Los especialistas la estudian como una patalogía. El caso Tablado como paradigma y el club de fans de un asesino serial en EE.UU. Fotos.
La psicología define a la enclitofilía como una "atracción" que sienten las mujeres por los asesinos. Ese sentimiento, que puede resultar incomprensible, se encuadra dentro de una patología que es analizada por los especialistas desde hace años.
El último martes, después de que un tribunal de San Isidro revocara las salidas transitorias de Fabián Tablado por maltratar a su actual mujer, Rosana López, el padre de Carolina Aló - la chica asesinada de 113 puñaladas en 1996 - recordó su advertencia: "Ella era la próxima en la lista" y consideró, como algo positivo, el hecho de que haya abierto "un poquito los ojos y tomó conciencia". Tablado tiene dos hijas con López.
El criminalista Raúl Torre, que analizó a Tablado durante el juicio, describió para el diario Libre el perfil que arrojaron las pericias: "Psicópata antisocial con transtorno de la personalidad" y "tendencia a la violencia innecesaria". A la luz de la pericia, ¿podría explicarse el amor inicial de Rosana López por Tablado?
Consultado por Perfil.com, Torre cita el caso más famoso de enclitofilía en el mundo: "Ted Bundy es un criminal que fue condenado por veintipico de homicidios (en el listado oficial se habla de 36 víctimas en Estados Unidos) pero se calcula que mató más de cien: las torturaba, las golpeaba y después las mataba a golpes o mazazos".
Según su registro, "se formó el club de admiradoras de Ted Bundy y lo iban a ver a la cárcel para tener relaciones intímas con él". Torre trabajó, además, con el caso de Juan Celso Arrastía, que se casó en la cárcel de Batán: "Mató a cinco mujeres en Mar del Plata. Su mujer era dueña de un cabaret y él se llevaba a las alternadoras, las violaba y después las mataba con armas de fuego". Arrastía, descripto como un hombre prolijo, cumplía una rutina en sus crímenes: a cada víctima le dejaba un mordisco en el pezón.
"Los crímenes tienen dos tipos de violencia: la violencia instrumental, que es la necesaria para matar a una persona y la violencia expresiva, que es donde se manifiesta el trastorno de personalidad del criminal", explica Torre sobre la mentalidad de Tablado.
El penalista Carlos Irisarri, que hasta hace seis años defendía al odontólogo Ricardo Barreda y ofreció las primeras pruebas en el juicio contra Tablado, describe al psicópata: "Es un tipo muy seductor, mentiroso, un gran creador de fantasías y es un tipo que afirma las cosas con gran convicción: la mujer atrapada por el psicópata generalmente, en mi modo de ver, es una mujer vulnerable que cede a manejos, manipulaciones y maquinaciones".
En sus años de carrera, con dos casos de fuerte impacto en los medios como antecedentes, Irisarri sostiene que en sus relaciones el psicópata "no siente, porque justamente es psicópata y falla en el aspecto valorativo del psiquismo, no siente lo que siente un ser humano normal, no siente un verdadero amor".
Barreda logró rehacer su vida junto a Berta "Pochi" André, su actual mujer, con quien vive en el barrio porteño de Belgrano desde que recobró su libertad.
"Desde el punto de vista delictivo tienen dos características: los parásitos y los depredadores. Los primeros podrían meterse con una vieja y la estafan, le quitan dinero y los depredadores son aquellos que cometen hechos de sangre porque atrás esconden una fantasía amorosa, que hacen creer al otro o un afán lúdico, sexual o sádico y ahí generalmente las relaciones terminan mal, se frustan", concluye el letrado.
Los hermanos Sergio y Pablo Schoklender tuvieron relaciones tormentosas. El primero reconoció, después de un juicio de 11 años, a su hija Madeleine Camille Schneer fruto de su relación con María Belén Schneer, una mujer que lo conoció en diciembre de 1995, en Tucumán, cuando le pidió un autógrafo de su libro "Infierno y resurrección": "Con mucho cariño y afecto", recordó Schneer que le escribió Schocklender.
Con Viviana Sala, una reconocida psiquiatra que elaboró los informes que le permitieron salir de la cárcel, adoptó a su hijo Alejandro. Pablo Schoklender, en tanto, se relacionó con Noelia Elda Dantón, una mujer que le enviaba cartas a la cárcel con la que tuvieron una hija: Malena.
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