Tampoco hubo ataques a los colectivos que circulan por allí ni a los camiones de la empresa Boscarino. El último hecho vandálico de consideración tuvo como víctima al gobernador electo Antonio Bonfatti, la misma noche que atentaron contra un motociclista.
Desde el miércoles 17 de agosto, en el tramo inicial sur de la avenida de Circunvalación Oeste no volvieron a denunciarse hechos vandálicos contra los vehículos que transitan por la zona cercana a los barrios Varadero Sarsotti, Centenario, San Lorenzo y Santa Rosa de Lima. Los operativos de seguridad que se realizan diariamente en todo el corredor, produjeron ahora un cese de la delincuencia, aunque las fuerzas policiales aseguran que “hay que estar alerta”. Tanto la Asociación del Transporte Automotor de Pasajeros (Atap) como el propietario de la empresa Ángel Boscarino Construcciones -ambas organizaciones tuvieron innumerables problemas de seguridad con sus unidades- le dijeron a El Litoral que “últimamente no recibieron quejas” y que “desde lo que le sucedió al ministro Bonfatti, no volvieron a sufrir inconvenientes”. Esperan, además, que “todo siga de esta manera, aunque trabajamos casi con la compañía permanente de la policía”. El propio Boscarino, titular de la firma homónima, comentó sin titubear: “Lo que le pasó a Bonfatti no se lo deseo a nadie, porque lo pudieron matar, pero lo cierto es que a partir de entonces hay más presencia policial, andan los móviles permanentemente y no tuvimos más problemas”. En el caso de la Atap, desde la implementación de la ordenanza municipal denunciaron permanentes ataques a los colectivos que están nucleados en su organización, aunque ahora hace tiempo que no reciben reclamos de las empresas. “El año pasado, cuando nos obligaron a cambiar los recorridos, hubo un vendaval de denuncias por parte de las empresas. Les rompían los parabrisas con piedras y las firmas debían pagar mucho dinero para cambiarlos. Ahora hace un tiempito que no tuvimos que lamentar ningún episodio”, afirmó Héctor Álvarez, gerente de la asociación. Los micros de la Atap que transitan por esa zona son, entre otros, los de Ruta 70 (Cóndor y San Cristóbal), Cooperativa Tal y El Norte; el único que modificó ese recorrido es Ciudad de Esperanza. Desde el Ministerio de Seguridad de la provincia expresaron que “no hubo registros de casos de esa naturaleza posteriores al hecho del motociclista”. En tanto, Claudio Canalis, subsecretario de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, detalló las tareas que realiza el personal de seguridad durante los operativos diarios en todo el trayecto de la circunvalación. “Nuestros colaboradores de la agencia, junto con la Policía Vial, recorren la zona completa para verificar que no haya objetos indebidos o alguna situación fuera de lo normal. Además, efectivos policiales de la Unidad Regional I (URI) y personal de los municipios de Santa Fe y Recreo monitorean las bocas de ingreso en toda la avenida. Los patrullajes significan una medida de prevención, pero tenemos que seguir alerta porque nunca se sabe cuándo puede suceder algo”, señaló. Historias Ángel Boscarino dirige la empresa encargada de la obra de reservorios con camiones y máquinas viales, a la par del tramo uno de la Circunvalación Oeste. Relató que hace dos años que trabajan allí y que todas las semanas les “rompían parabrisas de los camiones con piedrazos, a la altura de las vías del ferrocarril, para que uno detenga su marcha y así le puedan robar”. También detalló que ante esos hechos “llamaba al 911: un día llegaron tras el llamado y encontraron a unos pibes que tenían nuestras pertenencias, pero no podían hacer nada porque eran menores. Pero esto no es culpa de la policía, inclusive su atención siempre fue bárbara y estuvieron cerca en todo momento”. Álvarez, de la Atap, recordó un suceso grave que sufrió una empresa de colectivos que ingresaba a Santa Fe proveniente de Rosario. “Alguien tiró un piedrazo directo al micro e impactó en el rostro de una pasajera. Por lo que se supo, el envío salió del lado de Varadero Sarsotti”, concluyó. Normativa El 4 de noviembre de 2009, la Municipalidad comenzó a implementar la ordenanza 10.623, que data de 2000, con la intención de “mejorar la calidad del tránsito de la ciudad, impedir los inconvenientes ocasionados por el gran porte de los coches de transporte interurbano de pasajeros de media y larga distancia y garantizar la seguridad vial”. De este modo se dispusieron nuevos recorridos para el ingreso y egreso de las empresas de transporte de media y larga distancia. Antecedentes 17/8/2011: “Atacan a los camiones y empleados de Boscarino”. El titular de la firma denunció que sus trabajadores sufrieron esa semana la rotura de los parabrisas de tres camiones a causa de piedrazos que llegaron desde el puente -a la altura del ferrocarril Mitre- y un cuarto estalló por un disparo de arma de fuego, según publicó El Litoral. 16/8/2011: “Ni el ministro Bonfatti se salvó”, tituló este diario ante la situación que afrontó el ministro de Gobierno, cuando el coche en el que iba reventó un neumático tras embestir un tronco tirado sobre el pavimento. Esa misma noche, un motociclista terminó herido gravemente tras ser derribado por una “boleadora casera”, hecha con piedras y sogas, que lo impactó en la cara cuando circulaba. Todo sucedió en cercanías de la casabomba N° 2. 10/2/2010: “Transportistas piden volver al recorrido habitual de ingreso y egreso a la ciudad”. La Atap solicitó a la Municipalidad que dé marcha atrás con su decisión de modificar los recorridos de las empresas de transporte interurbano (ordenanza Nº 10623/2000). Advierte que la medida ocasionó una alarmante sucesión de hechos vandálicos en unidades del transporte público de pasajeros.
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