En los 90, edificaron más de 1.500 viviendas en la ciudad, pero luego los organismos internacionales que los ayudaban se retiraron del país. Hoy, arrancan una nueva etapa con el aval de la Provincia de Santa Fe.
“A principios de julio pasado, un bebé de tres meses murió de frío en Alto Verde. Yo creo que todavía no dimensionamos lo que es vivir entre cuatro paredes de cartón”, reflexiona José Luis Salazar, coordinador del Movimiento Los Sin Techo. En base a los datos del Censo Nacional 2010 y en una proyección realizada sobre los 11 meses siguientes, en la ciudad de Santa Fe existen hoy unos 2.500 ranchos. Salazar asegura que en el 2000 el Movimiento había logrado erradicarlos, a fuerza de construir viviendas dignas para los más pobres. En los años siguientes, la edificación de casas en reemplazo de las casillas continuó. Fue hasta 2006, cuando se edificaron las últimas 30 unidades, en El Arenal. Hoy, retoman el proyecto con ayuda provincial y se esperanzan en brindar dignidad a los miles de excluidos que habitan la capital de la provincia bajo chapas y cartones. “En estos cinco años no se consiguió ayuda para construir. Los organismos internacionales que habían ayudado durante tantos años se retiraron de la Argentina en el campo de la viviendas. Una de ellas era Misereor, un organismo alemán con el que en la década del 90 hicimos más de 1.500 viviendas. Lo mismo hizo la fundación Aedes de Holanda. Hoy no tenemos más contacto”, explicó Salazar a Diario UNO. —¿Recuerda cuál fue el último plan de viviendas que construyeron? —Sí, las últimas viviendas que construimos fueron en El Arenal, en 2006, con ayuda internacional. Eran 30 unidades que edificamos en dos etapas de 15, con agua potable, les hicimos toda la instalación. —Hoy levantan nuevas viviendas, tras cinco años, ¿cuándo finaliza la obra? —En octubre tenemos que terminar las 20, pero hemos pedido ya algunas más. Es en Las Lomas norte, el lugar exacto es Regimiento 12 de Infantería y Camino Viejo a Esperanza. Es una manzana con plano de mensura y subdivisión, totalmente loteada, donada por la Inmobiliaria Guastavino e Imberg. —¿Cómo obtuvieron los fondos? —El gobierno de la provincia este año nos financió el proyecto de erradicación de ranchos, para construir 20 casas. Hasta el momento llevamos construidas 14 casas de las 20. —¿Qué características tienen? —Cuentan con 36 metros cuadrados, baño instalado, con tanque elevado, instalación de agua, instalación eléctrica con llave térmica y disyuntor, cielorraso de machimbre, piso con cerámica, galería y lavadero exterior. El costo total por vivienda es de ocho mil dólares, solamente de materiales ya que no gastamos un peso en mano de obra porque la construcción es por ayuda mutua y esfuerzo propio. —¿Los servicios están asegurados? —La EPE aprobó el proyecto de luz, ya que no contamos con energía eléctrica. Consiste en tendido de cables, con postes, transformador y medidores individuales en cada casa, con tarifa social. Este proyecto está pronto a ejecutarse. No así con el agua potable, ya que el caño maestro más cercano se encuentra a 650 metros. Tenemos en nuestro poder un proyecto elaborado por Assa, con un costo de 74 mil pesos para poder abastecer de agua a toda la barriada. Este proyecto lo presentaremos a la brevedad al gobierno de la provincia para su financiación. Confiamos plenamente en su rápida aprobación ya que tenemos la cañería de agua totalmente instalada, baños, lavaderos, todo. —¿Ven esta nueva etapa como una demostración de que se pueden cambiar los aspectos más negativos de la realidad? —Demostramos una vez más que es posible erradicar la marginalidad, teniendo proyectos audaces y agresivos, de rápida construcción, con la participación total de los vecinos en la planificación, limpieza, ordenamientro territorial y construcción de las viviendas. Es decir, viviendas dignas con todos los servicios. José Luis Salazar concluyó: “En Santa Fe existen hoy más de 2.500 ranchos. El Movimiento Los Sin Techo dejó a Santa Fe sin Ranchos en el 2000. En el noroeste de la ciudad hoy se está levantando un barrio de la nada, sin agua, sin luz y pronto la tendremos. Aquí no valen los proyectos «peor es nada», aquí se trabaja para mejorar la vida de los marginados de Santa Fe, codo a codo con ellos, creyendo en su potencial humano”. En el período 1985-2000 desarrolló una estrategia basada fundamentalmente en responder al derecho a la vivienda, al desarrollo del hábitat y a la falta de organización del sector marginado. En este período se beneficiaron 7.000 familias con planes de erradicación de ranchos y 1.500 con provisión de agua potable domiciliaria.
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