Una banda de delincuentes encapuchados y armados irrumpió en una vivienda de la localidad santafesina de San José, mantuvo a los moradores secuestrados, entre los que había dos niños de 7 y 10 años, y mientras buscaban dinero y objetos de valor aprovecharon para ver por televisión el partido que empató la selección argentina con su par de Brasil. Al finalizar el encuentro escaparon a bordo de la camioneta F-100 de la familia.
Una familia que vive en la zona rural de San José, localidad ubicada 130 kilómetros al sudoeste de Rosario, fue asaltada por una banda de delincuentes encapuchados y fuertemente armados que los mantuvo secuestrados y se fugó con varios llevándose dinero y electrodomésticos. Fue el miércoles por la noche, cuando el padre de la familia, Alejandro Piccinini, fue hasta el quincho que existe en el fondo de la propiedad y fue sorprendió por tres delincuentes que lo esperaban escondidos en el jardín, lo encañonaron y lo obligaron a volver a la vivienda. Una vez en el interior de la chalet le pidieron que les entregara una suma de dinero que el dueño de casa no poseía. Le insistieron a punta de pistola que les diera los valores que, según le dijeron, guardaba en la casa y eran el producto de la recaudación de su fábrica metalúrgica. Ante la negativa de la víctima, ataron a su esposa con una sábana y encerraron a los hijos de la pareja de 10 y 7 años en un sótano. La mujer se resistió y recibió un fuerte golpe en la cabeza con la culata de la pistola de unos de los asaltantes. Pese a la violencia de la agresión, la herida que recibió fue leve. Los asaltantes, convencidos de que Piccinini les iba a revelar donde escondía el dinero, se instalaron en el living de la casa, prepararon comida y se aprestaron a ver la transmisión televisiva del partido que la selección nacional de fútbol empató con su par de Brasil. Al cabo del encuentro, se aprestaron a desvalijar la casa. Se llevaron el televisor de última generación, donde minutos antes habían visto jugar al equipo de Alejandro Sabella, también varios objetos de valor y una pic up F100, que Piccinini usa a diario para el trabajo. Recién a la medianoche, los delincuentes decidieron partir. Unos minutos después, presa de un fuerte estado de shock, los Puccinini lograron desatarse y, una vez liberados los niños, dieron el alerta a la policía que, pese a sus esfuerzos, no pudieron dar con los asaltantes.
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