Fue denunciado por su hija y por su hijo, ambos adolescentes, de haberlos violado sistemáticamente. La policía busca a otros dos hijos menores que aún no fueron hallados. El sujeto será indagado hoy.
Sin salida. Los policías lo investigaron, ubicaron, descubrieron y finalmente lo apresaron en la ciudad de Santo Tome.
Ayer, cuando promediaba la mañana, agentes de Seguridad Personal, unidades especiales de la UR I, La Capital, de la policía santafesina, apresaron a un hombre denunciado e imputado por sus hijos de haberlos violado sistemáticamente, tanto es así, que los dos mayores, una mujer y un varón huyeron de la finca familiar y denunciaron el suceso ante la jueza penal Susana Luna.
La magnitud del contenido de la denuncia más los escabrosos detalles que suministraron ambos adolescentes que denunciaron a su propio padre como el que los violaba, llevó a la magistrada penal Susana Luna, a requerir en fecha 15 de junio de 2011 la divulgación a través de los medios gráficos y televisivos de la ciudad de Santa Fe y de la región, el rostro del hombre imputado por sus hijos de haber cometido con ellos delitos contra la integridad sexual.
Historia sórdida y truculenta
Los pesquisas de Seguridad Personal de la UR I, caminaron por espacio de un mes la plantilla urbana y toda la zona rural de la ciudad de Santo Tomé, para dar con el paradero de J. C. R, de 39 años, imputado por sus dos hijos adolescentes, una mujer y un varón, de haberlos violado sistemáticamente.
Ambos hermanos lograron zafar de la casa familiar y decidieron poner fin a los abusos sufridos cuando vivían en una finca ubicada en el barrio Costa Azul de la ciudad de Santo Tomé.
Se los había tragado la tierra
Pero cuando los policías comenzaron a caminar las calles del barrio, todos los vecinos dijeron que el matrimonio junto a sus cuatro pequeños hijos, mujeres y varones, entre seis y diez años habían abandonado la finca en la que vivían con rumbo desconocido: “Se los había tragado la tierra”, graficó un viejo pesquisa de Investigaciones.
Vida subterránea
Pero durante el fin de semana, un dato revelador fue obtenido por un investigador de unidades especiales, cuando un vecino del barrio Las Vegas le dijo que hacía un mes había una familia completa viviendo en un pozo hecho en la tierra y amurallado con chapas metálicas, en deplorables condiciones de higiene y salubridad, haciendo particular hincapié en que los hijos del matrimonio salían a pedir a la calle todos los días.
Ubicado en barrio Las Vegas
Ese pesquisa policial tuvo la corazonada que se trataba de J.C.R. , porque el cruzamiento de datos y las características de la persona buscada eran complementarias; una guardia discreta de 24 horas fue la que finalmente determinó fehacientemente en qué lugar de un descampado del barrio Las Vegas, vivía este matrimonio y sus hijos en las muy particulares condiciones descriptas por los vecinos.
El procedimiento policial
Ayer, a media mañana de un día húmedo y gris, el jefe de Investigaciones comisario inspector Raúl Ibarra y el jefe de Seguridad Personal comisario principal Jorge Schuck junto a una partida policial, llegaron hasta el lugar, dieron con el hombre buscado, al que tuvieron que correr por espacio de 500 metros dentro de un espeso monte, hasta que finalmente lo atraparon y lo detuvieron al igual a que su mujer, C. M. R.
Hallaron a dos de los chicos
De los cuatro menores que vivían con sus padres, dos de ellos fueron hallados en condiciones físicas y psíquicas deplorables, con una absoluta falta de higiene, y evidentes signos de desnutrición crónica.
Los chicos dormían en pozos realizados en la tierra con forma de hondonada y arriba recubierto sólo con paja áspera.
Lamentable
El promontorio que habitaba la familia carecía de agua potable, luz eléctrica, y de elementos necesarios para la preparación de alguna comida. El lugar es un páramo, inhabitable, y rodeado de un espeso monte.
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