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viernes, 26 de junio de 2015

María Rosa Mística se manifestó llorando sangre

La manifestación fue observada en la tarde de este viernes en el domicilio de María José Reynoso en la ciudad de Sunchales donde reside actualmente la mujer.


La manifestación fue observada en la tarde de este viernes en el domicilio de María José Reynoso en la ciudad de Sunchales donde reside actualmente la mujer.

Marginada y desautorizada por la Iglesia Católica, buscada y requerida por creyentes que ven en ella un medio de sanación o simplemente un acercamiento a la Madre, María José Reynoso, la mujer de Centeno que asegura tener contactos con la Virgen María de la Rosa Mística, ha generado alrededor de sí todo un fenómeno de fe que congrega a cada vez más gente.

Si bien las apariciones de la Virgen, cuenta esta joven mujer madre de tres hijos, se remontan a su niñez, fue en 2010 cuando se disparó el mito. La Madre, como ella la llama, se le presentó y le señaló un lugar de donde podía sacar agua, en una zona con grandes problemas de abastecimiento. Poco después se hizo una perforación y el líquido resultó contener un muy bajo nivel de arsénico. A partir de allí, el fenómeno fue creciendo con los años, el "campito" de la localidad empezó a ser frecuentado por gente de distintos lugares, y acciones como la imposición de manos de María José llamaron la atención hasta del programa Misterios Decodificados, del History Channel, que le dedicó un capítulo.

Los devotos le atribuyen milagros de sanación, que ella misma tiene registrados y "documentados", dice, por médicos de distintos lugares.

María José asegura que sus contactos con la Madre no responden a ningún parámetro. "Aparece en cualquier momento y lugar, cuando ella lo necesita. Para mí ya es normal, pero mucha gente quiere saber y así me lo pregunta en cada encuentro de los domingos", asegura.

Es que todos los domingos, y los 13 de cada mes (el 13 de junio es el día de la Virgen de la Rosa Mística) el "campito" de Centeno se convierte en un lugar de convocatoria. En la pequeña capilla que se está levantando en el lugar "con el aporte de los fieles", aclara María José, hay una especie de receptáculo de agua que sirve de lavapiés, y canillas en las que llenan bidones y botellas, o simplemente se lavan o mojan sus cabezas.

Allí se hace la ceremonia. "Como la gente tienen la necesidad de hablar una por una y eso es imposible, nos juntamos un rato antes y ahí todos tienen la posibilidad de hacerme preguntas sobre la misión. Yo les contesto a todos. Se dan además testimonios de sanaciones", explica la mujer. Después, la gente reza el santo rosario y quien quiere pasa a recibir la oración de sanación y la imposición de manos. "La gente me utiliza como instrumento, algunos caen en un descanso espiritual, otros en uno total, del que después no recuerdan nada", cuenta María José.



Fuente: RafaelaNoticias/ La Capital.

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