Los adolescentes que denunciaron ser víctimas de arresto ilegal identificaron a varios de los implicados. Cinco de los 10 uniformados detenidos recuperaron la libertad y la jueza que instruye la causa realizó una reconstrucción de lo ocurrido en la comisaría 3ª.
Los tres adolescentes que denunciaron ser víctimas de arresto ilegal y apremios por parte de policías de dos comisarías de Santa Fe reconocieron a varios de los implicados durante una rueda de personas realizada en los Tribunales de la capital provincial. Tras esa medida, cinco de los 10 uniformados detenidos recuperaron la libertad y la jueza que instruye la causa realizó una reconstrucción de lo ocurrido en la comisaría 3ª. Todo empezó la noche del 29 de agosto cuando los tres chicos, dos de 15 años y uno de 17, fueron arrestados en inmediaciones de bulevar Gálvez y Necochea por dos patrulleros (uno de la comisaría 1ª y otro de la 3ª) que llegaron al lugar tras la denuncia de un vecino. Según relataron los menores varias horas más tarde a la directora del refugio para chicos sin contención social en el cual pernoctaban, dentro de la seccional fueron brutalmente golpeados por los uniformados y sostuvieron que les pasaron corriente con una picana eléctrica, además de robarles los 15 pesos que habían juntado limpiando vidrios de los autos. La investigación del caso la llevó adelante la Dirección de Asuntos Internos de la policía bajo la supervisión de la jueza de Instrucción 4, Susana Luna, y la fiscal Elena Perticará. Ambas funcionarias judiciales estuvieron la mañana del viernes en Tribunales donde los adolescentes, autorizados y con la asistencia de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia, reconocieron a cinco de los policías apresados como quienes les pegaron la noche de sus detenciones. Aunque no trascendió quiénes fueron los beneficiados, se sabe que los detenidos eran el subjefe de la seccional 3ª, un cabo, dos suboficiales y dos agentes de esa misma comisaría; dos agentes de la 1ª y dos de la Zona de Inspección 1ª, a quienes en un primer momento se les imputó los delitos de severidades y torturas, ya sea por acción u omisión, falsedad ideológica y hurto. De esos diez uniformados, cinco recuperaron la libertad tras la rueda de personas y la recorrida que la magistrada hizo por la comisaría donde ocurrieron los hechos.
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