Detalles del procesamiento del oncólogo Gabriel Zilli. Tareas de observación, escuchas telefónicas y la relación de un oncólogo local con narcos colombianos figuran en la causa judicial. El oncólogo Gabriel Zilli hablaba en un programa de TV de Rosario, donde hablaba de su especialidad y la muerte sin dolor.
La Capital |
El 2 de septiembre pasado, hace menos de 40 días, el oncólogo rosarino Gabriel Esteban Zilli y el ciudadano colombiano Fernando Martins Frutuoso tomaron un café en el minimarket de la estación de servicios YPF de Génova y Alberdi, a la vuelta de la casa del médico, ubicada en Víctor Mercante al 1100. Desde allí Frutuoso hizo una llamada con su celular a Portugal. El que recibió la comunicación fue Alassana Djaló, quien tiene pedido de captura internacional sospechado de ser quien iba a recibir en ese país el cargamento de cocaína disimulada en arroz partido que 15 días después de ese llamado fue descubierto en un depósito fiscal de Rosario.
El miércoles pasado el oncólogo, que figuraba como prestador en la cartilla del Hospital Italiano y del Sanatorio Plaza de Rosario, fue procesado junto a otras doce personas por el juez federal porteño Sergio Torres. El magistrado los consideró integrantes de la célula que intentó traficar ese cargamento hacia Guinea Bissau, en el Africa meridional, con destino final en Portugal. La cocaína estaba en una sola de las 920 bolsas de arroz, de 50 kilos cada una, encontradas en el depósito fiscal Binder SRL, ubicado en cercanías de la antena de Canal 3.
Tres casas, un lugar. Zilli es propietario de tres inmuebles intercomunicados con sendas divisiones catastrales. Cada uno es un ámbito autónomo. En Víctor Mercante 1135 estaba lo que el juez Torres considera el laboratorio en el que se impregnaba el arroz con la cocaína. En el 1137 vivían temporariamente Martins Frutuoso junto a otro colombiano, Jorge Eliecer Ramírez Cuartas, a quien se considera cocinero de la droga. En Víctor Mercante 1141 residía el oncólogo.
Durante fines de agosto y septiembre una patrulla de Gendarmería Nacional hizo tareas de inteligencia de manera constante frente a esos domicilios. Así advertían que todas las mañana Ramírez Cuartas y Frutuoso salían del 1137 y permanecían largas horas en el 1135, donde estaba el laboratorio. El 2 de septiembre Frutuoso lo llamó a Zilli para pedirle que le llevara "dos baldes plásticos de 40 centímetros de diámetro". Enseguida los gendarmes notaron que Zilli cumplió con el pedido, bajándose de su vehículo cargando dos latones de plástico (uno verde y uno rojo) con los que ingresó a la casa de Víctor Mercante 1135. Eran utensilios necesarios para cocinar la cocaína.
Escuchados. Para esa fecha Gendarmería le informaba al juez que por las interceptaciones al teléfono de Zilli (usaba el número 011.5602.1231) era notorio que el médico asesoraba a los dos colombianos a los que alojaba, sobre el trámite aduanero para exportar arroz en una clara maniobra de narcotráfico. Frutuoso le pidió al médico seis bolsas para envasar 50 kilos de mercadería. Dado que las bolsas de arroz encontradas el 17 de septiembre en el depósito fiscal Binder eran de 50 kilos, la estimación era que ese pedido era para rellenar aquellas bolsas en el domicilio de Zilli con la mezcla de cocaína y arroz. Y que el arroz sobrante se vaciaba en las palanganas pedidas al oncólogo.
La semana del 13 de septiembre la pesquisa telefónica dejó ver que Frutuoso tenía un pasaje de la empresa de micros El Rosarino para retornar a Buenos Aires en tanto que Ramírez Cuartas ya no era advertido en la casa del oncólogo. Por eso se consideró que la preparación de la droga había culminado y el juez Torres ordenó los allanamientos.
Sólo quedaba saber dónde estaba el cargamento. Por escuchas, efectivos de Gendarmería y de la Sección Narcotráfico de la Aduana supieron que había una operación de exportación documentada para el 11 de septiembre de 2015 a concretarse mediante la firma Euro Export SRL. Se trataba de 46 toneladas de arroz partido. Al juez le interesó en tanto Zilli y Frutuoso dialogaban acerca del arroz cuando eran observados en el inmueble de la calle Víctor Mercante.
