de los familiares hace que salgan a los medios a mostrar la foto, sin tener en cuenta que una búsqueda con una mediatización más ordenada va a ser más efectiva.
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