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sábado, 27 de junio de 2015

El Justicia Electoral Provincial proclamó Gobernador a Miguel Lifschitz por 1.496 votos sobre Miguel Del Sel

La legitimación de su elección quedó sellada al terminar la audiencia con la que las autoridades del Tribunal Electoral, integrado por los jueces Roberto Falistocco, Daniel Acosta y Norah Echarte. Lifschitz sucederá a Antonio Bonfatti en la Casa Gris.
La Capital | 
El Justicia Electoral Provincial proclamó Gobernador a Miguel Lifschitz por 1.496 votos sobre Miguel Del Sel
 Cerca de las 20 de ayer terminó el proceso electoral que proclamó gobernador electo a Miguel Lifschitz por apenas 1.496 votos de diferencia sobre Miguel Del Sel. Menos del recuento de la documental de las actas durante el grueso del escrutinio que terminó el miércoles. La legitimación de su elección quedó sellada al terminar la Audiencia de Proclamación con la que las autoridades del Tribunal Electoral (integrado por los jueces Roberto Falistocco, Daniel Acosta y Norah Echarte) dan cumplimiento al mandato del artículo 121 del Código Electoral nacional. La última oportunidad de los apoderados partidarios para hacer objeciones.
   Ayer todos callaron. Aunque no estuvieron los apoderados de todos los partidos que participaron del proceso electoral, los que estuvieron, consintieron.
   El triunfo de Lifschitz ya había sido aceptado por sus contrincantes, Omar Perotti (FJpV), Oscar Martínez (FR), Octavio Crivaro (FI) y el miércoles último, por el postulante del PRO, Miguel Del Sel, quien desistió de las impugnaciones presentadas o de alguna otra instancia judicial.
   El trámite de ayer, por el que Lifschitz se convirtió formalmente en el tercer gobernador socialista consecutivo de Santa Fe, terminó teniendo en la cifra final obtenida por el ganador su dato principal: inesperado.
   ¿Por qué si el escrutinio definitivo sentenció que Lifschitz ganó por 1.776 votos, el acta de proclamación que ayer leyó Falistocco, titular del Tribunal, sólo consigna 1.496 votos? La que vale es esta última cifra, estampada en el acta que lleva la firma de los tres jueces que integran el Tribunal, de la secretaria Electoral, Claudia Catalín, y de los apoderados partidarios que prestaron consentimiento al documento.
   ¿Cómo es que entre el martes y ayer Lifschitz perdió 280 votos? La respuesta está en la resolución a la que tal vez sea la anécdota más llamativa de las elecciones y ejemplo de lo que algunos considerar picardía pero que no es otra cosa que hacer trampa.
   Se trata de lo acontecido en Tartagal, localidad del departamento Vera de 1.961 habitantes (censo de 2010), donde el 14 de junio el PRO denunció que candidatos del Frente Progresista se hicieron pasar por fiscales suyos buscando perjudicarlos.
Truchada. Esos fiscales truchos quedaron al descubierto cuando los designados por el PRO fueron a ocupar sus puestos. La situación fue denunciada ante las autoridades, que dieron curso a la presentación y giraron vista al procurador, Jorge Barraguirre, quien se pronunció en el mismo sentido que ayer lo hizo el Tribunal: anularon 5 mesas de las categorías a gobernador, a diputado y a senador departamental.
   Dado que en esas mesas había ganado el FP (y que la cuestión tampoco cambiaba el curso del resultado final) el perjuicio debió afrontarlo la coalición oficialista, que perdió por tal razón 280 votos, vio su exigua diferencia reducida aún más y protagonizó un papelón signado por la paradoja de que los tramposos terminaron perjudicando a quienes habían pretendido favorecer de modo irregular.
   Paradoja a la que el azar sumó ayer otro dato para la reflexión: la única categoría electoral que se salvó en la localidad fue la de presidente comunal de Tartagal, Vera. Eso porque el PRO no presentó allí candidato y la disputa se dio entre, Noemí Cuellar (Frente Progresista, por la reelección) y Ramón Ledesma, del Frente Justicialista. El escrutinio provisorio dio el triunfo a la socialista pero el definitivo sumó dos votos más al peronista y la comuna se resolvió ayer por sorteo. 
El bolillero favoreció al justicialista y puso fin al empate, a la incertidumbre y a los nervios pero no la anécdota que esa localidad protagonzara en los comicios que ayer concluyeron definitivamente en toda la provincia porque además del empate las autoridades debieron anular mesas en las categorías a gobernador diputados y senador provincial. Dado que el PRO no presentó candidato a jefe comunal en esa categoría, aún con tan azarosa definición pudo salvarse.
   Tras el escrutinio provisorio la ventaja de Ledesma era de tan solo dos votos. Pero el martes después del recuento definitivo, Cuellar sumó dos más por lo que terminó en empate absoluto la elección. La legislación vigente prevé para el caso que gire el bolillero y el azar resulte.
   Tartagal queda en el departamento Vera, a 540 kilómetros de Rosario, y el censo de 2010 contó 1.961 habitantes pero fue noticia durante el escrutinio definitivo. La diferencia que registrada con el provisorio hizo que la socialista Noemí Cuéllar, perdiera la comuna, por que el azar le resultó adverso y el justicialismo, por la misma razón, sumará otra comuna desde el 11 de diciembre próximo.
   Pese a lo extraño del sistema no es inusual. De hecho, en los comicios anteriores, de 2011, fueron cuatro las comunas en las que debió apelarse al sorteo para resolver empates: Santa Clara de Buena Vista, Esteban Rams, Campo Garay y Melincué.
   No obstante, las autoridades han precisado que el sistema es enteramente legal y legitima a quien resulte electo porque así está contemplado en la legislación actualmente vigente y su uso a lo largo de los años, desde 1983 a esta parte, lo impuso, aunque en cada ocasión fue siempre, cuanto menos, un dato llamativo.

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