La ministra de Innovación y Cultura, María de los Ángeles González, describió las actividades con las que se encontrarán los santafesinos en la Feria del Libro, y del valor de la palabra y la imaginación. "Aquí la gente tiene la posibilidad de escribir cartas de amor o postales", sostuvo González.
El viernes pasado se realizó la apertura oficial de la XVII Feria del Libro de Santa Fe. Definitivamente este año la feria se transformó en una fiesta de la cultura en su más amplia expresión. Mucho tiene que ver el lugar donde se desarrolla: La Redonda, un espacio que lejos de perder su impronta lúdica, democrática y de imaginación sumó a la Feria del Libro como un nuevo elemento de su oferta artística. María de los Ángeles González, ministra de Innovación y Cultura de la provincia, dialogó con Diario UNO, sobre la actividad que se extenderá hasta el domingo 18. —¿Cuáles son las primeras sensaciones de haber abierto el espacio de La Redonda a la Feria del Libro? —De plenitud en su combinación en esta búsqueda entre lo sutil y la vida cotidiana. Primero porque es La Redonda y, además, porque se están reconociendo los 18 años y todo el viaje de los distintos lugares donde vivió esta feria. Hoy, en La Redonda, los libros tienen la posibilidad de estar al lado de López Claro, de Favareto Forner, pero también, están al lado de un bar imaginario donde no se toma nada, sino que se escriben palabras duras, pero breves, o palabras antiguas. Allí también hay pizarrones magnetizados donde se escribe poesía. Además hay una muestra alrededor de toda La Redonda de grandes fotógrafos que fotografiaron a escritores latinoamericanos. Porque sigue en pie en este lugar su bosque de papel, su playa, su ring de la lectura donde pueden leerles cuentos a sus hijos. Pero no tienen que comprarlos en la feria, a los libros se los damos nosotros. Aquí la gente tiene la posibilidad de escribir cartas de amor o postales. Un vínculo diferente —¿Cómo se articula a los libros con el espacio de La Redonda? —Hay un juego muy interesante donde se trata de que la gente se interese en los libros donde como líneas de subtes, que no tenemos, hay una línea H que es la de las historias. Allí nos van a preguntar qué le pasaba a (Juan) Rulfo en El llano en llamas; qué le pasaba a (Julio) Cortázar en Rayuela, para los que más conocen la literatura. Hay otra línea de personajes para preguntar quién es el amor de Inodoro Pereyra, que ya lo digo por si alguien no lo sabe, es la Eulogia. También está la línea de los libros, que es un poco más compleja, y la línea de las poesías y las imágenes donde se escriben poesías, se leen los títulos de los libros. ¿Cuántos libros, de todo tipo, tienen la palabra fuego en su título? Todos los fuegos el fuego, por ejemplo; ¿cuántos tienen algo vinculado con el agua en sus títulos?, ¿cuál es la mejor frase con la que empieza una novela? «He venido a Comala en busca de mi padre…», un tal Pedro Páramo (de Juan Rulfo); ¿cuántas novelas tienen poemas adentro de la novela? Todas estas cosas se preguntan. La gente, incluso los niños, van preguntando todas estas cosas a los libreros que saben muchísimo, porque a eso se dedican, cuando llegan al final, a la salida, que no es la calle, sino que es la salida al bar imaginario, a la playa o al Parque Federal tienen un regalo que es un libro maravilloso de fragmentos de escritores santafesinos totalmente hecho por nosotros. También tenemos un juego de palabras para armar poesías, un troquelado con un personaje del Martín Fierro o el Quijote con sus dichos para tenerlo en el escritorio y un juego de tipografías de todo tipo, desde gótica hasta cursiva, donde las letras nos dan una idea del patrimonio que han sido. Mi placer es enorme porque los libros están en stands nuevos construidos por nosotros, con muchos colores, con telas, con una iluminación que tiene que ver con lo lúdico. —¿La palabra habilita diferentes espacios para la interacción? —Exacto. Por eso Libros de Ronda (el lema que acompaña la XVIII Feria del Libro), porque en realidad, decía (Vasili) Kandinsky que el círculo era rojo y que era la imagen misma de la rueda de la democracia, él no decía democracia, decía rueda de la tribu. Lo redondo es lo más llano, están todos iguales. Lo redondo es la circulación del libro y la palabra. No nos interesa sólo el libro poseído por alguien, sino el libro que pasa de mano en mano. Nos interesa el libro, el juego, la experiencia, el día vivido, el compartir, la conversación, el ejercicio de la palabra como pensamiento, como acto de comunicación, como vínculo con el otro. Hay una frase de Gianni Rodari que dice: «El uso total e irrestricto de la palabra para todos, no para que todos sean artistas, sino para que ninguno sea esclavo». Eso es maravilloso, y eso es la Redonda hoy, el uso total e irrestricto de la palabra para todos. Es gratuita, está desde las 9 hasta las 21, los días de semana; y de 14 a las 22 los sábados y domingos para que la gente venga y conviva con todas estas realidades mágicas, reales, políticas, poéticas. Porque todas esas realidades son una y son la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario