Más de cien trabajadores optaron por aceptar 30 días más de agonía; si no, perdían sus trabajos en el día de la fecha. Los telegramas de despido vencían este sábado, pero viró de posición. La empresa sorprendió a autoridades, gremio y trabajadores.
La Capital |
Lo que parecía ser una buena noticia resultó finalmente una tremenda decepción para los empleados de la autopartista Paraná Metal que, según habían anunciado sus propios gerentes a la Secretaría de Trabajo provincial, ayer revocaría en la delegación local los telegramas de despido que desde agosto mantienen en una situación de estrés y angustia a 180 trabajadores de la planta ubicada en Villa Constitución. En un giro inesperado, la patronal se presentó en la sede local de la Unión Obrera Metalúrgica y planteó que en realidad lo que ofrece es la firma de una prórroga de las cesantías por un mes, en lo que ahora queda evidenciado como una clara estrategia de reducción de personal y una maniobra política en torno a los resultados de las elecciones, y ahora, del ballottage.
Entre rezongos, y amagues de no firmar el acuerdo e irse de una vez, más de cien trabajadores acordaron finalmente ayer en una asamblea aceptar un mes más de agonía. "Fue una decisión dura: muchos proponían que nos pagaran ya y nos íbamos todos, pero esto implicaría el cierre de la fábrica. Nos cambiaron todo, le mintieron incluso a la viceministra (por la secretaria de Trabajo, Nora Ramírez). Ahora, cuando se retomen las tareas, vamos a tener que vigilar que no haya ningún maltrato o enojo con ningún trabajador", comentó a La Capital el protesorero de la UOM local, José Luis Torres, ayer por la tarde cuando sólo quedaban unos pocos por plasmar la rúbrica en la planta ubicada sobre la ruta 21.
La reunión previa de ayer por la mañana a puertas cerradas en la UOM terminó mal y a los gritos. Pasadas las 10 se hicieron presentes los directivos de Paraná Metal junto a una abogada y luego de una hora de discusión, se retiraron raudamente. "Son unos caraduras", retumbó un comentario anónimo desde la lejanía, mientras los representantes de la empresa bajaban las escaleras y se negaban a hacer declaraciones a la prensa. "Esto es entre empresa-gremio-empleados", se limitó a aclarar de mal modo y con dificultad a los periodistas el gerente extranjero de la firma, de apellido Miacota pero conocido por todos como "El Polaco". Después subieron a sus coches de alta gama y se fueron.
Más tarde, el secretario adjunto del gremio, Sergio Pissanelli, y el secretario de organización, Pablo González, confirmaron lo que había trascendido en los pasillos del sindicato mientras transcurría la acalorada discusión: la gerencia efectivamente se había comunicado anteayer con la secretaria de Trabajo y Seguridad Social de la provincia, Nora Ramírez, para informarle sobre su decisión de dar marcha atrás con los telegramas de preaviso y ésta a su vez se comunicó con el delegado local, Ramón Lara, para indicarle que habilitara una audiencia a las 10 donde se firmarían y homologarían los nuevos contratos. Pero "hoy (por ayer) cambió el escenario, mutaron esta medida a una prórroga por 30 días, y ahora depende de los trabajadores si firman o no esta propuesta", señalaron los dirigentes.
Para el gremio "lo que hacen estratégicamente es presionarpara mejorar sus condiciones de negociación en cuanto a algunos contratos o pedidos de producción, y en el medio utiliza a los trabajadores. Están analizando su estrategia económica a partir de las elecciones presidenciales. Muy probablemente uno u otro candidato (por Daniel Scioli y Mauricio Macri) tiene más posibilidades de generarle más negocios a la empresa. Pero resulta que nosotros con nuestras gestiones a través de los ministerios de Tabajo y de Industria logramos que se acerquen más clientes”, remarcó González.
Advertencia. El dirigente comentó que en la reunión, la patronal advirtió que “el trabajo para noviembre está asegurado pero si no mejoran las condiciones van a cerrar las puertas”. Mientras tanto, Paraná Metal continúa con la oferta de indemnización que ya tomaron 38 empleados y 11 que se encontraban por fuera de convenio. “Lamentablemente no van a tener posibilidades de volver. Los delegados y miembros de la comisión interna y directiva planteamos esta posibilidad, pero nos contestaron que «el que se fue, se fue». De todas maneras, vamos a continuar con las gestiones y a dar algún tipo de contención a estos compañeros”, dijeron desde el gremio.
La empresa “llevó al límite a la gente y consiguió lo que quería: muchos compañeros se cansaron y se fueron”, sentenció Pisanelli, y reconoció que a raíz de esta situación de estrés y presiones “se notó una disminución en la producción y hubo cosas que se dejaron de hacer. Los compañeros no estaban bien y esto impactó en parte, pero no en todo el proceso”, aclaró, en alusión a ciertas acusaciones que los representantes de Paraná Metal habrían expuesto en el frustrado encuentro de ayer.
Incertidumbre. De esta manera se suma un nuevo capítulo a la nefasta historia de la ex MetCon. El prólogo se escribió en agosto, cuando la firma envió los telegramas de preaviso de despido a 180 empleados, en su mayoría operarios. “Pese a la crisis, la dirección de la empresa ha efectuado denodados esfuerzos por preservar las fuentes de trabajo frente a la falta de producción; sin embargo, razones de fuerza mayor, ajenas a la voluntad de Paraná Metal, la obligan a tomar la decisión de prescindir de sus servicios a partir del 31 de octubre de 2015”, rezaba la carta.
Desde entonces, los empleados trabajaron y todo indica que continuarán, al menos por un mes, en medio de una insoportable incertidumbre.
Advertencia. El dirigente comentó que en la reunión, la patronal advirtió que “el trabajo para noviembre está asegurado pero si no mejoran las condiciones van a cerrar las puertas”. Mientras tanto, Paraná Metal continúa con la oferta de indemnización que ya tomaron 38 empleados y 11 que se encontraban por fuera de convenio. “Lamentablemente no van a tener posibilidades de volver. Los delegados y miembros de la comisión interna y directiva planteamos esta posibilidad, pero nos contestaron que «el que se fue, se fue». De todas maneras, vamos a continuar con las gestiones y a dar algún tipo de contención a estos compañeros”, dijeron desde el gremio.
La empresa “llevó al límite a la gente y consiguió lo que quería: muchos compañeros se cansaron y se fueron”, sentenció Pisanelli, y reconoció que a raíz de esta situación de estrés y presiones “se notó una disminución en la producción y hubo cosas que se dejaron de hacer. Los compañeros no estaban bien y esto impactó en parte, pero no en todo el proceso”, aclaró, en alusión a ciertas acusaciones que los representantes de Paraná Metal habrían expuesto en el frustrado encuentro de ayer.
Incertidumbre. De esta manera se suma un nuevo capítulo a la nefasta historia de la ex MetCon. El prólogo se escribió en agosto, cuando la firma envió los telegramas de preaviso de despido a 180 empleados, en su mayoría operarios. “Pese a la crisis, la dirección de la empresa ha efectuado denodados esfuerzos por preservar las fuentes de trabajo frente a la falta de producción; sin embargo, razones de fuerza mayor, ajenas a la voluntad de Paraná Metal, la obligan a tomar la decisión de prescindir de sus servicios a partir del 31 de octubre de 2015”, rezaba la carta.
Desde entonces, los empleados trabajaron y todo indica que continuarán, al menos por un mes, en medio de una insoportable incertidumbre.
“Esta empresa viene descolocando a todos”
El delegado del Ministerio de Trabajo provincial en Villa Constitución, Ramón Lara, no cree que lo sucedido ayer en Paraná Metal sea “un error”, sino “una mala intención, porque ayer (por anteayer) personalmente se había comunicado conmigo el gerente (Miacota), para decirme que la empresa se iba a retrotraer de los despidos y que íbamos a hacer los trámites administrativos para llevar adelante ese proceso. No venían y me empecé a preocupar. Después me entero de que no era una retractación, sino que era una postergación del telegrama de despidos”, relató ayer al mediodía en la sede de la UOM, a poco de que se retiraran los representantes de la firma.
“Con esta empresa evidentemente todas las cuestiones legales van por otro lado. Reunirse directamente con los trabajadores sin pasar por la delegación ministerial no es una forma legal de notificar una retractación de un despido, y menos una postergación: hay que hacerlo en forma telegráfica o ante la autoridad de aplicación correspondiente, que somos nosotros”, aclaró el funcionario. Sin embargo, “no se puede presionar mucho cuando pasa esto, porque lo que al Ministerio de Trabajo le preocupa es que la empresa continúe y los puestos no se pierdan, por lo que vamos a dar por válido lo que firmen los trabajadores”.
“Esta empresa hace ya tiempo que viene descolocando a todo el mundo en todas las decisiones que toma: sus representantes no se reúnen ni hablan con nadie, y dicen cosas que no son. Esto representa un desprecio no sólo hacia Ministerio, sino a todos: la gente está vulnerada, manoseada. No sabemos a qué obedecen sus especulaciones, pero sentimos la imposibilidad de accionar contra ella porque sabemos que en definitiva vamos a perjudicar o generar un argumento más para irse y dejar a la gente sin trabajo”, remató.
“Con esta empresa evidentemente todas las cuestiones legales van por otro lado. Reunirse directamente con los trabajadores sin pasar por la delegación ministerial no es una forma legal de notificar una retractación de un despido, y menos una postergación: hay que hacerlo en forma telegráfica o ante la autoridad de aplicación correspondiente, que somos nosotros”, aclaró el funcionario. Sin embargo, “no se puede presionar mucho cuando pasa esto, porque lo que al Ministerio de Trabajo le preocupa es que la empresa continúe y los puestos no se pierdan, por lo que vamos a dar por válido lo que firmen los trabajadores”.
“Esta empresa hace ya tiempo que viene descolocando a todo el mundo en todas las decisiones que toma: sus representantes no se reúnen ni hablan con nadie, y dicen cosas que no son. Esto representa un desprecio no sólo hacia Ministerio, sino a todos: la gente está vulnerada, manoseada. No sabemos a qué obedecen sus especulaciones, pero sentimos la imposibilidad de accionar contra ella porque sabemos que en definitiva vamos a perjudicar o generar un argumento más para irse y dejar a la gente sin trabajo”, remató.
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