Lo que se supo es que la carga de arroz partido iba a Marruecos, previo paso por las islas de Guinea Bissau, y de allí a Portugal. El valor de la operación era de 24.840 dólares.
Control y secuestro. Luego del proceso Zilli le pidió a Juan Alberto Banesevich, quien había conformado la logística de la exportación y del despacho de la carga, que pasara por la calle Víctor Mercante a verificar la calidad del "trabajo" hecho por los colombianos. Banesevich había trabajado en servicio de administración de puertos y se presume que lo convocaban en carácter de especialista a fin de que verificara si en la partida de arroz luego secuestrada había quedado bien camuflada la cocaína.
En un galpón de Florida 191, en el barrio Refinería, se había recibido originariamente la partida de arroz a la que luego le adosaron la droga. Esa dirección, según la pesquisa, figura como el domicilio de un socio de Banesevich llamado Mauricio I. El día que se ordenó allanar el depósito Binder, en la zona oeste de Rosario, Banesevich apareció allí en pleno procedimiento diciendo que era responsable de Euro Export SRL, la firma que exportaba el arroz que estaba siendo examinado. Y entonces quedó automáticamente detenido.
Al mismo tiempo Gendarmería secuestraba en la casa de Víctor Mercante 1135, donde se acondicionó la droga, un par de balanzas de precisión, 300 tubos tipo Eppendorf (usados como envase de droga) y varios elementos con restos de material narcótico, tales como recipientes plásticos, bolsas de nailon, una máquina selladora y el latón verde que había sido visto en las tareas de vigilancia. En el número 1137 fue detenido Ramírez Cuartas. Y en el 1141, donde reside Zilli, se incautaron tubos Eppendorf, varias bolsas de arpillera con el enunciado "IRAQI MINISTRY OF TRADE" conteniendo arroz. Y en un cielo raso ubicado en la planta baja tres paquetes que totalizaban cuatro kilos de cocaína.
"Todo aquello permite así afirmar que en esos inmuebles se habría preparado la ocultación de la droga en el arroz que fuera secuestrado", escribió en su resolución el juez federal Torres.
Banesevich fue procesado como parte de la organización con varios elementos de cargo en su contra. En un correo de la firma Euro Export se indicaba que era una persona que operaba en "la parte de logística del puerto de Rosario". Y se agregaba que Banesevich "hizo de contacto" entre la mencionada empresa y la firma "SAMISAN S.A.R.L.". Esta última era la compradora del arroz y fue, como la de origen, utilizada como pantalla para una maniobra de narcotráfico.
Un rol protagónico. En la misma resolución, el juez considera que el papel del médico Gabriel Zilli en la organización se vinculaba "con la preparación del material estupefaciente para su posterior envío a terceros países, habiendo brindado su domicilio de residencia y la logística necesaria para tales fines".
Se cerró así un círculo que incluyó tres meses completos de seguimientos sin pausa al médico. La primera vez que lo detectaron fue el 10 de julio a la mañana en una reunión en el bar París, adentro del hipódromo porteño de Palermo, con Martins Frutuoso, el mismo colombiano al que alojaría en su casa rosarina. En esa cita, que fue fotografiada por los investigadores, estuvo también el ecuatoriano Germán Emilio Marín López.
Marín López es un engranaje importante en tanto enlaza hacia arriba con la estructura internacional de traficantes colombianos que conducen los prófugos hermanos Willians y Erman Triana Peña, a los que se les atribuye pertenecer al cártel del Norte del Valle (o Urabeños). Esta investigación sigue los movimientos de este grupo afincado en Buenos Aires desde 2011. Varios de sus miembros jerárquicos viven en el barrio exclusivo Nordelta de Tigre.
Marín López, que es otro de los procesados, fue el encargado de armar la célula rosarina del arroz. El magistrado detectó que recibía directivas y dinero en forma mensual de Mario Alberto Lara Guerra quien, a la vez, era el enlace directo de las específicas órdenes de los hermanos Triana Peña.
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